miércoles, 28 de septiembre de 2011

Historia Corta 8: Regresando a esa ciudad.

Vestía un abrigo azul largo que llegaba a sus rodillas descubiertas, hace algunos días había cortado una rosa y la había colocado en el centro de la pequeña mesa de vidrio ubicada en el centro de la sala, corto la rosa del mundo que ella pintó, quizá el único lugar en el que podía encontrarla, azul como su abrigo, azul como sus ojos, azul como la inmensidad de la mar y del cielo estrellado. La seguridad de una persona puede ser muy cuestionable, influye mucho el tema del que se trate y lo que se busca, influye la decisión tomada y el temor que esto puede causar, ella es una persona segura, se siente segura de sí misma, pero al mismo tiempo duda de ello. Tras tanto tiempo de esperar, por fin sale de la ausencia, del tiempo, camina sin un rumbo definido, ¿De qué sirve tener lo que quiere, si no puede ni siquiera observarlo?, sigue pasando el tiempo, la lluvia ha empezado a caer, las primeras gotas de lluvia del año, su ser deshojándose, las lágrimas se han secado, se las ha llevado el viento y jamás las trajo de vuelta, ojos perdidos, sin descripciones y mucho menos palabras, sin llamadas, sin respuestas complicadas, simples pasos al azar, sin camino ni rumbo definido, solo con una cosa es segura, salir y no regresar, salir sin saber, sin tan siquiera tener una idea de un después quizá lejano o cercano. Sabe que se dirige a algún lugar deseado pero que al mismo tiempo le causa terror, vio al cielo, lo busco entre las nubes, solo pudo ver la lluvia caer y las gotas de agua suavemente tocaron su rosto maquillado, el maquillaje empezó a caerse, recorría una a una las facciones de su cara, sus labios, pintados de rojo, sus ojos delineados, el delineado ha empezado a correrse, el negro intenso que los rodeaba ahora se mezcla con el color de su rostro, su pelo recogido, peinado delicadamente, ahora es solo cabello mojado que estila agua. Toda ella es un desastre.

Los sueños fueron en la ciudad a la que hoy recuerda a la que hoy se dirige, tan lejana, tan cercana, sus dedos no pueden tocarla, sus ojos no pueden verla, con la ilusión de parar un momento y ver el alrededor, al mismo tiempo, siente un escalofrío recorrer todo su cuerpo, pasa por cada una de las formas bien definidas, sus pechos, su cintura, su cadera, sus piernas, no sabe si es por el frío que hace o es por el recuerdo del olvido de los días de ensueño en esa ciudad, un escalofrío que la hace volver a la realidad. Mientras sigue caminando, la lluvia cesa, las nubes se abren, se dispersan, se vuelven densas y dan paso a unos pocos rayos de sol que chocan con el viento frío dejado por la lluvia, ahora puede sentir el calor que recorre su cuerpo. Mientras espera sentada en una de las pocas bancas que encontró desocupadas, ve una y otra vez el reloj, ve hacia uno y hacia otro lado, sonríe una vez más, sus labios aún siguen rojos, contrastan con la blancura de sus dientes al sonreír, simplemente se sienta a esperar el paso de los pocos minutos que hacen falta para un inesperado encuentro que está segura que quiere, pero que a la vez no, la seguridad es su mayor fortaleza pero es a la vez su mayor debilidad, esperar no es siempre lo mejor, pero mientras espera, puede ver a todo aquel que pasa a su alrededor, cada uno cuenta una historia diferente, alguien se detiene frente a ella, no dice nada, ella tampoco.

martes, 27 de septiembre de 2011

Solo por él.

No es más que el querer hacer que nada le falte, no es más que intentar tratar de consolar con palabras, pero en este caso de nada sirven las palabras, al menos las fronteras selladas se han ido abriendo, hablando de uno que otro tema que antes quizá hubiese querido escuchar, mientas pasan los minutos y vamos camino a casa la lluvia nos alcanza, el típico comentario de lo hermosa que es la calle por la que pasamos, los árboles casi rozando el suelo, completamente bañados, sus hojas estilando, la niebla se levanta de entre sus ramas y forma una capa suave de blancura que se mezcla con el color de los faros de los autos que transitan la avenida, los autos dejando ver sus colores entre la blancura, parecen pequeños adornos cubriendo la calle, sus ojos llenos de lágrimas que trata de ocultar, finjo no haberlas visto, fijo mi vista fija en el volante, no tengo más que decir, nos quedamos en silencio, mientras tanto se acerca el vendedor de flores, dos ramos de rosas, uno de rosas rojas y el otro de color rosa, rosa como las rosas, en la otra mano, dos gardenias rosas y una amarilla, cubiertos sus pétalos por pequeñas gotas por la lluvia que ha empezado a caer, uno que otro comentario sobre el auto que esta delante, mis pensamientos perdidos en otro mundo, intentando buscar un lugar fantástico al cual podamos viajar, intentando encontrar una solución al día, a las palabras, conquistaría el mundo solo para salvarlo de su propia desgracia y para darle lo que tanto quiso, conquistaría al mundo solo para que pudiera vivir una vez más en el, destruiría mundos para que vuelva a ser lo que es, conquistaría el mundo, para devolverle la sonrisa, haría todo lo que fuera, solo para que volviera a ser él, iría al mismo infierno y regresaría, solo por él, todo lo haría solo por él, quisiera que viajáramos juntos, quisiera que mis letras y a la vez mis palabras no fueran más que historias contadas en un día de alegría, tristeza, amargura, quisiera que las noches y madrugadas no fueran simples noches y madrugadas, podríamos hacer de ellas días hermosos, quizá sean negros, pero la luz de un faro, de una luciérnaga, de la luna y las estrellas las iluminarían, todo el tiempo sería un viaje, una sonrisa, esa sonrisa que perdió, el día que dejo lo que tanto amo, que no haría, solo por él, por un momento de alegría. Qué no haría solo por él.

No valen...

No valen sonrisas, no valen tiempo, no valen ni una sola letra, cuatro paredes, un simple espejo y las agujas del reloj girando en sentido contrario, marcando la hora de ayer y no la de hoy, no es más que el despertar de un sueño y una ilusión, pesadillas y fantasías, es solo la nada, en este preciso momento me he dado cuenta que esta historia ya la había vivido, es por eso que necesito construir esa máquina que me dirá lo que he vivido en otras realidades, solo para no hacer lo mismo una y otra vez, me he detenido a ver lo que muestra el espejo y no son más que paredes una vez más, paredes amarillas que parecen girar, no hay nada más que mostrar, no hay nada más que decir, otra ilusión muerta y sin tiempo ni espacio, se acaban los minutos, las agujas del reloj siguen girando en sentido contrario, mientras me alejo y me acerco, parece que el tiempo solo huye de este momento, solo huye de mí, todo se escapa de mis manos, he vuelto a ver el reloj y no sé con qué objetivo si la hora no será la que se supone que es, pero sin más vueltas, no sé porque me preocupa el tiempo o porqué me preocupa la hora.

No valen mis palabras, no valen los días, no valen los cuadros dibujados, no valen los colores creados, tampoco valen los mundos soñados, no valen, no valen, no valen mis pensamientos mucho menos valen mis sentimientos porque en todo estoy no estuviste, en todo esto, estuviste con ella y no conmigo.
Salgo de las cuatro paredes que me encierran, regreso al lugar de siempre, me siento una vez más a escribir y así se van pasando los minutos, elijo entre la lista de reproducción lo que voy a escuchar y una vez más me quedo en la última canción que escuche antes de partir, antes de salir del mundo de las ilusiones, fantasías y sueños, llámenle como lo deseen, el alrededor está en silencio, no, no es así, no está en silencio, soy yo la que ha obligado al mundo a irse de aquí, soy yo la que decidió alejarse y dejar que todos pasen sin ver lo que hay cerca, adiós a las tardes y al día, realmente no sé a qué le estoy diciendo adiós, ni siquiera sé que es un adiós, menos sabré que es una despedida. No valen estas letras, no valen las sonrisas, no valen el tiempo perdido, no se diferencia entre historias e “historias”, son simples pasos en el tiempo, falsos pasos en el tiempo, no valen pasos, menos valen sentimientos, no valen besos, no vale que te espere, si en tu mirada es ella la que brilla, no valen momentos porque en tus pensamientos es ella la que habita, no valen sueños e ilusiones porque en tu mundo es ella la única que existe.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Secuelas de su ausencia

Mientras me perdí entre cada letra, el día se paso, el deseo insaciable de terminar lo que empece tomo las riendas de mi día, entre la música que he estado escuchando una y otra vez he memorizado las letras sin querer, las he hecho mías y parte de mis días, el sentimiento que me abraza en este momento es aquel que no había sentido en mucho tiempo porque él había llegado a absorber cada gota de mi ser, ahora veo que puedo vivir sin él, que me sustentan más las letras que sus propias palabras, si intento expresar lo que estoy sintiendo quizá entienda que el tiempo que me abandono sirvió para sellar los huecos que dejo, que cada hueco fue sellado por letras, algunas letras fueron apareciendo una a una y hoy las palabras cierran otro hueco uno de los huecos más profundos de mis días.

Las palabras de las noches ya no tienen el mismo significado se han vuelto corrientes, se han vuelto un volcán de letras insignificantes, mientras los pianos y las guitarras con su sonido ensordecen sus palabras, su voz, mi mente vuela, mi ser se despide y empieza a decirle adiós al día, a la mañana, a la única mañana, a las tardes en presencia y ausencia, a las noches de lejanas palabras y sobre todo a las madrugadas despedidas con los rayos del sol enceguecedores, ahora me toca a mí ser un ciego en la historia, una historia que he contado en sueños y no logro recordarla, pero esta mañana despierto con la vaga obsesión de salir de su mundo, sigo con la idea vaga de que la ama en silencio a ella y que todo es por ella, si los días fueran distintos no escribiría estas letras, sin embargo de ellas he vivido, son el alimento de los días, lo único que sostiene los muros que se derrumban al pasar los días, los días que cada vez son más comunes y que deben ser destruidos, los momentos ahora se definen como tiempo perdido por ambos, porque dejo de gustarme el tiempo, dejo de ser la armonía y paso a ser la desgracia, este momento no es nada, mis manos se cansan de escribir, mis ojos se cansan de leer, mis oídos se cansan de escuchar, mi cuerpo no aguanta más, cubierto todo por un manto rojo que llevo puesto una vez más a la espera del frío de la madrugada las palabras fluyen y se escapan, se las lleva el viento, tantos sentimientos entregados, tantas palabras pérdidas, cada hoja escrita sin censura de palabras, tantas palabras sin letras, tantas cosas alrededor y tantas palabras en la mente esperando salir, tantas imágenes que jamás se conocerán, tanto que escupir, tanto que recoger, tanta oscuridad en el día, todo por unas palabras fugaces, minutos de soledad, minutos de angustia de irá, buscando reparar heridas, colocando parches en cualquier agujero, solo para taparlo y olvidar lo que ha pasado, palabras cortadas, caricias negadas, miradas ocultas, ¿a dónde va todo esto?, según parece a nada, si las palabras fueran más que palabras no sé que sería de estos días, no se que sería de la confusión al despertar y mucho sé que sería de la noche y el día, las palabras solo han llevado a vivir sueños y pesadillas algunos inconclusos y son los que he decido retomar una vez más y terminar, es este sentimiento que me abraza, me tranquiliza, el que busque en sus brazos, es esta sensación de vivir y morir, de soñar despierta, de viajar a través de las fantasías e ilusiones la que tanto había esperado, sin embargo no llegaron de él, llegaron de las letras que debía terminar, de los sueños de los que tenía que despertar, de las ilusiones que tenía que matar, simplemente llegaron de las letras a medias que el me dejo cada vez que fue, son las letras a medias las que me levantaron y me guiaron, son las que hoy regresan y me invaden una vez más durante su ausencia.

Es esto lo que ha dejado con su ausencia, sueños rotos, ilusiones perdidas, palabras a medias, huecos cubiertos por parches, mi ser destruido, me ha dejado ciega, sorda, muda, se llevo mi felicidad, mi tristeza, mis lágrimas, perdí mis palabras, perdí mis sentimientos, he quedado vacía, sin nada que que decir, porque cada vez que se fue, la ausencia mato parte de mi ser, verá que cuando vuelva no seré la misma, seré simplemente un muerto en vida, sin alma, sin nada que decir, sin nada que ganar y sin nada que perder, que no le sorprendan mis palabras, mi frialdad, que no le sorprenda mi rostro dibujado a lápiz, porque él borró cada una de las líneas de mi cara, que no le sorprenda la macabra sonrisa que ahora forma parte de mi rostro, pero sobre todo, quiero que no espere encontrar en mis ojos mi mirada. No quedo nada de mí, todo se ha ido por causa de su ausencia.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Desnudando un árbol

Decido agitar el árbol hasta que una bella flor caiga de el, las hermosas hojas de colores caen una a una, dejando desnudas las ramas, el árbol se va quedando sin disfraz, el árbol esta casi desnudo.

He botado todas las hojas que he podido al mover el árbol, creo que me estoy cansando de agitarlo pero espero que mañana una bella flor pueda al fin alcanzar y sino espero tener fuerzas el siguiente día para seguir agitándolo y sino quizá sea mejor esperar a que la bella flor por fin caída por si sola y sino no cae, la esperaré y si me canso de esperar, agitaré otro árbol aunque quizá no agité otro árbol, quizá me quede agitando este hasta que este completamente desnudo.

Seguiré desnudando este árbol hasta que me canse de agitarlo o quizá lo seguiré agitando hasta que este completamente desnudo.

Tirando las palabras

Yo digo que espero al tiempo, sin embargo el tiempo desvanece, al igual que mis palabras se apagan, las luces se apagan, se apaga la noche que empieza a llamar al día. Momento a momento tiro las palabras, escribo una que otra letra y la lanzo al vacío esperando que él las encuentre. 

¿Acaso jamás las encontrará? ¿Acaso serán letras pérdidas? Puede ser que así sea, momento a momento las palabras parecen perderse en el abismo de los días, parecen ser olvidadas o quizá simplemente ignoradas.

¿Acaso he tirado las letras? ¿A dónde se han ido todas mis palabras? Puede ser que estén encerradas, puede ser que sean presas de mis estúpidos sentimientos o quizá simplemente se desvanecieron en la inmensidad.

La inmensidad de los días me acecha, me traiciona, sus palabras me traicionan, no sé que es verdad, no sé en que creer y tampoco sé si tengo que encontrar un significado a cada una, quizá él solo este tirando palabras al aire.

Mis palabras y sus palabras al aire, perdidas en el momento, quizá sin un significado, simplemente letras volando como mariposas en el día como luciérnagas por las noches, iluminando todo el alrededor con sus luces.

Me he detenido a soñar despierta con el momento en el que cada una de las palabras sea recogida, hoy digo que esperaría por ese momento, pero no puedo asegurar que mañana este aún esperando.

He recogido los pocos momentos, unas cuantas letras, las he guardado solo para tener una pista de dónde están algunas palabras ubicadas, aunque no parece tener sentido, las pistas me ayudarán quizá algún día, mientras tanto una a una las palabras son tiradas, son regadas en el tiempo y el espacio indefinido.
Seguiré tirando las palabras, seguirás tirando las palabras.

Insectos

Una vez más en medio de la noche, entre la lluvia que una vez más a vuelto a caer, las letras aparecen, desordenadas como siempre, embriagadas por el tequila de los días y de los sentimientos olvidados y retomados, las palabras en la noche se van acoplando a los días, el odio despertado por una letra se apacigua, las risas sin sentido y cada una de las palabras banales que una u otra dice se pierden entre la melodía que canta la madrugada.

Los insectos traspasan las puertas y ventanas, no queda más que matarlos uno a uno, antes de que invadan todo este lugar y lo vuelvan más escalofriante de lo que es, antes de que lo vuelvan más negro que la noche, pasan de un lado a otro, en busca de objetos insignificantes, mientras tanto las flores mueren, esas que ha colocado delicadamente en cada uno de los floreros de metal, purpura, rojas, naranjas y la que esta completamente muerta, la blanca, la que hoy sustituyo por una rosa cortada del jardín, aunque medio muerta, sus pétalos están marchitos, pero ha servido para llenar el vació que fue dejado.

Las agujas del reloj una vez más suenan en medio del silencio, los pensamientos en otro mundo, así como todo el día se paso en otro mundo, el ruido de las suelas al caminar ensordece, sus pisadas se mezclan con las gotas de lluvia que caen, su sonrisa dibujada una vez más en sus labios, una sonrisa de frustración, las palabras son duras, y otra vez se deja caer esperando que alguien sostenga su ligero cuerpo, pero no hay nadie, nadie nadie y jamás habrá alguien que hoce sostener su cuerpo. Los insectos siguen entrando uno a uno, serán los únicos que apaciguaran su caída los que intentarán levantar su cuerpo, porque nadie aparecerá, ni las letras ayudaran, ni el reloj cesará para evitar su caída, su cuerpo simplemente caerá y entre insectos la noche pasará.

Falso que no quiero amarlo

Falso que no lo quiero, 
falso que no quiero hacerlo responsable de cada sentimiento despertado, 
aún es más falso que lo amo porque no solo lo amo, me fascina, me encanta, 
pero es falso que quiero estar con él, es tan falso que lo quiero cerca porque lo quiero lejos, tan falso que solo quiero que este lejos para extrañarlo, 
falso que no le he escrito, tan falso como lo son estas letras que salieron de la falsedad de la noche, de la falsedad de un falso escritor o escritor falso, como se quiera definir, todo tan falso que ni siquiera puede tener una definición, 
tan falso como el día, como la noche, falso como el tiempo y el momento que lo conocí, 
tan falso como las palabras que le he escrito alguna vez,
falsos son los minutos que me quedo en silencio, son tan falsos porque el silencio no existe en mi mente, 
tan falsos porque no pienso en él, 
falso es que no pienso en él porque en mi mente solo existe él, 
tan falso como mi amor hacia él, 
tan falso, porque no es solo amor, 
tan falso porque mis sentimientos son más que una simple palabra, 
falsos como las palabras que en este momento escribo, 
tan falsas que no le diré que son para él, 
falsas porque son para él, 
hablando de falsedad, 
todo es falso, 
tan falso que diré que lo amo, 
es falso que te amo, sabes que esto es más que amor, es falso que no quiero amarte, 
falso es decir que no quiero amarlo, 
regreso una vez más a la falsedad de mis palabras, en si, falsedad de letras una tras otra, porque falso es no querer que me ame, 
falso es decirle que me ame, 
más falso aún decirle que no quiero que me ame y que no quiero amarlo, 
falso que no quiero amarlo, 
tan falso que ya lo amo. 

Tan falso que sus besos he querido robar, 
tan falso que sus labios he rozado, 
tan falso que en silencio lo llamo, 
falso que no quiero amarlo porque aún en este momento lo amo, lo espero y mi delirio son sus besos.

No escribo para nadie

No escribo para nadie, simplemente porque no sé escribir, 
mis letras no tienen dueño porque no puedo dedicarlas a nadie, 
¿alguien ha sido mi inspiración?, quizá si, pero mis letras no son de nadie, ni siquiera son mías, ni siquiera soy dueña de las letras, mucho menos lo seré de las palabras y menos de las frases o los textos que he llegado a escribir, 
puede ser que creas que escribo para vos, pero no es así, 
escribo por vos, porque sos mi inspiración, 
escribo por vos, porque alimentas mi ceguera, porque alimentas mis pensamientos, dibujas mis sueños, sos mis días y mis noches, sos todo mi mundo, pero las letras no son tuyas, no son de nadie. 

No escribo para nadie, 
escribo para deshacerme de cada gota amarga, de cada gota de felicidad, de la miel que me empalaga, 
escribo para borrar tus besos, para matar tus palabras, para pasar el tiempo y olvidar que no estas, 
ves no sos más que mi inspiración, 
podes ser mis letras, pero no escribo para nadie, en especial para vos, 
no escribo para vos, 
quiero que leas lo que escribo, que lo ames, que te perdas en mis palabras, que te ilusiones con las letras, que imagines cada una de las escenas que plasmo junto a vos o con vos, pero quiero que sepas que no son para vos aunque quiero que las leas, 
este texto empezó siendo melancólico, no se iba a tratar de vos, pero de la nada surgen las palabras, sin explicación , se convierten en vos, 
sos el centro de todo por un momento, pero no escribo para vos, 
sos mis noches, eso lo sabes, sos mis silencios, esos largos silencios en los que nada parece existir, ni siquiera vos porque te convertis en mi pensar, 
sos todo lo que necesito y lo admito, 
pero no escribo para vos, no escribo para nadie.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Historia Corta 7: Charlando con ella.

La tranquilidad devuelta a los días, con el equilibrio cotidiano en busca del tan lejano horizonte que se extiende a través de los segundos que pasa entre la soledad y la sonrisa opaca de este día. No es tan simple como se lee en las palabras, demasiado tuvo que pasar para que finalmente fijará una vez más su punto de partida. Las mejores noches de su corta vida han sido superadas, sus palabras casi fueron olvidadas aunque uno que otro día recuerda algunas, uno que otro día regresa a leer cada una de las cartas que él le escribió y cada una de las cartas que ella jamás mando. Ha vuelto a recordarlo, empezando por las palabras que aunque fueran pronunciadas por alguien más imaginaba que eran de él, que eran suyas y de nadie más, siguieron las notas, la música que juntos escucharon por las noches, siguieron las palabras que sin querer repitieron, siguió el recuerdo de él, el recuerdo de los pocos días que lo vio, continuo con los días que espero verlo, siguieron los días que lo busco y no lo encontró, terminó con esos días planeados, por ella, claro esta, en los que memorizó cada una de las palabras que le diría, aún sigue recordando esas palabras que diría la próxima vez que lo viera, quizá aún las diga, aunque al verlo, sabe que no podrá pronunciar esas palabras.

Los sentimientos, si es que existen, no son los mismos, han sido transformados quizá por los días, por la tranquilidad que le brindo él alguna vez, paso de ser algo distinto a algo rutinario, esperándole una que otra noche, alejándose en algunas ocasiones, celosa de algunas palabras, obsesionada por él, solo por él. He vuelvo a hablar con ella una vez más:
-Yo: ¿Guardas algún recuerdo de él?
-Ella: Sí.
-Yo: ¿Puedo saber alguno?
-Ella: Sí, el problema es que no sé cuál de todos es del que quiero hablarte, no sé si quiero que sea un recuerdo bonito o un recuerdo triste, aunque con el pasar de los días, los recuerdos tristes se han vuelto los que han sostenido mis días, recuerdo como se enojaba por cosas sencillas, por detalles que ni yo podía ver, por palabras malinterpretadas, esos son los que me hacen sonreír, los que me hacen querer que este junto a mí aunque todo haya cambiado.
-Yo: ¿Qué ha cambiado?
-Ella: Decir que ha cambiado con palabras no es sencillo, las explicaciones debo decir que no son fáciles para mí, pero empezaré por decir que sus letras cambiaron, que sus palabras cambiaron, quizá hasta sus sentimientos cambiaron, quizá por fin pudo ver a través de cada una de mis palabras lo que yo sentía y decidió alejarse, quizá porque no le interesaba, quizá porque no le intereso, en fin, todo es una serie de suposiciones que yo he ido sacando.
-Yo: ¿Qué extrañas de él?
-Ella: Extraño el mundo que cree alrededor de él, quizá fui yo la que imagine todo diferente, la imagen que más extraño, es esa que imagine hace dos meses, él sentado en la oscuridad de la habitación, explicaré mejor esa escena describiendo detalle a detalle esa habitación, de hecho, se parece mucho a la habitación en la que estamos en este preciso momento. La habitación es larga, opaca, de hecho, todo es gris, es como pintar una habitación en claroscuro, es hermosa, es angosta, la luz de luna llena entra a través de las ventanas que se extienden a lo largo de la pared izquierda, una tras otra, son grandes, son del tamaño de toda la  pared, las cortinas están sostenidas por un gancho, dejando las ventanas desnudas, descubiertas, él está sentado al final de la habitación, oculto en la oscuridad, ella(yo), sentada bajo la luz de la luna, en una silla, viendo fijamente la ventana, luego viendo en todas direcciones y las sombras de los arboles entrando y dibujando sobre la pared con su movimiento distintas pinturas, por último, el silencio invadiendo toda la habitación gris, simplemente, la habitación pintada en claroscuro y él sin decir una sola palabra viéndola(viéndome) fijamente.
-Yo: Parece ser una escena de ensueño, hermosa por cierto, ahora dime, ¿debo creer que lo has olvidado y que ya no significa nada para ti?
-Ella: No he mencionado la palabra olvido en ninguna ocasión, no le he olvidado, pero mi obsesión por él se ha ido, parece ser que la esencia que me envolvía día a día se la ha estado llevando el viento, disuelve cada una de la partículas que la conforman, el viento vuelve una vez más, puro, sin esencia a llevarse con el otro poco más y así me va dejando sin nada, sin él, poco a poco se va, pero eso no significa que le haya olvidado.
-Yo: Haré un comentario al respecto, parece que sientes algo muy fuerte por él, o quizá lo sentiste en algún momento, puedo notarlo en tu mirada cada vez que dices algo sobre él, puedo notarlo cuando sonríes al hablar de él, lo haces, sé que no lo has notado, porque es solo una sonrisa descuidada que muestras sin querer.
-Ella: No puedo ser fuerte, suelo ser débil al hablar de este tema, suelo hacer cosas sin querer como te habrás dado cuenta. Que contradictorio parece todo esto, así como es todo lo que siento por él, en un momento desee tenerlo cerca, muy cerca, tan cerca para poder sentir su respiración, tan cerca para poder besarle, tan lejos para olvidarle, tan lejos para poder extrañarle, tan cerca y tan lejos a la vez que hubo un momento en el que no desee nada, así como en este momento, en este momento no existe nada, es un punto de equilibrio que quizá en algún momento se incline hacia algún lado.
-Yo: Creo que puedo comprender ese punto de equilibrio. Se ha hecho tarde, quisiera charlar más tiempo, quisiera que me contarás cada una de las cosas que hicieron que sintieras algo por él, pero la noche ha entrado y la luz se ha ido, no hay luna ni estrellas que me guíen de regreso, por eso debo irme, pero quiero que sepas que regresaré, esta conversación aún no ha terminado y me fascinan las maravillas que sé, que hablarás de él.

En este momento salgo de la habitación en la que estamos, me despido de ella, con el afán de regresar y charlar una vez más, sé que aún hay muchas cosas por decir, quiero que me hable de sus cartas, de sus letras, que me diga que es lo que siente por él, parece ser que me he obsesionado por su historia, esa historia que quizá no sea real, salgo del mundo que pintamos juntas y me devuelvo a la realidad del día, algo es seguro, volveremos a hablar.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Historia Corta 6: Ese lugar

Eran las cinco treinta, cinco y media, como se le quiera llamar, de una tarde poco común, admito que la rutina fue la misma, pero a la vez todo fue distinto, una tarde completa casi perdida y me quede unos minutos más de lo normal charlando de cosas sin sentido, les llamaré incoherencias, entre risas, gestos, se pasaron esos minutos, minutos que usualmente pasan sin ser siquiera medidos. Camino lentamente por el pasillo, bajando las escaleras, sigo tranquilamente, es tarde para la rutina del día, pero temprano para el día, aún esta todo claro. Me muevo a través de cada uno de los pequeños lugares, voy lentamente observando todo el alrededor, camino sobre el largo pasillo, vuelvo a ver la hora, no ha pasado mucho tiempo, aún puedo seguir tranquilamente caminando entre la gente, me dirijo al lugar que esta al final de pasillo, antes no había notado lo grande que es, tantos pasillos, y con tiempo suficiente para recorrer cada uno de ellos lentamente. Uno a uno voy pasando los pasillos, de vez en cuando me detengo a ver detenidamente lo que guardan esas paredes, pero luego continuo, llego al cuarto pasillo, al final de este hay algo que llama mi atención, me dirijo directamente al pequeño estante de libros, son pocos los que hay, la mayoría los he leído, otros no me han interesado, los observo, los veo fijamente, hasta que recuerdo que hay un mundo de libros en el siguiente nivel, me doy la vuelta rápidamente, veo el reloj, faltan quince minutos para que el tiempo termine, estoy a punto de salir, pero he olvidado buscar el candado, olvide que en el siguiente pasillo encontraría el candado, estoy lo suficientemente cerca para tomar el candado y llevarlo conmigo, dudo por un momento si quiero ir por el candado, finalmente decido ir a traerlo. Ya tengo el candado. Cuando salgo, la noche ha caído completamente, quisiera decir que hay mucha gente alrededor o quizá poca, pero no me he percatado de ese detalle, iba a describir todo el lugar pero, realmente no lo observe, tome las escaleras, ni si quiera me detuve a ver el lugar por fuera. Cuando entre, no observe el lugar, observe las filas de libros arregladas deliciosamente en un pequeño mostrador de madera, cuatro filas bien colocadas, tome el primer libro que llamo mi atención, leí la contraportada, luego tome el siguiente libro, el que estaba justo al lado izquierdo del que había tomado antes, mientras lo tomaba, pude escuchar la conversación del grupo de personas que estaban junto a mi en el siguiente estante de libros, era una familia, la madre y sus dos hijos, una niña y un niño, discutían sobre que libro comprarían, él niño protestaba, decía que no quería ese libro porque había leído uno parecido o uno que formaba parte de esa secuela y no le había gustado, en fin, discutían por que no sabían que libro comprar, leían una a una las contraportadas de los libros, una que otra vez intentaron abrir algún libro, mientras tanto al otro lado del estante, alguien más buscaba un libro, me llamo la atención porque estaba sentado en el suelo, apilando uno a uno los libros, sacaba cada uno cariñosamente, los acariciaba con sus manos, parecía estar enamorado de ellos, me distraje por un momento, veo el reloj nuevamente, me quedan cinco minutos, dejo el libro que tengo en las manos, me dirijo hacia adentro, levanto la mirada, estoy frente a una sala llena de estantes con infinidad de libros, no se por donde empezar, volteo a ver hacia atrás, solo veo al estante en el que estaba hace unos momentos, veo una vez más todo lo que esta frente a mis ojos, sonrío, me ilusiona ver tantas letras en un solo lugar, quisiera perderme entre cada una de las palabras escritas, finalmente, la hora ha llegado, con mi mirada guardo y recorro cada uno de los pasillos formados por los estantes, no me da tiempo de recorrerlos, le hago una promesa a ese lugar, le digo, que regresaré, que me espere, porque regresaré. Camino hacia afuera, ilusionada, con el deseo de regresar, de quedarme allí y no salir hasta haber recorrido cada una de las historias guardadas en ese lugar, sin embargo, es hora de partir, es hora de terminar la tarde. Salgo del lugar, observo el alrededor, puedo decir que hay bastante gente, mientras bajo las gradas escribo en mi mente estas palabras, mientras bajo las gradas tomo la fotografía respectiva de ese lugar y la guardo en mi cajita de recuerdos, describo el lugar, las hermosas palmeras de verdes hojas, situadas una junto a otra iluminando el lugar con el hermoso brillo azul que se desprende de sus largos y gruesos troncos, junto a ellas, las lámparas opacas color naranja dan al lugar ese toque color atardecer que se observa en el cielo cuando la noche finalmente ha caído. Quizá mañana vuelva a ese lugar.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Dando tiempo al tiempo, me detengo, el día esta diferente, es frío, pero yo lo siento caluroso. Desde ayer su imagen se quedo adherida a mi mente, sus ojos, su mirada, su color de piel, su forma de caminar, ese gesto que hace al sonreír, exactamente la imagen fija de él. 
Me pregunto que pasa con los días, hoy me han pintado de colores, bueno, me pintaron de un solo color porque aún no decidían de que color pintarme. Mientras caminaba, huía y desaparecía silenciosamente de su mundo, (es cierto, en este momento lo veo a él frente a mi) las horas del día se iban apagando, abriendo el paso a la densa noche, las horas se acabaron y no pude dar una explicación, al menos sé que quizá exista el mañana para intentar explicarle una vez más. Mientras tanto, guardo su imagen en mi mente, sobre todo guardo ese gesto que hace al sonreír.

martes, 6 de septiembre de 2011

Coleccionista

Coleccionista de trozos de madera vieja, de canciones perdidas, de letras sin nombre,
coleccionista de risas, pero más que de risas, de lágrimas, aunque no son ni risas ni lágrimas, coleccionista de
expresiones faciales, de marcas de rostro,
coleccionista de instantes, momentos, de minutos, sobre todo una gran coleccionista de segundos, en fin
coleccionista del tiempo,
coleccionista de atardeceres, de amaneceres, aún mejor, coleccionista de rayos de sol o de luz,
coleccionista de lunas llenas, aunque lo que realmente adoro son los cuartos crecientes y los cuartos menguantes, pero sobre todo los cuartos crecientes
coleccionista de noches, de horas de oscuridad, pero sinceramente lo que más me gusta coleccionar son las
madrugadas con sus colores, las madrugadas tranquilas,
coleccionista de rosas azules, aunque es difícil decidir entre tulipanes y rosas azules, entonces, me declaro coleccionista de rosas azules y tulipanes,
coleccionista de gotas de lluvia, pero antes de coleccionar las gotas prefiero coleccionar las mañanas húmedas, el olor delicioso que desprende la tierra húmeda cuando los rayos del sol la rozan,
coleccionista de colores, solo colores,
coleccionista de susurros, de rafagas de viento,
coleccionista de hojas caídas, coleccionista de hojas naranja, hojas café, quizá, de hojas rojas,
coleccionista de soledad, soledad eterna,
coleccionista de historias viejas, de hojas viejas, de tinta vieja, simplemente de letras,
coleccionista de pensamientos, de sentimientos ocultos en los túneles de la mente,
olvidaba mencionar, coleccionista de miradas y sueños, pero sobre todo soy coleccionista de ilusiones, fantasías, de historias olvidadas y recordadas, de preguntas, de respuestas y de una que otra cosa más que quizá olvidé mencionar, en fin, coleccionista.

¿Puedo? ...

¿Puedo llamar a este día realidad?
¿Puedo decir que no estoy imaginando este momento?
¿Puedo jugar con el tiempo, con las horas, con este segundo, con este momento?
¿Puedo cambiar las letras escritas, borrarlas y una vez más volver a escribirlas?
¿Puedo estar cerca y a la vez lejos?
¿Puedo besarte, acariciarte, abrazarte?
¿Puedo tan solo verte por un momento?
¿Puedo ser parte de la noche, de la madrugada, en sí, del día que estas viviendo?
¿Puedo tocar tu rostro y jugar con tu pelo?
¿Puedo guardar este momento?
¿Puedo envolver con tu aroma mi aroma?
¿Puedo ser yo por un momento?
¿Puedo cuestionarte?

El problema no es poder, es que no sé hasta donde puedo llegar,
hasta donde me permitirás tú llegar,
hasta donde el tiempo nos mantendrá cerca,
hasta cuando nos alejará,
hasta cuándo....

¿Puedo saber, hasta cuándo estarás?
¿Puedo saber, si te irás?
¿Puedo saber, si sientes algo por mí?
¿Puedo saber, que son los días?
¿Puedo saber, qué estas haciendo en este momento?
¿Puedo saber, si piensas en mí? - Puedes saber, que yo si pienso en ti -
¿Puedo saber, si mañana al despertar estarás junto a mí?
¿Puedo saber, que dicen tus palabras?

¿Puedo? Dime tú, si acaso puedo...

Pensé...

Pensé que con su mirada, él, iba a guardar la imagen de ella,
Pensé que con sus manos, con sus dedos, dibujaria su figura, trazaría cada una de las formas de su cuerpo,
Pensé que él iba a guardar en un frasco el aroma de su piel, el aroma de su pelo, simplemente su aroma de mujer
Pensé que él iba a guardar en su mente, cada una de las palabras que salieron de sus rojos labios,
Pensé que él iba a guardar en una cajita su sonrisa
Pensé que él iba a guardar en cualquier lugar su mirada
Pensé que él con su sonrisa dibujaría en ella otra sonrisa,
Pensé que él con sus letras, escribiría una historia con ella,
Pensé que él con sus labios la besaría,
Pensé que él con sus palabras la detendría
Pensé que con el vino de sus labios la embriagaría
Pensé que con su veneno la mataría,
Pensé que con su imaginación a otro mundo la llevaría,
Pensé que con su olor la impregnaría
Pensé que bajo la lluvía con ella, él caminaría,
Pensé que se perderían en el mundo,
Pensé que él iba a dibujar un nuevo mundo para ella,
Pensé que él simplemente la vería por la noche, por el día, en medio de la madrugada
Pensé que con su presencia, la ausencia sesaría
Pensé que con su presencia, bastaría
Pensé que con su presencia, sonreiría
Pensé que con su presencia la soledad de iría.

Puedo seguir enumerando una a una todas las cosas que pensé que ella podría cambiar, tan solo con su presencia, tan solo con un momento, tan solo con un instante, pero se quedaron solo en pensamientos, porque él parece que no quiere saber sobre ella o si quiere no lo demuestra, ni siquiera pronuncia una sola palabra, solo la ve, la ve alejarse en silencio hacia el horizonte, la ve alejarse en dirección al sol, durante el atardecer, algunas veces el silencio es mejor que las palabras, pero en este caso, tan solo una palabra puede cambiar los días. El problema no es silencio, el problema es que ella ama el silencio. En el ambiente se siente la tranquilidad de las madrugadas, de las noches, la tranquilidad después de la lluvia, se pueden apreciar los atardeceres y amaneceres, las estrellas y la luna.


Pensé que el silencio era eterno,
Pensé que el momento era eterno,
Pensé que las noches serían eternas,
Pensé que las palabras se seguirían perdiendo,
Pensé que las preguntas serían la guía,
Pensé que él se detendría por un momento, la abrazaría, sonreiría y simplemente se iría
Pensé que una vez más ni una sola palabra diría,
Pensé que esas palabras serían especiales,
Pensé que ella entendería sus palabras,
Tan solo pensé, que de palabras, él y ella no necesitarían, solo necesitarían de instantes, quizá de casualidades, quizá solo de tiempo, tiempo indefinido,
Tan solo pensé, que por un momento finalmente se encontrarían...
Desaparezco por un instante o momento, no sé que es del tiempo, ¿cuándo regreso el silencio y la oscuridad? son esos los que hoy invaden el alrededor, me detengo por un espacio de tiempo, observo la habitación cubierta de sombras, la habitación negra, el silencio apagado del día, la noche más oscura de lo común y la madrugada un caos ambulante, tanto esperar por un segundo perdido, esa obsesión apagada por la tranquilidad de los días, esa que ayer debió estar presente y no estuvo, obsesión diluida por las horas, por los días, por este tiempo que se creo en este espacio, quizá imposible.

La mañana es gris, pero las estatuas verdes parecen estar alegres, a lo largo de la carretera, una que otra asoma sus brazos, una que otra me observa, simplemente las ignoro porque mis pensamientos estar perdidos, estoy entre el manto de la decepción y el olor suave y enfermizo de su cuerpo que se exparse por todo el lugar, no lo quiero sentir porque sé que en cualquier segundo desaparecerá así como lo ha hecho en otras ocasiones, me detengo, espero, así como espero cada noche que el día termine para empezar a disfrutar de la tranquilidad de la madrugada, aún así desaparece, se esfuma, así como también las madrugadas van desapareciendo con los rayos del sol y las estrellas apagan su luz. Tan solo hace falta responder a una pregunta, esa que marcara el camino a seguir durante las siguientes madrugadas.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Hojas

La hoja que haya sido manchada hoy no importa, no es necesario saber cual de todas fue, no es necesario que me digas cuál fue la que pinte, ni tampoco quiero saber de que colores la pinte o que fue lo que escribí, tan solo espero haberla manchado, espero haber dejado mi huella en ella.

Las hojas se van llenando una a una, quizá una historia esta siendo escrita tras las rayas y los puntos, en fin, tras cada gota de tinta espero estar presente, espero ser ese grafito del lápiz adherido a la hoja blanca, espero ser el relleno al menos de un pedacito de hoja, no importa lo que escribas, lo que pintes o dibujes, no importa si escribes con un lápiz o con una pluma, no importa si afilas la punta del lápiz, tampoco importa como la afiles, puedes dibujar los días con puntas estándares, puedes trazar las madrugadas con cinceles, si quieres puedes marcar los trazos finos de la noche, de la luna y las estrellas con puntas de agujas, no importa las veces que tengas que afilar la punta el lápiz, tampoco importa el tiempo que te lleve empezar o terminar de pintar una página, solo interesa lo que escribes, trazas, dibujas o esbozas, solo importa lo que quieres plasmar con cada una de las letras que escribes, con cada punto, con cada línea, que importa si es un lápiz o una pluma, que importa si usas tinta verde o negra, solo importa, solo interesa eso que esta escondido tras cada una de la hojas, tras cada punto, cada letra, cada dibujo, cada historia escrita.

No importa cuántas hojas sean, cuántas hojas hayas escrito antes, cuántas te quedan por escribir, tampoco interesa que has escrito o que has dibujado, tampoco interesa que escribirás o qué dibujaras, solo interesa esa hoja que estas pintando en este preciso momento, las letras que estas escribiendo y los trazos que estas realizando, en este preciso momento.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Traje original.

¿Quién es? ¿Quién se acerca? No es más que la sombra de los árboles que se acercan, se alejan, se asoman, es el reflejo del suave movimiento en la oscuridad. La luna vestida de gala, su vestido gris hecho con el manto suave y denso de las nubes, esas que se adueñan de su brillo amarillo, ese brillo que se deja entrever de vez en cuando.

El aire bailando de un lugar a otro haciendo del cielo, su pista de baile, agita todo lo que esta en su camino, convierte con su sinfonía a cada hoja de los árboles en sus damas de baile, sus bailarinas, choca con los sombreros de las viejas casas, con las tejas de los techos, se lleva los sombreros medio puestos de las elegantes damas que se pasean en la densa noche por la silenciosa ciudad, en medio de la fría noche.

La luna opaca, sin su brillo habitual, sin ser esa luna que enamora a escritores y canta junto a los músicos, esa luna amarilla que los amantes esperan solo para pintar o escribir esa historia que será contada a otras generaciones, contaran como bajo la luna sus labios se rozaron, sus miradas se encontraron, sus cuerpos se fundieron y se convirtieron en uno solo, todos en busca de su historia de amor de luna llena.

Son solo los árboles bailando la sinfonía del viento, es solo el susurro del viento, es su voz la que me invita a caminar, me guía a través de las calles, me muestra la cuidad, me envuelve, me cubre, me abraza, me besa, los amantes caminando e ignorando a todo el que esta alrededor, chocan unos con otros, fingen estar solos, sin embargo yo, como un fantasma de media noche te busco, esperando que cuando te encuentre me veas, ahora me disfrazo de ella para que me veas, para que hablemos, la lluvia empieza a caer en la madrugada, todos se han ido, finalmente estamos solos, contemplando la lluvia, el viento mezclado con las gotas de agua fría, se han puesto de acuerdo, solo quieren quitarme mi disfraz, borrar la falsedad, no quieren que me oculte más, no quieren que una vez más simplemente sea ella, por eso es que el viento me envuelve una vez más, me desviste y me viste con mi traje original.

Historia Corta 5: Aparcado en el mismo lugar

Habíamos decido que esta vez yo iría en mi auto y que yo te pasaría a traer a vos, durante el transcurso del día, todo cambia y decidís regresar solo, me dirijo al auto (Antes me detengo a pensar en dónde está aparcado), busco las llaves, no las encuentro, supongo que las he perdido.

Me dirijo hacia algún lugar, voy caminando, solo tengo una moneda en el bolsillo y realmente no sé si me servirá para llegar a mi destino, mientras camino a la estación de tren más cercana me encuentro con él y su pequeño grupo de amigos, saludo de lejos como lo hago usualmente, sin embargo él se aleja de ellos y se acerca a saludar, seguimos caminando. Me pregunta hacia dónde voy, lo único que respondo es que solo estoy caminando, sabe que miento. Dice que me acompañará realmente me gusta su compañía pero en ese momento no la deseo, no me agrada mucho la idea de llegar a la estación, que me pregunte que hago en la estación o hacia donde voy, me avergüenza tener que decir que he olvidado las llaves del auto. Supongo que solo sonreiría y no diría nada, pero eso es exactamente lo que hoy no deseo que haga.

Intento una vez alejarme de él, lo he intentado, pero no lo he logrado, decido regresar con la excusa de haber olvidado algo, dice que me acompañará. Mientras caminamos de regreso, me detengo por un momento, él también se detiene, me ve, lo veo, esta frente a mí, toma mi mano izquierda, luego la derecha, bajo la mirada, buscas mi mirada, veo hacia otro lado, te acercas, me acerco, me besas, te beso, seguimos caminando como si nada hubiera pasado, así como lo hacemos siempre, ignorando lo que pasa entre nosotros, quizá yo ignoro el mundo que gira a mi alrededor, en este preciso momento me veo a mi misma junto a ti, pero la que esta contigo parece no querer estar cerca, quisiera explicarte la razón, pero solo ella y yo lo sabemos no sé si realmente si intentará explicarlo lo entenderías. Toda la escena esta pintada de un solo color, al menos no es el gris que caracteriza a cada historia o como se le quiera llamar, hoy es un tono naranja suave.

Mientras intento recordar cada uno de los pasos que dí, hacia que lugares fui, mientras trato de borrar esa expresión de frustración o quizá de miedo - quizá de miedo - escribo algo más, quizá es porque no quiero escribir el final o no quiero pensar en el final, porque cada mañana que despierto lo recuerdo y realmente no quiero recordarlo, porque una vez más dudo de mis sentimientos, de tus sentimientos y aún sigo dudando que esos sentimientos realmente existan, es por eso que los ignoro, los deshago por las noches, los construyo por el día, los fortaleces cuando hablamos, pero se debilitan con cada día de ausencia, con cada día que las situaciones me acechan, con cada día que sus palabras me invaden y me envenenan y hacen que los odie, con cada día que odio sentir algo por ti, con cada día que odio que no estés, con cada día que te vas sin dar una explicación, uno a uno, simplemente desaparecen, espero que a ti te pase lo mismo, espero que ambos matemos los sentimientos, los encerremos, quizá sea lo mejor, para ti o para mí o para ambos.

El auto aún sigue aparcado en el mismo lugar, las llaves siguen perdidas, solo yo sé donde están, pero no quiero ir por ellas. Realmente, he de confesar que varias veces intente abrir el auto sin tener las llaves, una vez recuerdo haberme acercado, ver por la ventana, verificar que todo lo que había dejado estuviese aún allí, me quede un momento frente al auto, simplemente observándolo, con la mirada recorrí cada una de las partes del auto, observe detenidamente cada uno de los rayones, lo toque suavemente y una vez más, me aleje.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Todo para matar el sonido del día. El sonido estremecedor de su voz, para silenciar sus palabras, morir en silencio. No podrás entender mis episodios sombríos, mis episodios obsesivos de soledad, amargura y no sé pero ya me he acostumbrado tanto a ellos que ahora son todo lo que definen mis días. En conjunto todo el ambiente que ha generado con sus comparaciones, su idea de perfección, ¿amigos?, quizá en tu mundo existan, en el mío no existen, jamás existieron. Mis delirios, mi falsedad, mi orgullo, todo lo que querrás, todo lo que vos querrás, sabes, ya me se de memoria cada una de las palabras que gritas, ya puedo deletrear cada palabra. No creas que porque ayer mi hiciste llorar como niña hoy lo vas a volver a hacer, ayer no estaba prevenida, pero hoy ya sabia que esperar, hoy no te voy a responder, y no lo voy a hacer porque realmente no quiero hacerlo, no quiero hacerlo, hoy no voy a gastar mis palabras con vos, te voy a ignorar, te voy a ignorar.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Maldición

Maldición, no me digas que no lo odie, no me digas que no pelee, que no le diga nada si vos tenes la culpa. No me vengas con tus estupideces de respeto, de dios, no me digas hoy, que no tengo que ser igual que él, no me digas que mi actitud solo me traerá sufrimiento.
Maldición, no me digas que todos estos años no te diste cuenta de todo el daño que hiciste, hoy no me digas que soy yo la culpable, si vos fuiste responsable con tus palabras de hacerme pensar lo peor de él, vos que llorabas por las noches, de día, vos con tus estúpidas comparaciones, vos diciéndome en voz baja odialo, no me digas hoy que tengo que sentir algo por él.
Maldición, cuantas veces no dije nada, lloré en silencio, cuántas veces te escuche, te odie, lo odie, me odie, como hoy me haces odiarme otra vez y otra vez.
Maldición, quién es él, quién soy yo, no tengo que tolerarte más, tampoco a él, no me digas que yo soy la culpable, quizá lo sea, pero no quiero que vos lo digas, porque por vos estoy en este momento odiándolo y odiándome, no te hagas la perfecta en este momento, no digas que me enseñaste a "querer", en todos estos años jamás recibí ni una sola muestra de cariño de tu parte, aunque vos penses lo contrario.
Maldición, tener que ver cada mañana una pintura distinta, porque ahora te preocupas, porque ahora has cambiado, tanto has cambiado que solo llamas para decir lo mismo, para que escuche otra vez tus palabras. No me pidas que te responda bien y no me digas que lo tengo que hacer al menos por educación, porque ese límite lo cruzamos hace tiempo, ¿No te recordas?
Maldición, no te rías, no me mires, deja de decirme que hacer.
Maldición, ahora la adoptas a ella, que ironía, la adoptas a ella, ahora es tu nueva muñeca, la vas a vestir, la vas a cuidar, le vas a dar todo lo que necesita, ella es tan dulce, tan perfecta, tan hermosa, ella simplemente es todo lo que vos esperaste que yo fuera.
Maldición...
Y parece que las lágrimas de todos estos años no han sido suficientes, aún seguís con lo mismo, no es cierto, no es lo mismo has cambiado totalmente, o quizá siempre fuiste como fuiste y no quise darme cuenta, ella a alimentado cada uno de mis sentimientos de rechazo y no solo los de rechazo, todos los sentimientos los ha destrozado, me ha destrozado, destroza cada instante de mis días y los convierte en basura.

Como una chiquilla he llorado, mi vista fija en la ventana del auto evitando no verte, sé que son solo palabras, pero mis lágrimas son el reflejo exacto del significado de cada una de ellas, te llevas cada gota de mi ser, de mi vida y el recorrido es tan lejano, al menos manejas lo más rápido que podes, quizá porque aborreces, detestas mi compañía, pero déjame decirte que a mí tampoco me agrada tu compañía, desde hace tiempo que ya no me importas, que ya no sos nadie en mi vida, que ironía, "no sos nadie en mi vida", aún así como chiquilla al bajar me encierro en mi cuarto, me hundo entre las sábanas, tomo la almohada y escondo mi rostro en ella para que nadie pueda escuchar mis sollozos, nadie los iba a escuchar porque la casa estaba sola, pero quizá alguien podría llegar, fueron diez largos minutos en los que mi llanto no pude calmar, quizá es el día o quizá si son las palabras. Olvide mencionar las constantes llamadas, una tras otra, las palabras se vuelven solo monosílabos porque no deseo contestar, corte su llamada porque no quería responder, pero volvió a llamar una vez más, tener que escuchar sus insultos cuando ya la calma había regresado, cuando la calma había regresado.