lunes, 16 de enero de 2012

Te muestras como algo ajeno a este mundo, ¿de dónde procedes?, un umbral de luz se extiende por toda la habitación adormecida enlazada para siempre en la dispersión del pensamiento y se escucha la alucinación de la misma melodía que sonó durante tu partida. Se desvía el pensamiento de la vida que no me corresponde y dramatiza la idea de querer tocarte, contemplado tu imagen fija desvaneciéndose, se suprime tu ser y también el mío, vana mi credulidad, vanos mis temores y pensamientos, vana esta insignificante vida en la que estoy caminando todo producto de una fantasía que como si de realidades se tratara me muestra imágenes verídicas además de un espacio proyectado. Desprecias la noche y el día, desprecias mis pensamientos y los tuyos, desprecias el estado aparente de mi alma, demostras nada. El tiempo puede probarte, seducirte, enredarte, atarte a una alegría, a una lágrima, no existe el despertar porque te desconecta, te aísla de todo el alrededor, de toda esta falsa existencia y sin embargo, aún así, te abrazo, te beso y entre tus brazos duermo y descanso tras largas noches de insomnio que me hundieron en la ansiedad de luces de media noche y gotas de lluvia a las dos de la mañana. Hoy por fin descanso.

Contando tu historia de una tarde a solas

Pero mientas avanza la tarde y en general el día lo que fue delirio y obsesión se vuelve algo simple que se adhiere al día y se vuelve algo similar a una rutina sin sentido. Hablaban de sentimientos todos escritos en la pared con un dibujo que se supone representa con una palabra eso que dice ser un sentimiento. Si te fijas en el sonido escucharas el sonar del aire del ventilador y al mismo tiempo escuchas ascender o quizá descender a un avión, al fondo entre cristales y techo falso una imagen de una estatua que realmente es la estatua tuya, de tu cuerpo desnudo, una maceta con plantas secas y una cubeta azul que debería tener agua para alimentar el suelo de una naturaleza muerta, un farol apagado, sin luz, aunque por el momento no se necesita. Además, no olvides los animales bajo un fondo verde, quizá rosa o azul, una mariposa, más insectos, ¿una morsa o una foca?. Aún se escucha el sonido del ventilador y el reloj que había dejado de marcar la hora hoy la vuelve a marcar y se escucha una vez más su lejano sonido cuando avanza, interrupción momentánea. Por un instante dejas el lápiz e intentas recordar unas cuantas letras, ahora es más difícil construir una historia, pero hablabas del reloj y la minutera avanzando, espero que no olvides mencionar la pintura tras de vos, ¡no es una pintura, es solo una foto de San Francisco!. Se te olvidan las historias de las noches y estas tardes que hoy olvido en compañía de cinco extraños, ¿cinco extraños? los he contado mal, son seis. Hablan de vanas esperanzas de días por venir, de un futuro no muy lejano, quizá no cercano, mientras escuchas las voces de esos extraños, el lápiz y vos se vuelven uno y en la hoja totalmente blanca al inicio se empiezan a ver los trazos de una planta con pocas flores y sus hojas vistiendo las ramas desnudas y secas, las hojas te observan, me observan, porque vos a mí no me ves ni me escuchas, pero tus trazos siguen tras de mí.
Algunas veces el pensamiento te lleva de un lugar a otro, quizá te detienes a ver al que esta enfrente o tu vista se clava en la ventana en un punto especifico, en medio de la nada, las palabras se acaban, no dices nada, una vez más el silencio te acoge en sus brazos, te mece y te sumerge en un sueño profundo, se evapora la tranquilidad de la tarde, así como la espuma en algún momento se disipa y deja ver tras de ella solamente el agua que quizá este limpia o quizá este sucia, más allá de una pared u otra, los sonidos se hacen uno mientras yo sigo contemplando tu mirada perdida en el tiempo y el espacio y mis labios intentando decir una palabra para traerte una vez más a esta realidad que en espacio físico compartimos, sin embargo siento que no regresaras, que tus lágrimas y sonrisas se han marchado una vez más y esta vez para siempre.

viernes, 13 de enero de 2012

Cerrando las más importantes puertas al mundo exterior, de nuevo esperando el tren que me llevará a un lugar lejano y desconocido en el que mis alas podre extender, conciliando el reposo de anocheceres y suprimiendo en absoluto el despertar, fuentes de sueños, series de estados de tempestad en un día soleado, solo se necesita una puerta para poder escapar y quizá existir. Caer desde lo alto de un muro elevado, tijeras y tejados, noches de luz, días de sol y de lluvia y en la alcoba suena el reloj despertador robando tiempo al tiempo, oscuridad a la noche y un rayito de luz al día.