domingo, 2 de junio de 2013

El hada y la bruja: Añoranzas y Recuerdos

Algunas veces nos sentamos a recordar momentos, instantes, pedazos de días que se han ido y que ya no regresarán pero que nos traen nuevos momentos que compartir.

- Alguna vez pensé que podía salir volando por la ventana de mi cuarto, tocar las nubes, ir más allá, llegar a la luna, a las estrellas.

Pensé en llegar a esta ventana, en regresar al mundo del que deseaba salir huyendo.

- ¿En dónde  me encuentro ahora? Recordando el olor a los tulipanes, recordando un instante de mis días de infancia, recordando una sonrisa, una lágrima, un hola y un adiós. Recordando un beso.

Por mi mente pasa la imagen de mi reflejo en el lago oscuro iluminado por las estrellas que dibujan un hermoso paisaje junto al cuarto creciente de luna y mi silueta borrosa.

¿Por qué has decidido recordar hoy un momento del pasado? ¿Acaso extrañas quién eras? ¿Extrañas en dónde estabas?

- Cambie mis días, me fui por la salida fácil, mi cuerpo está muriendo, yo estoy muriendo. Lo único que me queda en medio de esta soledad es aferrarme a un recuerdo vacío porque destruí los recuerdos felices que pudieran llenarme de vida y que  no me dejaran salir.

Mi libertad es ahora está prisión de hermosos vestidos, hermosas telas, hermosos paisajes, banquetes acá y allá,  cenas bajo la luz de la luna. Solía ser quién vagaba por el bosque sobre una ráfaga de viento, solía ser quién añoraba esto que hoy tengo y que hoy parece no tener sentido. Extraño done estaba antes, extraño la compañía de la soledad, de la oscuridad y la luz, extraño ver mis arrugas, mis cicatrices, mi cabello casi blanco, sé que estoy muriendo.

- Alas, eso me faltaron, alas para volar. Imaginación para obtenerlas, sueños, alegría, amor.

Mi escoba me dejo.

- Quizá te encuentre, quizá me encuentre, quizá ...

Quizá...

domingo, 24 de marzo de 2013

Historia corta 11: Él, pensamiento.

Algunas veces te quedas pensando en que hay al otro lado de la pared. En esta ocasión por querer salir de estas cuatro paredes que encierran grupos de pensamientos y sentimientos que podes leer por sus débiles mentes. No se que crees que sos o que creen que sos porque los observas y naufragas entre un mar de pensamientos suyos y tuyos, quizá incluso los míos. Decidis salir al balcón, hay tantos cuartos en este laberinto de mundos que te sentis invadida por la curiosidad y te acercas a observar que hay más allá y es entonces cuando le ves o quizá no le ves porque desde hace algún tiempo le ves en todo lugar e imaginas encontrarle, pero caes a la realidad de que podría ser cualquiera y no él.

Repentinamente alguien se acerca y con ese alguien sus pensamientos: ¿En dónde puedes ver el amor? le preguntaba...

Escrito en el cielo por las nubes, las estrellas y la luna. En el atardecer cuando el sol se esconde, en el amanecer cuando las estrellas una a una se apagan. En los celajes. En unas cuántas letras escritas. En los secretos ocultos tras la tapa de un libro. En el cantar de las aves en verano, quizá en el canto del guarda-barrancas. En las alas de los pájaros deslizándose a través del cielo. En un simple rayo de sol. En las ramas y las hojas de los árboles dibujadas con extrema exquisitez. En las flores. En un beso. Sin ir demasiado lejos, en una mirada y un silencio. Al cerrar los ojos y abrirlos. En todo el alrededor y las luces que te rodean. En la existencia misma. En aquellas luces que no ves y sin embargo brillan sin cesar. En la luz de nuestra vida. Todo lo que existe es luz. Luz clara y pura. Somos luz.
Y entonces te das cuenta de lo hermoso de los pensamientos y regresas. Solo para divagar una vez más entre el mar de pensamientos que te llegan porque quizá en alguno de esos pensamientos lo volveras a encontrar porque te conocía y decidió entonces convertirse en el pensamiento.
  
 

Ruleta

Una sola conexión. Regresando, va y viene la ruleta en la que nos encontramos en ese fantástico sube y baja. En la cima, en lo más alto, estando allí pensamos que aún podemos subir más y entonces, allí estamos, más allá. Lejos de la imaginación y del mundo en este preciso momento, solos en la inmensidad de la eternidad y del tiempo y la existencia pura de nuestros seres.

Es este el vacío del silencio y la ausencia propia de un suspiro que me robas tras un suave beso que se queda encerrado entre estas paredes de cristal. Es allí donde una vez más nos encontramos y sabemos que nos conocemos de algún lugar lejano en el tiempo. Y es allí dónde una vez más te rechazo para luego caminar a una lenta muerte en la que decido ahogarme en el Sena y perecer por amor a encontrarte una vez más y volver a enamorarme. Solo para vivirlo una y otra vez, para que este amor jamás se termine como se termino en alguna ocasión.

En eso te das cuenta que estas en la cima dando vueltas hacia un lado y luego hacia el otro y tu mundo se detiene y el mío también ¿somos conscientes del cambio de nuestras vidas? Para bien o para mal dos mundos son uno ahora. Somos uno solo aunque yo muera tu existencia será nuestra.
Soy quien a lo lejos escucha el sonido de la lluvia. Difícil es aceptar que una vez más el cielo se tiñe de gris. Aún así da paso a las gotas que caen sobre mí empapando cada centímetro de mi cuerpo y veo al cielo y los celajes se empiezan  a asomar y contrastan con esta fría lluvia y me quedo parada contemplando el horizonte.

Y sin embargo solo me queda ver transcurrir las horas sin otra ocupación más que pensar en los momentos que se escapan en el olvido de una nota. Quizá de la sinfonía completa que algún día bailamos.

Entonces cruzaremos como fantasmas alguna callejuela de nuestras vidas tardías solo hasta que mi pluma este impregnada de suspiros de amor para pintar el universo real con los colores de los sueños y si aún así te perdiera, si te perdiera, quizá te encontraría, quizá una vez y si te llegará a encontrar sería bajo la tierra.

viernes, 22 de febrero de 2013

Una tienda de antigüedades

Jamás visite alguna, aunque si viajar a través de letras se puede definir como una visita, lo hice. Visité una tienda aquel día o aquellos días que me perdí en París en una pequeña tienda de antigüedades, la imagine tantas veces y repase tan detalladamente cada una de sus paredes y esquinas que he llegado a pensar que realmente he estado allí. Anoche vivía de una, pero fue solo en un sueño.

La familia completa termino involucrada en lo que empezó en uno de los lugares, quizá, más escondidos de la ciudad. Empezamos un verano, el local era un pequeño lugar con pocas cosas que íbamos adquiriendo día a día y que poco a poco vendíamos. Solo eramos tres amigos.

Aún recuerdo el primer día en la calle Mariscales, finalizamos siendo treinta y cinco. Todos veíamos como la tienda se poblaba tanto de personas como de objetos de todos tamaños y algunos tan antiguos y extraños que apenas cabían en la imaginación de algunos, incluso en la mía.

La calle Mariscales era una de las calles principales de la cuidad, todos y todas caminaban o pasaban por allí solo para admirar los hermosos y mágicos edificios sacados de cuentos o historias de algún pintor, o eso se pensaba. Algunos simplemente caminaban, otros entraban a ver algo en alguna de las sofisticadas tiendas de ensueño, era como estar en París  Venecia y Nueva York al mismo tiempo, una combinación de antigüedad, estilo y modernidad en un pedacito de ciudad.

La tienda abrió aquel lejano día de abril, empezamos con lo poco que teníamos en el viejo local, la habitación se veía vacía, pero conforme avanzo el día todo cambió. Abrimos a las ocho treinta, recuerdo haber sido yo quien levanto la persiana de la puerta, era tan ancha, tan grande que desde adentro podía ver todo lo que pasaba por la calle, algo hermoso y mágico.

La tienda era mágica. ¿Qué pensarías si te dijera que cada vez que alguien asomaba su mirada por la tienda, esa mirada tenía el poder de traer a la tienda aquello que ese alguien imaginaba que debía estar allí o que le gustaría encontrar? Así fue como la tienda se lleno de artículos hermosos, mágicos. Así fue como vos apareciste, supongo.

La tienda estaba completamente llena de personas y antigüedades que iban y venían, la noche empezaba a caer y la tienda empezaba a iluminarse con pequeñas luces que la pintaban de un blanco brillante que se encendía y apagaba como las luciérnagas perdidas entre las hojas de los árboles, y bajo el más frondoso me encontraba yo, recostada sobre el tronco del enorme árbol, esperando, observando, las luces, las estrellas y el va y viene, el movimiento en sí. Esperaba por vos. Y así apareciste, junto a mí, con tu sonrisa de siempre y el brillo de tus ojos marcado por la felicidad de un instante, como un haz de luz. Me abrazaste, me viste a los ojos y me besaste. Me aleje sin decir nada y me perdí entre la multitud.

No sé como es posible huir de nuestros deseos, de aquello que queremos cuando llega, pero lo hice. Huí.

Al cerrar la tienda solo quedamos los treinta y cinco, ya no eramos más solo tres, te veo acercarte, lentamente, tranquilamente, me pierdo en el suave roce de tu piel, de tus labios, me pierdo en tus besos.

No puedo evitar recordar ese momento, un momento que quizá jamás sucedió. Cierro las puertas y la vista de Mariscales se apaga lentamente en la noche fría, la brisa corre y juega con las hojas que caen siguiendo la sinfonía de un claro de luna, observo a mis padres sonreír y ser felices mientras suben al auto algunas cosas que hay en la tienda. Los gritos de alegría interrumpen mis pensamientos y acaban con el día.

La tienda es solo un sueño al que pertenezco, en el que quiero quedarme porque prometiste antes de marcharte, regresar cada vez que lo deseara, dijiste que nos encontraríamos acá, en este lugar, bajo las estrellas, bajo este hermoso árbol, testigo de nuestro amor, testigo de mi amor porque sos solo el deseo de mi corazón que con la ayuda de está mágica tienda te trae a mí.

jueves, 21 de febrero de 2013

Puedo olvidarme desde hoy de mis pensamientos (esos que me sacan del pasar de los segundos del día y se convierten en vos) y quizá así puedo matar un sentimiento que aparece poco a poco y que antes quise ocultar. Me distancie solo por un instante de vida porque pensé que si desaparecía esto que hoy vuelvo a sentir se iría, pero solo bastan unas cuantas palabras para saber, para tener la certeza de que mis sentimientos siguen siendo los mismos, que aún podes meterte en mi mente y hacerme feliz y que no es necesario vivir en sueños para vivir y ser feliz.

Vida en este momento, no más vidas de sueños porque sos real. Tan real que puedo besarte en este momento y sé que no desapareceras cuándo abra mis ojos, tan real que puedo sentir tu piel al tocarla, puedo ver tu sonrisa, pasar mis manos entre tu corto cabello y allí estarás. Puedo ver tu mirada fija hacia la nada.

¿Soy real yo para vos?

Suele suceder con frecuencia, quedo sumergida en un mar de pensamientos e imagenes, ilusiones y fantasías, sueños sobre vos, sobre mí, sobre vos y yo. Y me pierdo y no regreso hasta que un susurro del viento trae tu voz y regreso a la realidad, realidad en la que estas presente pero un poco lejos...

miércoles, 13 de febrero de 2013

El hada: Sólo algo que quiero decir I






¿Hacia dónde van las palabras que se pierden entre la penumbra de la noche y la oscura bruma de un día de tormenta?
¿En dónde se pierden las letras que te mentían?
¿Y en dónde se perdieron los besos que te di? Se perdieron tras las hojas de aquel viejo árbol.

¿Qué es de aquellas sonrisas que se ocultaron como un conejo en mi sombrero de bruja negro? Seguirán allí ocultas hasta que alguien más tenga el valor de ir a por ellas.






¿Qué es de mi sombrilla? Es aquella que quiso ser mi protectora, la que me ayudo a detener todo aquello que tu voz traía al pronunciar cada palabra, me ayudo a defenderme de tus sentimientos y de los míos creando una barrera invisible entre nosotros que como gotas de lluvia intentaban hundirme, empaparme.





Es este lago en el que me reflejo hoy, lágrimas de felicidad y tristeza, mezcladas todas juntas porque todo es así de simple, todo se queda encerrado en este dibujo, entre tormentas y noches de luna despejadas, entre sombrillas y sombreros y un árbol cuyas raíces guardan los recuerdos de los días que juntos caminamos en sueños, los días que juntos caminaremos.



domingo, 10 de febrero de 2013

Viajando a través de Berlín

Ayer por la tarde mientras estaba en un autobús lleno de ancianos en Berlin, me recordé de vos, vi la fecha que marcaba el calendario 08 de octubre 1944 y pensé, a finales de mes es su cumpleaños, ¿le escribo o no le escribo para felicitarte? Recordé el verano del 42 cuándo siendo simplemente dos jóvenes con toda una vida por delante y tantos sueños por cumplir, paseábamos tomados de la mano por las calles de Berlin, las mismas calles que hoy están en ruinas, las mismas calles por las que hoy emprendo un viaje para dejar atrás la vida que lleve en esta hermosa ciudad. Las bombas caen a distintas horas del día, no sabemos a quién volveremos a ver y a quién no. ¿Por qué vos y yo no nos seguimos viendo?

Es la guerra la que nos separada, pero no esta absurda guerra, la guerra que tienen nuestros seres. Al igual que todas las guerras es absurda, pero tengo una duda, en toda guerra existe un ganador ¿no es así? ¿quién gano? ¿vos o yo? Ya no importa, el viaje es largo, apenas podemos dormir, me recuesto en la ventana del autobús y pensando en esto caigo en un profundo sueño. En mis sueños te vuelvo a ver.

Es de mañana, el bus sigue en marcha, puedo ver el alba, el amanecer de un nuevo día. Veo una vez más el calendario 09 de octubre de 1944, pienso una vez más en la fecha. ¿Sabes que ha pasado? He dormido por más de un mes, tu cumpleaños ha sido el mes pasado, no es este mes. ¿Cuándo se paso el tiempo que no me he dado cuenta? El problema es que ahora no sé que paso, no sé si he dormido todo este tiempo o fue mi mente la que me llevo a pensar que vos aún estabas aquí. El viaje apenas acaba de empezar.

viernes, 8 de febrero de 2013

Espera en la esquina de la tienda María Juana

De regreso una vez a la casa de mi abuela, como sabrán, no me agrada mucho esa idea, pero al llegar me dice mi madre que viajaremos a la playa. Mientras tanto espero el partido de futbol que no empieza. Cuándo Mariano nos dice que todo esta listo para partir que vamos todos en un mismo auto, el partido empieza, yo no quiero irme aún, no sé si ha sido cosa del destino o que ha pasado pero el auto no enciende, tras varias veces de intentar encenderlo Mariano decide ir a buscar un mecánico, pienso que es lo mejor que pudo haber pasado.

Mi madre recoge las maletas y dice que vamos a ir a la esquina de la tienda María Juana, que desilusión pienso, mientras empezamos a caminar y a cruzas una cuantas palabras, a nosotras se nos unen Adriana y Carmelo. Dibujo una sonrisa en mi rostro al ver que una pantalla gigante en medio de la calle a una cuadra está pasando el partido, al voltear la vista hacia donde esta Adriana veo que platica con alguien, pero no me parece importante ver quién es, me distraigo en mis pensamientos mientras observo de lejos el partido. Estamos esperando el bus, pero aún no se asoma por el camino, pasarán unos cuarenta minutos porque el primer tiempo está a punto de terminar cuando veo que el bus se asoma, me giro rápidamente y camino hacia donde esta Adriana para darle la noticia de que el bus se acerca.

Puedo ver que Adriana sigue platicando, cuándo ve que me voy acercando, le dice al extraño con el que habla que yo voy hacia donde están ellos, me sorprendo al estar a unos pasos al verte, no sabía que eras vos con quién ella hablaba, te sonrío y sigo caminando hacia donde ustedes se encuentran. Pero vos te despedis rápidamente, te cruzas la calle, yo te observo desde dónde estoy y sonrío, no digo nada a Adriana. Creo que aún no me queres ver, así que en otra ocasión quizá podamos hablar. Te veo una vez más alejándote de nosotras. Adiós.

jueves, 7 de febrero de 2013

La pérdida de un amor es real solo porque pensamos que es real, pero realmente esto solo existe en nuestra mente.

lunes, 4 de febrero de 2013

La bruja: Heroína de cuarto creciente

Hace tiempo que estoy en silencio, no es que no quiera hablar, es de saber que a las viejas como yo nos gusta recordar, hablar de tiempos lejanos, de días que se han ido, suspiramos al encontrar entre el vacío de las horas a un viejo amor perdido, en fin, hay tanto que decir y tanto que compartir. Empezaré por contar una antigua historia de una heroína, cuando era joven (hoy vuelvo a serlo en parte), solíamos reunirnos con los ancianos de la villa bajo el árbol de la luz cada primer día de cuarto creciente. Nos hablaban de los antepasados, de leyendas, de historias, de cuentos. Recuerdo esa vez cuando la anciana señalaba la constelación de Gwendolyne, aquella que no moría. Ella se convirtió en mi heroína y muchas noches soñé que era ella.

Era un día común y corriente, soleado - empezó a decir la anciana - de aquellos que Gwendolyne amaba y esperaba ver cada día al amanecer. Como de costumbre se vistió y peino su cabello negro. Después de unos segundos de estar contemplándose en el espejo, se escucharon unos fuertes golpes en la puerta. Sophie se encuentra al otro lado de la calle con su pequeño hijo en brazos, entre sollozos trata de articular unas palabras, no las entiende, después de tranquilizarla un poco, logra decir que Mía está cautiva, la han capturado por negarse a quedarse en aquel horrible lugar un día más. Algo que me parece muy extraño, es que Lorraine esté con ella, observa la conversación, pero como siempre, parece estar perdida en el vacío de sus pensamientos, aunque en este caso podría decirse que es una reacción común, ya que ella ama a mía como si fuera su propia hija.

Mía se encuentra en el castillo Laberinto, un hermoso y siniestro lugar es como un laberinto oscuro de gradas en movimiento, - No sé si ya lo mencioné, interrumpe la anciana, pero Gwendolyne forma parte del grupo rebelde. - He decido ir a buscar a Zoé, ella conoce más sobre el Laberinto, el mundo no es aquel de antes, del que todos hablan con tristeza y añoran, aquel en el que mis padres crecieron e intentaron salvar, aquel al que mis abuelos viajan por instantes y sonríen, aquel que dibujaron. Lorriane a insistido en acompañarnos al Laberinto (es un lugar hermoso), claro que a mí eso no me agrada del todo, pero su insistencia a sido tanta, que ha venido con nosotros. Logramos entrar fácilmente a Laberinto (eso realmente me parece extraño porque puede que sea una trampa, las cosas se van dando de forma demasiado fácil), hemos encontrado a Mía en la planta principal, salimos con ella, hemos decidido que el mejor camino a tomar es cruzando la frontera yendo por el camino del sendero de la colina alta, es un camino algo cansado, pero es el mejor para escapar. Logramos llegar al final, un grupo de personas que se ha enterado de lo sucedido nos espera, Lorriane lleva a Mía como que fuera su hija (es una oportunista), nos detenemos por un instante, aún siento temor de que nos descubran, somos un blanco fácil en donde estamos ahora, observo hacia todos lados mientras ruego a Lorriane que nos apresuremos, que sigamos. Zoé y los demás están tranquilos, celebran que lo hemos logrado, sonríen, platican, esperan por Lorriane, no estoy segura de que tan buena sea esta demora. Por la colina se asoma alguien, son ellos, armados con largas espadas y pequeños cuchillos, tomo a Lorriane por el brazo para que salgamos de allí, ellos se empiezan a entre mezclar con el grupo de personas y nosotras nos alejamos, con Mía es difícil ir demasiado rápido, avanzamos poco y ellos se acercan, volteo la vista atrás, falta poco, solo tenemos que cruzar la calle, pero nos van alcanzando, no puedo correr más rápido, no puedo avanzar más, siento algunas punzadas en mi cuerpo. Estoy inmóvil  no sé que ha pasado. ¿En dónde estoy? He regresado a mi casa, no sé que ha sucedido, estoy en mi cama, acabo de despertar, ¿fue acaso todo esto un sueño?.

Intranquila voy a tomar un baño, me arreglo, me peino, sin notarlo me he puesto la misma ropa que me visto llevar en el sueño del que acabo de despertar, mejor dicho, de la pesadilla de la que acabo de despertar, estoy frente al espejo viendo mi imagen, hoy me parece diferente a la de otros días, a mí mente viene el fugaz recuerdo de alguien que está apunto de tocar la puerta. Tal como en el sueño es Sophie quién toca la puerta, sé que pasa, y qué tengo que hacer, está vez me dirijo sola hacia Laberinto, sé donde esta Mía, no quiero que mi sueño se repita, mientras voy entrando a Laberinto soy emboscada en uno de los segmentos de gradas, un grupo algo grande se acerca a mí. - La anciana interrumpe, ve al cielo y tras un largo silencio dice, Gwendolyne no sabe que ha pasado ésta vez, ella intentó cambiar el rumbo de las coas tomando decisiones distintas, se arriesgo a ir sola, pero una vez más, todo salió mal, no sabía que hacer y mientras divagaba entre un sueño y la muerte y el despertar del día una vez más escucho una voz a lo lejos que le susurraba algo que no podía entender: "Debes buscar al tiempo" dijo la voz, ¿al tiempo se pregunto ella?, "Emelie", susurro la voz una vez más, "La encontraras al final, dónde se encuentran los mundos enfundada en un traje viejo color vino.". De vuelta a casa.

Una vez más me dirijo hacia Laberinto, está vez sé que tengo que buscar al tiempo y preguntar que hacer y que es lo que esta pasando, será difícil encontrarla sin ser vista, pero tengo que encontrarla y poner fin a todo esto. Subo todos los segmentos de gradas en movimiento que están a mi paso, llego al último piso, allí dónde se supone estará el tiempo esperándome, hay dos tiempos dijo la voz, el de color vino es al que yo busco, ellos también buscan al tiempo, intentaran impedir que yo llegue a mi destino, el último nivel es una serie de cuadros, paredes en movimiento en el cual las personas aparecen y desaparecen, tras uno de esos esta el tiempo, esta Emelie, me han visto, ahora veo a los dos tiempos. Emelie esta cerca, ellos van tras el otro, Emelie es una dama de avanzada edad, luce tranquila, observa el alrededor y sonríe tranquila, esquivo varios cuadros intentado llegar a ella, ellos están cerca y tratan de alcanzarme, durante el último movimiento de los cuadros ellos han alcanzado a rozarme las piernas mientras, me dirijo hacia Emile, ella me mira y me sonríe, los cuadros en los que estamos sumergidas empiezan a cerrarse. Su voz es hermosa cuando habla, -El tiempo en este caso, jamás terminará, dice ella, esto terminará cuando salgas con Mía de acá con vida, ambas deben sobrevivir, no deben morir para poder despertar del sueño, de esta pesadilla.- Mía esta en la sala principal, corro hacia ella pero algo esta mal, no sé que ha salido mal esta vez, Laberinto empieza a desvanecerse mientras recorro cada segmento de escaleras intento escapar, me desvanezco, ¿qué ha sucedido esta vez?

El silencio que siguió a todo esto fue eterno, la anciana no dijo nada más, el fuego ha empezado a apagarse, sonríe, se levanta y empieza a caminar, desaparece. Yo me he preguntado por muchos años que paso con Gwendolyne y Mía, ¿qué cosas nos oculto sobre el tiempo, sobre Emelie? ¿qué pasa con Laberinto? pero sin embargo, esté fue mi sueño por largos años, imaginando a Gwendolyne, queriendo ser ella, rescatando a Mía una y otra vez, intentando no morir, pero el tiempo empezó a borrar este hermoso sueño, pero hoy sin razón alguna lo recuerdo y pienso: ¿Qué sucedió Gwendolyne?

Ahora me pregunto, ¿Somos acaso todos héroes y no nos damos cuenta? ¿Estamos rodeados de héroes que sin tener super poderes o sin viajar en el tiempo, seres inmortales nos salvan de esta vida? Quizá así sea, mi heroína esta vez ha sido ella y quizá yo he sido la suya, nos hemos salvado mutuamente de la vida a la que estábamos destinadas, pero aún así, creo que cada uno puede ser su propio héroe. Sé que soy vieja, pero aún puedo ser una heroína, ¿no lo creen?

viernes, 1 de febrero de 2013

¿A quién buscabas?
- Era a vos. Pero me negaba a aceptar que entre tantas personas fueras vos.
Hoy es la lluvia la que trae el recuerdo de un sentimiento lejano que deje que el viento se llevara y que el tiempo matara.

Es así de simple, ¿para que seguir buscando aquello que dejaste ir? ¿Para que echar un vistazo al pasado que es tiempo que ni existe? ¿Para que buscar recuerdos? ¿No será mejor olvidar? ¿Por qué los reclamos por hechos pasados que no tienen importancia o será que para algunos sí tienen importancia? ¿Cuántas preguntas más queres que yo escriba para que de una vez por todas sepas que ya no existe nada? ¿Cuántas veces más queres que llore? ¿Cuántas veces más queres que me oculte por vos? ¿Cuánto más querida? Ya no puedo más...

Gafas oscuras

¿Para que usamos las gafas oscuras? ¿Las usamos realmente para protegernos del sol?

Hoy por unos momentos me detuve a pensar en este pequeño accesorio que la mayoría utilizamos cuando vamos a la playa, algunos lo utilizan cuando manejan, otros porque les gusta verse bien (para sen sincera, hay muchos que se ven realmente bien con gafas oscuras), en fin las usamos para un sin número de cosas. Ahora bien, ¿es fácil admitir que se utilizan como algo más que un accesorio? Creo que no. La pregunta real sería, ¿Qué es lo que deseamos ocultar?

Han sido utilizadas para ocultar emociones, es fácil llorar tras unas simples gafas oscuras y nadie se dará cuenta, estarás realizando tus tareas monótonamente mientras tus sentimientos son cubiertos por dos cristales o plásticos oscuros, tus lágrimas son cubiertas por cristales y nadie se da cuenta que es lo que te pasa, solo sonríes tras unas gafas y nadie nota tus ojos rojos, hinchados por  los golpes que recibes, es más, ni se imaginan que una gota cristalina se te ha escapado. Sigues haciendo todo monótonamente, nada pasa.

Un accesorio que además de hacerte lucir bien, cubre tus sentimientos y una lágrima que se te ha escapado, que excelente accesorio.

miércoles, 30 de enero de 2013

Solo para tener algo en que pensar

La mayoría de veces estoy pensando en algo, algunas veces simplemente dejo de pensar o se me olvida que lo estoy haciendo. Busco un recuerdo.

Por las noches es más fácil, intento dormir, si no puedo escucho música; si duermo, me pierdo en otro mundo, el de los sueños; aunque algunas veces solo despierto sin nada que hacer. Quizá de vos.

Solo para tener algo en que pensar, solo para pasar el tiempo.

Entonces pensando, despierta en medio de la noche, perdida en algún momento del día, tomando el sol, leyendo, escribiendo, busco un recuerdo, de vos, solo para tener algo en que pensar, solo para pasar el tiempo, tu sonrisa, esa expresión al sonreír, tu voz, esa forma tuya de hablar, tus brazos, eso que me hace querer abrazarte y no dejarte ir, tus labios, que quizá hoy quiero besar, pero solo para tener algo en que pensar.

jueves, 24 de enero de 2013

Sin esperanzas de encontrarte te escribo una y otra vez, una letra, cientos de letras, miles de letras que quizá lleguen a ti algún día.

miércoles, 23 de enero de 2013

Gente alrededor

Estas rodeada de tanta gente, personas que dices conocer y de un instante todo parece esfumarse. ¿Cuántas personas dices conocer porque las ves cada cierto tiempo? ¿Cuánto pretendes saber de unos o de otros? Esta será la primera vez que los veas como son, es de aquellas historias que parecen increíbles pero te vas dando cuenta que lo único increíble es lo increíble. Van apareciendo uno a uno esta noche en la que la comida abunda y cada una de las miniaturas que Marta a preparado parecen desvanecerse a los ojos de todo aquel que desvía la mirada solo para ver que hay en un plato servido sobre la mesa. Unos comen, otros ríen, otros hablan, sin embargo yo observo, desde lejos veo a cada uno de los allí presentes, no veo a los que conozco, no veo en ellos nada, solo veo lo que no son.

El hada y la bruja: Vieja historia de "Amor"

Hoy mientras caminaba, una vez más perdida en el bosque, un recuerdo vino a mi mente, fue algo así como una sucesión de imágenes que aparecen como traídas de un sueño o un cuento. Creo que jamás le he contado a alguien y los que me conocen (conocieron, porque ya no soy aquella de antes) saben que me encantan los sueños, que me emocionan, al mismo tiempo me causan temor o miedo al ver en ellos alguna escena repetida vista en algún otro sueño sabiendo que las consecuencias que trae consigo no son del todo buenas, aunque, ¿qué se puede decir de un simple sueño?

He regresado a mis días de escuela, después de mucho tiempo, en el salón puedo ver a algunos conocidos y otros desconocidos (aunque creo que todos son conocidos, la verdad es que mi memoria no me ayuda mucho). Yo estoy sentada en la primera fila (algo muy extraño en mí), sentada al lado de la ventada (les he contado que me fascinan las ventanas y puertas), a mi lado esta sentada Natalia, ella ha sido mi amiga desde el primer día de clases, creo que nos llevamos bastante bien.

En la tercera fila, sentado al lado de la ventana (que casualidad), recostado sobre la pared esta él, lo observo y sonrió mientras pienso en las veces que hablamos de encontrarnos en el mismo lugar, algo imposible, aunque según dicen, lo único imposible es lo imposible, creo que esta vez, aplica. Parece que fue ayer, parece fue en otra vida, ¿Cuánto tiempo paso realmente? Le miro mientras él me ve, con esa misma mirada con la que a veces me veía, tristeza mezclada con irá, sonrió y discretamente lo veo, aunque no sé si se ha dado cuenta, es más, creo que lo único que quiero es saber que esconde hoy su mirada. Qué absurda me siento.

El salón empieza a quedarse vacío, todos han empezado a salir, como de costumbre yo no me muevo, detesto esas aglomeraciones que se hacen en las puertas cuando todos quieren salir, algunos pasan despidiéndose de nosotras y cruzan una que otra palabra que no entiendo, él tampoco sale (que estúpida soy), pienso que quizá quiere que hablemos (que ingenua), mientras tanto me distraigo recogiendo del escritorio los pedazos de papel de una hoja que deshice una vez más después de llenarla de tontas historias de chica romántica y melancólica, muy tarde me he percatado de la situación, es esa mirada en él, aquella de indiferencia mezclada con deseo, ira y destrucción, aquella mirada que tan bien conocía, él empieza a caminar hacia nosotras, Natalia esta inmóvil a mi lado, con esa mirada perdida de placer y remordimiento que vi aquella vez, me levanto e intento alejarme, pero ya es demasiado tarde, él esta frente a Natalia, sujetándole levemente el rostro y dándole un beso. Me mira y sonríe  es esa sonrisa de burla y desprecio.

Que ingenua, lo sabía y caí una vez más en la trampa de él y la supuesta ignorancia de lo sucedido hace poco, ella con su supuesta ignorancia de aquello. Ella se va, ignora mi pasado, él no le ha dicho nada, esa es su jugada, me ha destrozado y lo sabe. Lo ha encontrado.

Me quedo por un momento más en el salón completamente ausente de vida, camino ahora hacia la sala de vestuario donde tengo que probarme algunos vestidos para el festival de esta noche, son hermosos, me distraigo.

¿Qué hace él acá? ¿Se burla de mí? Recostado en la pared me espera.
- ¿Pensaste que te había olvidado? -Pregunta- ¿Pensaste que era para mí fácil ignorarte, besarle a ella, mientras eran tus labios los que imaginaba, los que buscaba, estando tan cerca?
Me quedo en silencio, para mí aquello era solo un juego de chiquillos, unas miradas y ya, aunque me dolía verlo con ella o quizá era verla a ella con él, no le quería más, hacía algún tiempo que había aprendido a vivir con su ausencia, a aceptar el hecho de que ya no estaba, olvide su olor, su contacto, su mirada, me aleje y le deje, eso decidimos, sin embargo quería saber, solo quería saber si aún pensaba en mí.

Se acerca y  me besa, yo le dejo, quizá por venganza, quizá para sentir que he ganado.

Mientras tanto, mis padres, amigos y hermanos intentan levantar las piedras de ladrillo de tierra que nos separan de aquellos que se han ido. Yo he visto a mi vieja abuela sonreír mientras deshace sus blancas trenzas para rehacerlas una vez más, aquella niña se acerca a ella, para decirle que su mamá quiere hacerle trenzas como las que usualmente llevaba su abuela, pero la niña sabe que solo su abuela puede hacerlas, yo las observo, pero ellas no me pueden ver, dicen que son recuerdos, otros que son sueños, nosotros sabemos que es el mundo de aquellos que se han ido. Me toca a mí ayudar.

Le he dejado una vez más, solo quería ganar una vez. Hemos empezado a quitar ladrillos, la luz ahora nos rodea.

Hablar de engaños, amores, temores, de aquellos que se van y nos dejan, de aquellos que dejamos, me hace pensar en la vida que he dejado por perseguir un sueño, mi sueño.

- Las viejas solemos ser más sabias, la vida nos ha preparado para emprender un nuevo camino en el que conocemos un poco más de lo que pasa a nuestro alrededor, algunos tenemos más días que otros, otros aprendemos más que otros, en fin, de amores y desamores aprendí. ¿Qué si les puedo contar algo? Claro que sí. Creo que empezamos con mi historia de amor.

Un abrazo

¿Recordas aquel abrazo que vi en mis sueños hace algunos meses?¿Recordas que te dije que había sido diferente porque no eras el mismo que conocí?

Pues hoy te cuento que ya viví ese sueño y ésta vez vos si eras real, era tu cuerpo el que sentía pegado al mío, eran tus brazos los que rodeaban mi cintura y era yo quien me dejaba llevar por el sentimiento de un lazo invisible que quizá vos no has notado.

Era yo quien te buscaba una vez más y me acercaba, ¿era yo o eras vos? ¿Quién era el que no quería dejar escapar aquel momento?
Quizá sigo siendo yo la que ama tu cercanía, la que añora una mirada perdida en el vacío y el tiempo, quizá soy yo quién te espera.

Pero creo que está no es nuestra vida, es tu vida. Espero volver a encontrarte y perderme entre tus brazos, al menos por un instante...

domingo, 13 de enero de 2013

"Me gustaría decirte un montón de cosas, pero me veo incapacitada moralmente para robarte ni un minuto de tu vida. Al final, tenías razón, este era mi  sueño."

jueves, 10 de enero de 2013

Arriane

Conocía a Celeste desde hacia varios años, ella sabía quien era yo y yo sabía quien era ella. Siempre bien arreglada enfundada en un bello vestido esperaba en la esquina del taller, solía saludarla y ella respondía con una gran sonrisa "hola c...". Ese día olvide lo que ella siempre me decía "no lleves nada con vos y tampoco pases en medio de las dos mujeres de la banqueta de la esquina". Con el tiempo nos convertimos en amigas. Ese día salí tras mis padres quería decirles adiós por última vez, olvide dejar la peineta de plata y olvide las recomendaciones de Celeste. Ya era muy tarde, empece a correr lo más rápido que pude pero no basto, las mujeres me tomaban de los brazos y me impedían caminar. Apareció Mariano, me pidió que le diera todo lo que llevaba, me limite a decir que Celeste me lo había robado todo. Mentí. Estando a una cuadra de mi casa, platicaba con Mariano y me decía, Celeste me ha dicho que te ha visto, "he visto a la c... después de mucho tiempo de ausencia, ha crecido", no mencionó haberte quitado algo. Salí corriendo estaba a una casa, la puerta la pude ver entreabierta, grite a Bella para que me ayudara, Arriane también llego. Mariano sonrió y dijo, así que es acá donde vivis, dirigió su mirada a Arriane, en ese momento Bella y yo tratabamos de cerrar la puerta, pero ellos luchaban por mantenerla abierta. Arriane, gritó Mariano, ayuda a abrir la puerta, la vimos, sus ojos se llenaron de lágrimas y nosotras simplemente no entendimos que estaba sucediendo.

No olvides que el pasaso de él no es tu futuro.

Para vos.

martes, 8 de enero de 2013

En silencio me siento en el sillón de enfrente tras una invitación ya que lo único que nos une son treinta minutos de una serie que se repite y se repite hasta que ya no podemos seguir viendola porque se ha terminado nuestro tiempo.

En silencio me siento a su lado mientras le pido que coloque una sinfonía relajante, porque las fuerzas se me acaban y me hundo una vez más en el mundo de encierro que ella creo para mí, la cárcel de la que aún no logro escapar.

Regreso a mi habitación y me pierdo tras las notas y el sonido de Beethoven y Para Elisa.

domingo, 6 de enero de 2013

Noche

Cada día me pregunto por la noche que vendrá. Me aterra despertar un día y que ese día jamás acabe. Me aterra pensar que la noche jamás caerá.
Es la noche la que me aterra, aquello que más amo. Me aterra que no llegue porque es mi única salida de estos días. De esta vida. Es la noche la que cambia mi presente y mi pasado, la que me cuenta historias por escribir.
Sin la noche no existo, me desvanezco de la vida y todo se vuelve oscuridad. Quién más que la noche para mostrarme quién soy y para reescribir mis días y mi efímera existencia.

sábado, 5 de enero de 2013

Recuerdos

Es de aquellas noches en las que tomas de nuevo el libro gastado y viejo que esta guardado en algún lugar de tu habitación, todo esto solo para volver a revivir los días pasados y robar al tiempo los recuerdos olvidados.

"Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro."