sábado, 28 de mayo de 2011

Una tarde más, decidió salir nuevamente, quizá sería la última de todos estos años,finalmente cerraría una etapa más de su vida. Tomo las llaves del auto y condujo hasta aquel viejo edificio, era una tarde gris, nublada, solo esperaba que las gotas de lluvia empezaran a caer.Sería la tarde perfecta.
Esa tarde estaba en la cima de uno de los edificios más altos de la ciudad, esperaba que las gotas de lluvia cayeran sobre su cuerpo, deseaba sentir el agua helada sobre su piel, sobre su rostro. Entro al sótano del edificio, estaciono su auto en el primer lugar vacío que encontró, recorrio por un momento aquel viejo parqueo con sus ojos, sonrio y recordo la primera vez que lo visito, se vio a si misma entrando al parqueo, parqueando el auto en el lugar que estaba justo a su izquierda, recordó cuando salio del parqueo (Sin duda jamás lo olvidaría). 
Salio del auto, hecho un último vistazo al parqueo y sonriendo camino hacia el elevador, el lugar seguía siendo el mismo, las gradas junto a dos viejos  elevadores, unos cuantos rótulos indicando los lugares del edificio, aún seguía su nombre allí escrito. Oprimio el botón para subir al sexto nivel, entro al elevador, dijo buena tarde al único ocupante que casualmente también se dirigía al sexto nivel. Vio como los números del elevador iban aumentando indicando el nivel, espero sentir ese estremecimiento que se siente cuando el ascensor se detiene, se despidio de la persona que iba en el mismo asensor y salio.
Vio las gradas junto al elevador, vio hacia la izquierda y luego hacia la derecha, todo era exactamente igual, solo las rejas negras ahora colocadas tanto al lado derecho como al izquierdo del ascensor habían cambiado, antes no existían. Toco el timbre de aquella puerta blanca, espero por unos momentos a que alguien le abriera y entro.
La habitación seguía igual, unas cuantas pinturas, un televisor, el despacho, dos cestas con revistas viejas y otras dos puertas blancas al fondo. Aquella que antes era blanca con una línea celeste ahora era naranja combinada con marrón, le pareció hermosa. Las nueve sillas seguían ubicadas exactamente igual. Se sentó a esperar una vez más, llevaba cuatro años de visitar aquel lugar y no había visto la hermosa vista desde la ventana, quizá si la vio, pero nunca le presto atención. Vio una vez más la pintura de una mujer formada por flores pintadas, recordó pasar horas viendo aquella pintura, tratando de entender cada trazo, cada línea y cada uno de los colores usados. Desvió su mirada una vez más hacia la ventana, esperando ver la lluvía caer una vez más y por última vez, en aquel lugar, en vez de eso vio el hermoso horizonte que se perdía entre las nubes, algunos edificios y árboles. Estaba tan concentrada en la ventana que no escucho sonar el timbre, solo pudo ver como un avión se deslizaba a través del cielo, traspasando las nubes, vio como se movía de un lado a otro y como descendia y se perdía en el horizonte, deseo estar en aquel avión, otro más paso, luego otro y otro, este último sin lugar a duda lo recordaría para siempre, paso tan cerca que parecía que podía tocarlo, era blanco con líneas rojas, deseo una vez más ir en ese avión, deseaba que se dirigiera a aquella lejana ciudad que tanto añoraba. Simplemente sonrió una vez.
Sin tener noción del tiempo paso una hora sentada frente a aquella ventana. Era tiempo de pasar a la siguiente habitación, camino por el estrecho pasillo que las separaba, cruzo la puerta vio a su alrededor, aún estaban las tres divisiones que partían en tres a aquella habitación. Una vez más en aquel pequeño lugar divisaba un reloj, una ventana y la radio encendida, se ubico en el lugar de siempre, espero por unos momentos, se concentro en la ventana que daba a una calle repleta de autos, parecían ser los mismos autos de siempre, trato de ver y entender la publicidad ubicada en pequeñas vayas, su vista ya no era la de antes, no lograba entender lo que decían aquellos letreros, vio la hora en el reloj (17:20), en la estación de radio sonaba una vieja canción que amaba, que le traía buenos recuerdos. Sin embargo, aquel momento perfecto no lo sería por más tiempo, se desilusiono cuando le dijeron que tenía que regresar una vez más, su día tan especial no era el indicado. Otra vez tendría que repetir aquel día, recordar todo, buscar algo interesante, algo diferente, ya que ese día se había convertido en otro día más, uno igual a todos los demás.
Otro día más había acabado, las gotas de lluvia no llegaron, quizá porque no era el día indicado, quizá la próxima vez, cuando regrese, por fin pueda terminar con esos días. Adiós a otro día.

sábado, 21 de mayo de 2011

Mis palabras no importan ya más,
una respuesta fría,
sin pensar en lo que dirán,
una simple respuesta, directa,
cuál será la reacción,
no lo sé y ya no me importa.
Me preguntaba cuál esperabas que fuera mi respuesta
si esperaste que fuera sincera
o deseaste que por un momento te dijera una verdad metirosa,
sabías que ya no me importabas,
que lo que fue aquellos días se había perdido
y se había quedado en el olvido,
que ya no te desea,
que aborrecia tu ceranía,
que te odiaba en silencio,
ocultando todo bajo una sonrisa,
un simple saludo.
Mujer sin vida, dependiente de hombres,
intentando llorar, ocultandose bajo falsas lágrimas
que no tienen significancia,
tratando de cubrir con palabras y lloriqueos
los errores que has cometido en su vida.

Mujer de madrugada, hablando de unos y de otros,
intentando ser la victima del mundo,
amezando con suicidios inconclusos,
desahogando tus penas en botellas de alcohol
escondidas en el ropero que has roto,
aquel que otro más te ha regalado.

Mujer asquerosa, mantenida
que a nadie importa, todos pasan por ti
pero todos te han dejado de desear,
sucumbe entre las sábanas que la otra noche fueron habitadas por otro
y que hoy han dejado de estar acompañadas.

Una llamada de media noche,
unas cuantas palabras sin sentido,
otro suicidio que no ha ocurrido,
¿Cuándo realmente lo harás?
Quizá tus fuerzas se han ido,
lo sé,
no es más que otra de tus jugadas,
no es más que otra telaraña que has tejido
¿A quién atraparas ahora?

martes, 17 de mayo de 2011

Si, es cierto que me deshago de uno para llegar a otro,
es cierto que mis mundos existen en mis realidades paralelas,
cuantas serán, hasta ahora no lo se,
porque ni mis mundos he podido contar,
me detengo en medio de la nada,
esperando una reacción,
un decir,
mientras el tiempo pasa mi mente gira
hacia un tiempo atrás,
sigo viendo la misma situación ir y venir
en distintas formas, en distintas ocasiones,
sin que para mi llegue a tener sentido,
solo me lleva a tomar una decisión
y olvidar todo lo relacionado a mis días planeados,
a mis ilusiones creadas,
seguiré siendo aquella que un día deseo gritar
y en vez de eso callo,
aquella que se trago cada gota amarga
de días disfuncionales,
aquella que quiso correr pero no pudo ni caminar,
aquella que hoy,
en medio de la noche
sigue esperando una llamada sin importancia
que nunca llegara,
una llamada sin importancia ya que dejo
de creer en soluciones a problemas
sin soluciones, quizá este sea,
Mi último adiós...