martes, 18 de marzo de 2008


Todo en la VIDA nos es prestado......
vive HOY, sin anhelar el pasado, no existe,
sin anhelar el futuro, son ilusiones....
Existe hoy, sé hoy, crece hoy, vive hoy
ama hoy, mientras puedas.................

jueves, 13 de marzo de 2008

¿¿¿ Por qué cosas vale la pena esperar en la vida ???

Cuándo las ganas de reir estén ausentes, recuerda uno de los mejores momentos de tu vida, y dejalo correr por las calles de tu mente...

viernes, 7 de marzo de 2008


Una estrellita muy preciosa, con un corazón lleno de amor desapareció del cielo... ¡Pero no te preocupes!... Nadie sabrá que te escondí en mi corazón.

Hoy pensé en ti, miré al cielo y le pregunté a Dios: ¿cómo es que creas personas tan especiales? y me respondió: no son personas, son mis mejores ángeles.

Un amigo nos da felicidad cuando la tristeza se sienta a nuestro lado, pero también nos ayuda cuando la felicidad nos deja ciegos frente a la realidad.

Si te sientes triste yo seré tu sonrisa, si lloras yo seré tu consuelo y si te rompen el corazón... Del mío podemos vivir l@s dos, cuenta conmigo SIEMPRE.

domingo, 2 de marzo de 2008

“Los relatos de amor, los relatos reflexivos y los relatos fantásticos nacieron del deseo. Los relatos de terror, los relatos de suspense y los relatos trágicos... también. El deseo humano es una compleja suma de relatos sin sentido aparente”.

Ernest C. Varom


“Los relatos que conté nunca fueron tan mágicos como los relatos que viví”.

Luzmila Vallejo

Diario de una cancion

“Esta mañana arrojé el diario contra la pared. No estoy segura de por qué lo hice. Antes pensaba que los periódicos se centraban en las tragedias, pero ahora sé que lo único que les atrae es la violencia, que la muerte sin ella no interesa, por más que sea colectiva y te deje sola, que es la tragedia más grande que hay”. Así comenzaba el diario personal de Eriel, el que durante una década estuvo a la venta en una feria callejera de objetos usados, el que nadie compró al ojear sus primeras páginas y el que hace dos semanas fue adquirido por el Reina Sofía al conocer el contenido de todas las demás.

Cabe puntualizar que las notas no eran registradas con fechas, pero dicho documento adquiere la categoría de diario, y no de libro de apuntes, porque Eriel, cada vez que escribía, señalaba si era un lunes, jueves o sábado; envolviendo una historia lineal en una secuencia circular de días de la semana. Sin embargo, por los datos registrados y las averiguaciones realizadas por la actual institución propietaria, se estima que las vivencias descritas transcurrieron entre 1974 y 1979.

Un viernes en el que Eriel cayó en una de sus recurrentes depresiones, fue socorrida por un débil recuerdo extraído de su infancia, cuando sus padres le aplacaban sus ganas de ser mayor, cantándole:

“Si de verdad quieres crecer y no envejecer

nunca vayas deprisa ni tampoco lento
el secreto es ir a la inversa del tiempo
pero nunca deprisa ni tampoco lento
sólo hay que ir a la velocidad del tiempo
para así comenzar a crecer y no envejecer

El que acelera el paso descubre la nostalgia
el que se queda en el momento se queda
mas el que decide crecer conservando al niño
avanza hacia atrás recuperando su inicio
y los recuerdos que traspasan el ombligo (bis)…”.

Cuando era niña no le prestaba mucha atención a la letra, sólo se dejaba llevar por la melodía que la hacía sentir arropada por un hogar. Recordaba algo más que la voz cálida de sus padres, recordaba cada uno de los instrumentos que armonizaban la letra; y, envuelta en esas sensaciones, comenzó a sentirse bien, verdaderamente bien. Era como si el recuerdo pasara a ser un presente que la introducía en un espacio donde la tristeza y la rabia estaban prohibidas. No obstante, el hambre y luego el sueño la sacaron de su burbuja, pero la sonrisa se quedó en su rostro.

A la mañana siguiente, Eriel se despertó con la firme idea de conseguir esa canción –cruzada que marcó el interés del museo por el diario–. Recorrió todas las discográficas de su ciudad sin éxito, y tampoco lo tuvo al preguntarle a sus amigos y conocidos. A raíz de eso, dejó su trabajo, cogió una mochila y recorrió todos los países hispanohablantes durante unos cuatro años.

Debido al desconocimiento de los entendidos, y no entendidos, decidió preguntarle a cualquier desconocido si le sonaba esa canción (Eriel estaba segura de que no era una canción inventada por sus padres, porque recordaba con claridad la música, y ellos no sabían tocar ningún instrumento ni mucho menos componer). Así que Eriel ingenió muchas formas para llegar a la gente y otras tantas para conseguir financiación, que fueron narradas hasta la penúltima página del diario. Coordinó una serie de obras con el Teatro de los Andes para adentrarse en decenas de comunidades recónditas, convenció a Alberto Spinetta y a Mercedes Sosa para realizar actuaciones en varias ciudades y pueblos de Argentina… y montó un centenar de acciones con actores callejeros y músicos de 18 países. Pero ninguna persona le dio lo que buscaba.

Al terminar su diario, en el lunes final, Eriel escribió: “Convencida de que yo era quien le había puesto instrumentos a esa canción familiar, decidí irme a cualquier parte. Estiré la mano y un autobús amarillo se detuvo. Había un asiento vacío junto a la ventana, al lado de un niño que llevaba un mandil con el nombre Gonzalo bordado en el pecho. El bus comenzó a moverse mientras yo no podía retener las lágrimas de impotencia, de fracaso. Traté de animarme para no llamar la atención y por manía comencé a tararear la melodía de mi canción. Y ese niño, Gonzalo, comenzó a cantar, y le siguió un joven canoso, y después un hombre muy arrugado que estaba delante, y siguieron todos los demás, hasta el chofer. Era hermoso escucharlos…

El que acelera el paso descubre la nostalgia
el que se queda en el momento se queda
mas el que decide crecer conservando al niño
avanza hacia atrás recuperando su inicio
y los recuerdos que traspasan el ombligo

Si de verdad quieres crecer y no envejecer
recuerda que el juego es el principio de todo
y recuerda que ser parte es el único modo
pero es necesario que recuerdes ante todo
que sin arrugas nunca encontrarás el modo

de retomar las huellas para no envejecer…

Y mientras los escuchaba, me di cuenta de que el bus avanzaba marcha atrás”.





Ninguna lágrima rescata nunca el mundo que se pierde ni el sueño que se desvanece.

Juana de Ibarbourou