jueves, 20 de diciembre de 2012

Antologías de recuerdo

Antologías de recuerdos

sábado, 15 de diciembre de 2012

Que decir sobre unas palabras mal dichas. Un viaje a emprender que quizá no tenga regreso y eso es lo que quisiera, un viaje solo de ida, un viaje sin retorno. Y entonces me permito ser un soñador. "Soñador es aquel que sólo encuentra su camino a la luz de la luna y cuyo castigo es ver el alba antes que el resto del mundo."

lunes, 3 de diciembre de 2012

Sobre que escribir y qué decir, si tuviera respuestas a los días y los minutos que no dejan rastro alguno en esta eternidad no estaría preguntando a unas cuántas letras sobre los instantes pasados. En alguna ocasión escribí que me robaban los sentimientos y prometí no volver a dejar que lo hicieran.

Han pasado algunos meses, el dejar de escribir para retener sentimientos, sonrisas, lágrimas, ha dejado secuelas en mí. He intentado mantener una conversación habitual con alguien, pero me pierdo, me escapo de este mundo es como si realmente solo fuera un ser adormecido caminando sin rumbo, alguien que no ve nada, alguien que mientras avanza, se pierde en el abismo de los sonidos y las voces que en la oscuridad me llaman.

Me he reducido a silencio. Los sueños se vuelven una vez más mi hogar, aquellos que no puedo recordar los invento y los que puedo recordar los vuelvo recuerdos de instantes pasados siendo ahora mi realidad.

lunes, 29 de octubre de 2012

Es así como llegas a un instante de silencio en el que el mundo parece derrumbarse, en el que las esperanzas se te acaban y no dices ni una palabra, caminas a través de las calles de silencio, desdibujadas, sin color, no eres nada.

lunes, 22 de octubre de 2012

El hada y la bruja: Envejeciendo

"Aún así, por la mañana me encuentro parada frente al espejo, observo mi rostro que ha envejecido, ya no soy la misma chica de hace unos años, aquella que peinaba delicadamente su pelo después de un baño  matutino, aquella que peinaba su pelo antes de dormir, hoy estoy parada acá, frente a este espejo. Veo mi rostro, las ojeras alrededor de mis ojos, mi piel marchita, mis ojos melancólicos, empiezo a peinar mi pelo, una cana, una cana, tan fina, tan blanca, perdida entre mis finos cabellos rojos. He envejecido."

Hoy camino por el bosque bajo la luz de un cuarto creciente de luna, algunas mariposas nocturnas sobrevuelan el alrededor, perdiéndose en la oscuridad del bosque, tan pacifico, tan oscuro, tan hermoso, tan temible, tan temible y hermoso como la misma noche. Veo mi reflejo, el reflejo de la luna y las estrellas, el reflejo de los grandes árboles sobre el espejo de agua del lago encantado, mi pelo que antes era rojo y largo, ahora es todo gris, poco a poco su tono va variando, convirtiéndose en blanco y yo que pensé que había envejecido por una cana escandido hace unos años, es ahora el viento el que mueve el poco cabello que aún conservo, ya no queda nada de mí.

- Parece que el tiempo ha retrocedido en mí, hace unas noches me veía reflejada en el lago de cristal, veía mi rostro lleno de arrugas, mi pelo casi blanco, hoy, es rojo, tan largo como jamás en mi vida lo tuve, como si hubiese vivido diez mil vidas para que creciera diez mil veces, mi piel ya no tiene arrugas, es como retroceder en el tiempo, pero aún así sé que por dentro soy la misma vieja de antes.

Y hoy me pregunto:
- Y hoy me pregunto:

¿Qué sentimiento te atrapo antes de quedar encerrada en esta celda?

Me atrapo el amor por la aventura.
- Me atrapo el amor.

Me atrapo el miedo.
- Me atrapo el miedo a estar sola.

Pero yo elegí esta cárcel, esta celda, estos barrotes que hoy me encierran.
- Pero yo empece con esta historia, yo cree la cárcel, la celda, estos barrotes.

¿Acaso ahora soy feliz?
- ¿Soy ahora feliz?

Voy caminando por este hermoso paisaje, por esta noche, vagando por el mundo, construyendo mi aventura, pero aunque estoy una celda, voy avanzando hacia el lugar en el que se encuentra la llave que me liberará de estos  barrotes.

- ¿Quién encontrará la llave?

Mientras tanto, sigo envejeciendo.
- Mientras tanto, del tiempo sigo aprendiendo.

domingo, 7 de octubre de 2012

Amar y odiar, lo posible e imposible que es tratar de matar a la noche.

Sin embargo la amo, aunque cuando se va asomando su presencia, me aterra.

viernes, 5 de octubre de 2012

Silencio

Hace algún tiempo ignoré el sentimiento que hoy me trae a estas pocas letras.

Cómo te explico que a pesar de que el tiempo a acabado con los días, aún tu presencia junto a mí me enferma, envenena todo mi ser y mi alma, el deseo de tenerte lejos, completamente lejos se apodera de cada  rincón de mi mente y el odio empieza a comerse mi corazón.

Cómo te explico que odio ser la utilizada, odio ser la "niña". Cómo te explico que detesto tus pasos al rozar el suelo, la estúpida mirada tuya, tus malditas expresiones, cada uno de tus asquerosos gestos, esa sonrisa fingida que mostras cada vez que algo te molesta, esas lágrimas tan falsas como vos, todo tan falso, tanto como aquellos días de diciembre en los que caminando por un pasillo u otro te chocabas conmigo.

Cómo te explico que te detesto, que no quiero que estés cerca.

Mejor no lo explico, silencio querida. No digas nada, solo lárgate.

Me voy, adiós.

... Silencio.
Silencio porque al silencio siempre le ha molestado que lo quiebren...
Shhhh...
El silencio siempre ha sido amenazador.

... Silencio.

jueves, 4 de octubre de 2012

Entonces, podrías decirme, ¿Me usaste porque yo era su amiga y estaba cerca? ¿Fue porque podías fingir que encontrarías en mí un poco de ella?

Pero me quede sin nada, sin nadie, una vez más solo me queda el silencio de los días una nota de una sinfonía lejana de abril.

No hace falta tanta palabra, tanta noche si no estas. Y el tiempo se nos adelanta, se nos va y no queda nada, ni un suspiro, ni las letras de aquello que dejamos atrás.

Puedo hablar de vos, puedo encontrarte puedo buscarte dónde te deje, pero no quiero regresar atrás, porque quiero tenerte en este presente.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Fragmento de un día

Regresamos a lugares en los que respirar el aire de las mañanas era felicidad. Regresamos a ver pinturas que hace un año nos pertenecían. Hoy los lugares son tan vacíos, tan llenos de gente pero hoy las hermosas pinturas y la gente solo traen un aire de nostalgia que te hace recordar como caminabas tras los pequeños pasillos formados, aquel día yo dibujaba caminos, aquel día yo escribía sobre sus paisajes encantados, cada uno reflejaba una historia que contar a través de los años, que importa si era de tristeza o de felicidad, de amor o de desamor, eran nuevas historias que escribir, ¿qué es todo hoy?, colores y más colores plasmados en mantos, sin emoción, sin letras, todo es un vacío inexplicable.

sábado, 11 de agosto de 2012

Historia Corta 10: Ladrón de sonrisas

"¿Cómo vas a sobrevivir si no sabes robar nada?" preguntaba el viejo de la esquina mientras me animaba a robarle una sonrisa a Bryony. Hace cinco años que mi madre murió, nadie sabe la razón de su muerte, con el pasar de los años, su muerte fue anunciada, mi padre nos dejo cuando yo era solo un niño, según decía mi madre, él no quiso quedarse a ver como se acaban las sonrisas, sin embargo, decía ella, yo me he quedado porque aunque muera, mis sonrisas no se acabarán. No llegue ha comprender sus palabras hasta unos meses después de su muerte, fui de familia en familia, veía como las sonrisas se iban agotando y como me desechaban como basura, no comprendía lo que pasaba, hasta que un día después de estar encerrado en un cuarto de castigo por haberle pegado a Miguel, me sentía débil, poco a poco me fui dando cuenta que mi alimento eran las sonrisas, con cada sonrisa que robaba mi ser rejuvenecía, las sonrisas me mantenían vivo sin embargo a la persona a la que se la robaba iba perdiendo su vida.

Hace algunos meses conoció a Bryony, una hermosa chica de ojos azules, pelo largo rojo y una hermosa sonrisa, la seguía en secreto, la observaba todos los días desde el otro lado de la calle, la escuchaba hablar en los restaurantes con sus amigos, leía sus pensamientos y cada día que pasaba se enamoraba más de ella. Pasaba los días caminando junto a ella, sin saberlo ella también lo observaba, se sentía protegida junto a él, caminaban juntos sin hablar, caminaban juntos desconociendo los sentimientos, los días de verano ella lucía hermosos sombreros, algunas veces vestía lentes oscuros para esconder su mirada, para que él no notase que sus ojos estaban puestos en él, los días de invierno utilizaba sombrillas de diversos colores, pensaba que si su sombrilla era lo suficientemente llamativa, él finalmente la vería. Yo solía disfrutar de las gotas de lluvia que caían sobre mi cuerpo, caminábamos juntos eso era lo que yo creía, caminaba solo, sumergido en mis pensamientos, en lo cerca que estaba de ella y al mismo tiempo lo lejos que estaba, el silencio abismal que nos separaba porque si me acercaba a ella, al igual que mis padres, en poco tiempo moriría.

Jamás quise ser un monstruo, jamás quise ser aquel que la sostuviera en sus brazos antes de morir, jamás quise acercarme a ella (no es así, soñaba por las noches con su rostro, con sus ojos, con su sonrisa, pensaba en ella a cada instante), fue ella quién una tarde de abril vino hacia mí, fue ella quién me dio vida, fueron sus sonrisas las que me mantuvieron vivo, ¿qué hago mi amor con esta tristeza de noches y de días? ¿qué hago para olvidar tu silueta bajo la lluvia, tu sombra al caminar bajo el sol? Aquel viejo tenía razón al decir que jamás tendría un final feliz, aquel viejo fue el culpable de la muerte de Bryony (no, claro que no es así, fui yo, porque cuándo me suplico que no me alejará me quede junto a ella), hoy la vuelvo a recordar mientras me encuentro una vez más en esta esquina viendo a la gente pasar, sonriendo a aquellos que pasan para que me devuelvan una sonrisa y poder seguir con vida un día más (¿seguir un día más con vida? Ahora ya no tiene sentido sin Bryony me digo todos los días mientras viene a mi mente el recuerdo de aquella promesa que hice de no dejarme morir), aún la veo allí parada con su vestido azul, tan hermosa como aquel día, querida Bryony ¿en dónde estas ahora?

Viví por tus sonrisas, viví para ti, viví para nosotros, moriste por mí, moriste por nosotros, preferiste morir que estar lejos, preferiste que fuese yo quién te matara, porque eso hice, te mate querida Bryony, aún puedo sentir tus labios rozando los míos, aún puedo escuchar tu sonrisa, aún puedo ver tus lágrimas, aún puedo sentir tu olor y tu presencia (ausencia) en esta casa, aún te amo, aún me odio por ser lo que soy, por haberte quitado la vida, por haber absorbido ese último aliento, antes de morir me dijiste que me regalabas tu última sonrisa, ¿por qué? ¿por qué no te quedaste lejos? Jamás comprenderé tu amor hacia mí, jamás comprenderé que fue lo que sucedió, mientras tanto sigo robando sonrisas, algunas las robo sin querer, ¿hasta cuándo?

Querida Bryony, tus sonrisas no se han acabado, solo están escondidas en algún lugar, aún las escucho, sé que estas allí, te buscaré y te encontraré, solo espera por mí.
No es más que la nada y el infinito a la vez, de un minuto a otro, rodeada de la inmensidad y la soledad (una vez más me acompañas, ni eterna soledad), el viento una vez más susurrándome algo que no puedo entender. Mientras tomo un baño de sol, pasan uno a uno por mi mente los pequeños detalles, distante del día, se pasa la mañana, mientras las letras del libro que compre el día anterior me atrapan y a la vez me devuelven a mis pensamientos. En algún momento se unen los pensamientos con escenas de letras, lo cierto es que no puedo sacarte de mi mente. El sol ha empezado a quemar mi piel, puedo sentirlo, decido cambiar de lugar, tomo mi libro, camino sin un rumbo fijo.
Quizá sea solo un sueño
pero deseo vivirlo,
Caminar por las calles
y suspirar porque lo he logrado
porque allí es donde siempre quise estar.

Como explicar que no estoy aquí
que mi ser ya ha viajado,
está lejos y se ha ido
sin dejar rastro.

El hada: Aprendiendo a caminar despacio

Ha seguido el camino que emprendió, fue corriendo tras uno y tras otro, se tropezaba  y se levantaba, no ha descansado ni de noche ni de día, cuándo la lluvia ha intentado detenerla se las ha arreglado para continuar. Apenas si ha comido en el último mes, no ha pasado mucho tiempo desde que abandono su hogar en la cueva del señor oso, ahora deambula por los senderos del bosque oscuro. La joven hada atrapada en el cuerpo de la vieja bruja está hoy rodeada de oscuridad y más oscuridad. Algunos días parecen más oscuros que otros y así los pasa mientras trata de entender a aquellos que la rodean, ¿alguna vez hablo del ave? Quizá aún no ha mencionado al ave que la acompaño días atrás y que ahora sin comprenderlo del todo ha decido abandonar su nido, algunas veces tenemos comportamientos extraños, buscamos aferrarnos a lo que nos rodea y no dejamos escapar a aquellos que quieren alejarse, algunas veces intentamos retenerlos a la fuerza y perdemos el tiempo con ellos hablando y hablando sin que ellos lo deseen, mientras tanto se pierde ese valioso tiempo que podríamos haber utilizado para hablar con alguien más.

Claro que es así, pero dime, ¿qué hago para dejarle ir? Le preguntaba entonces la joven años atrás, solo respondía que poco a poco se daría cuenta de lo que decía, ahora tan vieja, tan joven ha aprendido a dar pasos cortos, a caminar despacio, sabe lo que es no poder correr y comprende que en algunas ocasiones no se puede correr y que es mejor amarrarse a lo que se tiene en ese momento que amarrarse a aquello que se tenía.

Sé que es abrazar al tiempo que me persigue, sé que es ir lento y al mismo tiempo rápido, porque he ido avanzando, deje al señor oso, en aquel momento no comprendía que pasaba, pero ahora sé que el señor oso hizo lo correcto, pensar en si mismo antes que en los demás, aunque me duela no tenerlo cerca, aunque me duela que no sea quien es, aunque me duela y diga que hubiese querido conocerlo hace cinco años, sé que en el momento en el que se cruzaron nuestros caminos fue el adecuado, el correcto, pero aún así después intente volver a su cueva y platicar con él, conversar por un momento, ya he hecho suficiente, solo quedo a la espera de su respuesta, en algún lugar querido señor oso estas vos, mientras tanto yo sigo pensando en lejanos días, aún puedo verte cocinar, aún puedo verte poner la mesa, limpiar la cueva, aún te puedo ver junto a mí, algunas noches veo al cielo y allí estas, algunas veces cuando duermo estas en mis sueños, algunas veces sos parte de un fugaz pensamiento.

Sos parte de un fugaz pensamiento ...

Ave o Pez

Algunas veces la felicidad se expresa con lágrimas, la tristeza con sonrisas.

Esperamos ver al cielo y encontrar respuestas, pero solo vemos nubes y más nubes o quizá vemos un ave volar, deslizarse por el cielo, algunas veces me he visto como un ave, he volado hacia todos los lugares más hermosos del planeta, en algunos he aterrizado y he querido hablarte de ellos, pero luego recuerdo que no soy más que una simple ave que contigo no puede hablar. Otras veces me he sumergido en el océano, he sido un pez más en el agua que flota y se esconde, pero aunque intente ser un ave o un pez, jamás llego a ser lo que quiero ser, ¿de qué me sirve volar sino podes volar junto a mí? ¿de qué me sirve nadar y flotar si no podes nadar junto a mí?

viernes, 6 de julio de 2012

El hada: Satin Naranja

... Solo tenía dos años y los días empezaban a unirnos, algunas veces las pequeñas hadas necesitamos disfrazarnos.

Era un domingo de lluvia (tengo vagos recuerdos de aquellos días, no sé cuanto recordaste tú) mis jóvenes padres se alejaban lentamente sobre el pétalo de rosa de los vecinos de la esquina, en aquellos tiempos todo lucía diferente. Mis lágrimas parecían perderse entre las gotas que caían del cielo y se deslizaban lentamente por el techo de la casa, aún me sigo preguntando que paso por la mente de mi madre al dejarme en la casa de aquellas viejas hadas.

Miento al decir que sé la edad exacta que tendría cuando de niña me ofreciste satin purpura, pero al pensarlo yo fui la única hada vestida de naranja, las otras tres pequeñas iban todas envueltas en purpura brillante y solo yo estaba envuelta en satin naranja, jamás me he detenido a pensar en como lucia ni si realmente te gustaba que estuviera allí, sé que fueron tantas las veces que en tu máquina de hacer vestidos me elaboraste detallados disfraces, pero solo puedo recordar el disfraz naranja de aquel verano.

Puedo vernos de espaldas a las dos, la vieja hada y la joven hada caminando de un hogar a otro, tocando puertas, tú bebiendo café y yo chocolate y es que en cada hogar al que íbamos nos ofrecían comida que jamás despreciábamos mientras a cambio, llevábamos pequeños cubos blancos de azúcar para endulzar con tu magia a alguno de aquellos que estaban por allá o por acá, solían ser jueves, sábados y domingos, quizá por eso es que esta joven hada se enamoró de los días, aún nos veo de espaldas caminando sobre la calle Veranos cuesta arriba con tus cubos de azúcar envueltos en un manto de colores y colgados delicadamente en tu espalda y yo a tu lado. ¿De qué hablábamos? Yo no lo sé vieja hada y sus palabras ahora se han silenciado. ¿Robe tiempo de tus días? Solo tú lo sabrás vieja hada, pero déjame decirte que tú me diste tiempo.

Y allí va la joven hada envuelta en color naranja, brillante como el oro bajo la luz de luna. Gracias.

Por aquellos octubres de lluvia, aquellas noches de diciembres helados caminando bajo la luz de la luna o dando pasos con linternas, por aquellos días en los que recogimos las cosechas y sobre todo aquellos días en los que caminamos por las calles empedradas y polvorientas de las ciudades encantadas.

sábado, 30 de junio de 2012

Laberinto

Entonces antes de olvidar las palabras que tengo que escribir hoy me quedo en silencio. Y me quede sentada en el pasillo de aquel laberinto que se dividía en múltiples caminos.

¿Cómo definirías un pensamiento?
¿Son letras, son sentimientos, son momentos o instantes, es acaso solo el tiempo?

Algunas veces me detengo a pensar en el tiempo que vivimos, en los sueños, últimamente divago y me pierdo más a menudo que antes en los sueños, se volvieron mi refugio, son el lugar en el que puedo cambiar todo lo que yo quiera.

Ayer te veía, distinto claro esta, no podrías ser el mismo después de recibir la noticia de que tu novia había fallecido en un accidente de tránsito, dijiste que no importaba y desviaste la mirada, lo aceptaste con tanta calma que ni yo misma entendí que estaba ocurriendo. Continuamos cenando en medio de la multitud mientras tu mirada reflejaba todo lo que con palabras no pudiste decir, en tu mente solo estaba ella y la tristeza que embarga todo tu ser.

Que difícil es porque ya no sé con que continuar y es que tantas eran mis ganas de decirte algo, que comprendieras, pero lo olvide, olvide que aunque mi ser pide a gritos decirte que te extraño mi mente me juega juegos que ni yo puedo entender, basta solo una palabra para olvidar, pero acaso no es mi mente un mar de recuerdos reprimidos de vos y de mí y es que si no sos vos soy yo la que se va alejando cada vez que te encuentro cerca y que oscuras son las cavernas de los laberintos que me hiciste crear para que ambos nos perdiéramos en ellos y no pudiéramos salir, pero que estúpida fui al enseñarte la salida y luego borrar de mi mente el recuerdo del camino porque lo único que hiciste fue perderme, dejarme sola y abandonada cuando sabías que amaba la soledad y que la necesitaba hasta que te volviste mi soledad, fue el laberinto que yo dibuje para vos, ahora sus corredores están vacíos, oscuros y la maleza ha empezado a devorar las hermosas paredes de rosas azules que sembré, aquellas que solo yo podía conseguir.

Pero gracias, ahora tengo un lugar en el que puedo desaparecer y no regresar, sabes en dónde encontrarme si algún día queres regresar, pero ese día, no olvides devolver aquello que te llevaste porque jamás te lo regale solo te lo preste, es mío y solo mío, sabrás vos que es.

P.D. No te estoy pidiendo que regreses, solo que devolvas lo que te llevaste. ¿Ya nada importa no es así?

Ausencia

Ayer tome el camino largo de regreso a casa, no creerás en dónde me encontraba por la noche bajo la media luz que iluminaba todo mi alrededor. Hace mucho tiempo que no conducía con tranquilidad por las calles de la avenida Martínez, transitaba sobre el carril derecho a una velocidad de cuarenta kilómetros por hora mientras mi mente divagaba por los colores naranja y las palabras del alrededor de una mesa pequeña con unas cuantas copas de vino servidas a la mitad, sin tener palabras para conversar ni saber sobre que hablar si en aquel instante lo único que nos separaba era la distancia que entre uno y otro habíamos marcado meses atrás o que quizá solo vos habías marcado porque aunque quiero que no sea verdad, aún te seguís metiendo en mi mente, invadiendo mis pensamientos porque no hay nada que me guste más que una simple palabra o un pensamiento o la forma en la te expresas o sonreís. Mi copa de vino sigue a medias, mientras tanto bebo un sorbo pequeño y te observo aunque lejos, cerca y nos separa un pensamiento sombrío de lejanos días. Y no te pido más que una simple palabra mientras la música sigue sonando y las luces lentamente se van apagando dejando todo el lugar en oscuridad mientras una vez más estamos frente a frente caminando por las calles que un día recorrimos tomados de la mano y yo sigo recordando nuestro primer encuentro en la avenida Amaneceres.
El cielo ilumando de variados colores y el alrededor iluminado solamente por tu mirada.
El cielo acompañado de la luna y yo acompañada una vez más de tu ausencia.

miércoles, 27 de junio de 2012

El hada y la vieja bruja: Vidas paralelas

Robo historias, robo vidas, robo sueños solo para llenar el vacío de tu ausencia.

Algunas veces vuelves a vivir lo que viviste otros días, algunas veces no sabes que decir, caminas y caminas, sueñas y sueñas, pero el vacío nada lo llena, te dedicas a contar historias de alguien más y te adueñas de ellas, por las noches vagas por los sueños de otros y los haces tuyos aunque sean pesadillas, al menos tendrás algo que contar al siguiente día.

Hoy me pregunto como seré recordada, recuerdos, recuerdos como si fuera yo o alguien más, como tú o como ella. No se trata de quién sea quién, ¿soy ella en tus pensamientos o ella soy yo en tus pensamientos? quizá quieres que ella sea yo y piensas en eso cada vez que tus ojos me ven, cada vez que tus labios tocan mi piel.

Vieja bruja, eso soy por dentro, pero por fuera sigo siendo el hada de cuya belleza te enamoraste y no sé si esto sea suficiente, algunas veces soy el hada otras veces no puedo fingir más y me vuelvo una vieja bruja, esa vieja bruja que fue desterrada y que todos odian, me pregunto dónde estará ella ahora.

Pero los días se pasan en medio de caminos desconocidos que decidí recorrer sintiendo la brisa fresca de esta noche calurosa de mayo bajo la densa neblina que oculta el color oscuro azulado del cielo, alzo la vista y me detengo para ver el dibujo perfecto de las densas nubes que ocultan una vez más el hermoso cuarto creciente de luna en el que largas noches atrás estuve sentada observándote, jamás escuchaste las palabras que te dedique, jamás supiste que eras la luz de mi presente y ahora eres una de esas estrellas pérdidas en el firmamento.

Muchas de las palabras que hoy dices han salido de lejanos pensamientos, has logrado encontrar respuestas a preguntas que te planteabas, aprendiste que es vivir con alas y sin alas, sabes que algunas veces no es necesario buscar solo tienes que abrir los ojos y ver todo tu alrededor para llenarte de luces, te envuelve la vida que desechaste y te transformas en energía pura que la brisa desintegra y la vuelve pequeños puntos, haces de luz que en la oscuridad alumbran a alguien más. Sé que dices que has robado historias porque algunas veces te has adueñado de las palabras de alguien más y de lo que te han contado, sé que dices que robas vidas porque te metes en la vida alguien y poco a poco vas sustrayendo lo que esta viviendo y lo haces tuyo, sé que dices que robas sueños porque por las noches viajas entre los sueños de alguien más y luego por las mañanas dices que son tuyos cuando no ha sido así, convertiste en letras la vida, los recuerdos y los sueños para diferenciarlos y saber que es realidad y que ha sido solo tu imaginación, sin embargo entre letras todo se confunde, ¿cómo sabes que hoy no estas soñando?

Pero así he sido una soñadora con alas.
Pero en sueños no necesitas alas.

martes, 26 de junio de 2012

El hada: Lecciones aprendidas I

Joven hada, algunas veces tienes que pensar en lo que paso ayer y aprender, no esta bien que una vez más estés en un agujero de tristeza, sumergida en noches de insomnio en las que te pasas las horas observando las letras pintadas en el cielo y en las que has guardado no solo lo agradable sino que más que todo has atesorado el dolor y la decepción para poder recordar porqué estas hoy en dónde estas parada.

Comprendí que los pasajes de aquellos días no son más míos y que no debo regresar, por un momento pensé que sería sencillo volver a los días lejanos de abril, pero no fue así, me invadió la desesperación y el deseo de estar cerca y estaba tan cerca pero espacios abismales me separaban, no era una simple separación física, sino que eran los pensamientos sumergidos en otro mundo en el lejano bosque gris. La ausencia de estos días se ha sentido más que los días anteriores, hace dos tardes pude comprender a qué me refería exactamente con la palabra "daño", es ahora cuando tengo las palabras adecuadas para dar una explicación.

Hay cosas que son de dos, no de uno, el dolor no se puede compartir, se puede utilizar la empatía para intentar comprender, pero jamás se sabe o se puede medir del todo ese dolor, me he sentido culpable todas las veces que sin pensarlo he causado daño a alguien más con simples palabras y no importa la causa o si alguien más ha tenido la culpa, yo no tengo derecho, ningún derecho de hacer sentir mal a esa persona, ahora comprendo que me siento culpable de todo, ahora entiendo que detrás de esta apariencia, sigo siendo una joven pérdida en busca de un camino para seguir, en busca de alas para volar, soy aquella a la que un día le dijiste que tenía que armar el rompecabezas, pero que tenía que encontrar antes las piezas, las piezas van apareciendo con lo pasos que doy, pero no sé como tengo que unirlas.

Piensa joven hada, que a pesar de ser una vieja, tu ser sigue siendo el mismo, estas vieja y arrugada, tu cuerpo no aguanta como antes y tus ojos aún siguen mostrando esa tristeza que antes ocultabas, ahora no es necesario joven hada, puedes venir a mí cuando lo desees, podemos hablar, yo estoy acá con los brazos abiertos esperando por ti.

Ayer aprendí que algunas veces me toca ser el anda que sostiene a alguien más, sé que se siente tomar a alguien del brazo y guiarlo por un corto camino que para ese alguien más es largo, muy largo, es ir contando uno a uno los pasos que da aunque dure una eternidad.

lunes, 18 de junio de 2012

El hada y la lechuza: Silencio

Has aprendido querida joven hada, que algunas veces las miradas que cruzas con los demás no son lo que piensas. Aquel día pensabas que la lechuza intentaba decirte que te había conocido y que necesitaba de tu ayuda, pero no fue así. El jueves mientras esperabas en la piedra del ala este del bosque oscuro iba de paso la lechuza y una vez más te vio, fue la misma mirada, no supiste como interpretarla hasta que al salir del ala la lechuza se encontró con el viejo búho, en ese momento entenderías muchas de las cosas que la lechuza menciono, su forma de hablar, su forma de expresarse, ahora entendes porque su alma solo esta escrita en letras, pero, el viernes mientras pasaban los últimos minutos de la tarde una vez más releíste las notas que te entrego la lechuza hace dos años, ¿te recordas joven hada cuantos días te tomo leer cada uno de los pergaminos? Fue poco tiempo porque pasaste las noches y madrugadas en vela esperando encontrar dentro de unas palabras aquello que tanto buscabas, y lo encontraste, te enamoraste del pensamiento de la lechuza, pero, los fragmentos escritos dejaban algo, había algo que hacía falta, ahora joven hada, entendes que es lo que la lechuza quería decir, ahora has visto su alma expuesta, ahora todo encaja en el lugar correcto, sin embargo aún no sabes que significa su mirada, quizá en unos días vuelvas a ver a la lechuza, no importa lo que sea que hayas descubierto, aún la seguís admirando, las lechuzas suelen ser ser sabías y silenciosas, gracias a la lechuza tu forma de ver al mundo cambio en varias ocasiones, cambio tus letras, fue tu inspiración joven hada, fue tu mundo, la veías volar, intentaste que tus alas fueran tan grandes como las de ella para poder volar tan rápido como ella, fue tu inspiración de noches, de medios días, la lechuza fue tu todo, no llores joven hada, la lechuza aún sigue allí, sé que ahora ya no significa lo mismo, el entorno ha cambiado, pero aún queda el hilo de esperanza, la lechuza aún es tus noches joven hada, aún puedes ir tras ella y ser su amiga, aún puedes hablarle, tocar su hermoso plumaje y sentarte junto a ella, quizá solo a conversar, aún puedes pedirle que vuele junto a ti por un instante, solo tienes que hablar y dejar de callar.

Así es, yo ame a la lechuza, ame su pensamiento, ame sus letras, ame su forma de volar por los cielos, ame su forma de ver al mundo, calle y sigo callando, ¿hasta cuando? No lo sé, pero ahora mi querida amiga, la lechuza esta cerca, puedo en cualquier momento romper este silencio abismal que nos une y nos separa, puedo preguntarle porque su mirada, sé que nacimos para encontrarnos en algún momento porque estando tan lejos, estuvimos cerca y nos cruzamos yo la he conocido, ella no me ha conocido, o quizá si, pero mi amiga, mi querida lechuza, ¿me reconoces ahora? ¿cómo llego yo con vos querida lechuza, con este cuerpo que no es mío? ¿podrás reconocer mis ojos, mi sonrisa? ¿ podrás querida lechuza, reconocer mi alma, mi ser? Dicen que en los cuentos sobre brujas que ellas se convierten en lechuzas, quizá algún día yo llegaré a ser una lechuza.

(Por las tardes y noches que obsesionada te busque.)

lunes, 11 de junio de 2012

El hada y el señor Oso


Guarda silencio le dijo la luciérnaga a la joven hada, han pasado diez días desde que abandono el bosque encantado, ahora se ve como la vieja bruja, lo único que conserva es su hermosa sonrisa y sus grandes ojos verdes, la belleza esta en mi interior se decía a sí misma. Caminaba por la noche, porque todo el día había sido de lluvia y no había podido avanzar en su recorrido, hasta esa noche se daba cuenta que no era tan fuerte como lo suponía, sus palabras lo eran, pero ella solo era una débil niña atrapada en el cuerpo de una vieja, las fuerzas ahora le faltaban, un paso tras otro. Mientras piensa en el señor oso y sus palabras. 

Hace unos cuantos amaneceres...
Hoy se ha encontrado con el señor oso, al verla se ha asustando, pero luego de ver fijamente sus ojos se ha dado cuenta que es la joven hada de la tristeza, han hablado por un largo rato, los minutos se han pasado, ella sentada con su horrenda apariencia en una roca le ha contado al señor oso todo lo que ha sucedido, el señor oso es de aquellos que inspiran confianza, es alguien con quién se puede hablar sin temor a nada, ¿es acaso el señor oso? ella se lo pregunta por varias veces, han pasado varios días, casi un mes, el señor oso vive en una pequeña cueva y la ha invitado a vivir con el por un tiempo, la cueva es grande, ella se encarga de ordenarla y arreglarla, el señor oso se dedica a verla trabajar y sonríe junto a ella, se han vuelto buenos amigos. Aquella joven hada que no cree en el amor ni la amistad ha hecho un amigo, se a entregado a su amistad con él y realmente lo adora. Cierto día aparece el señor conejo, le ha dicho que la vieja es un peligro y que debe irse, el señor oso incrédulo se niega a echarla, sin embargo una tarde de viernes de mayo le dice que ya no puede vivir con él en la cueva, él no puede verla a los ojos, porque solo sus ojos llevan el secreto de la joven hada, ve todo su rostro, pero evita sus ojos porque así, solo así puede verla como la vieja bruja. La joven hada enfurecida y deshecha por el dolor oculta sus lágrimas tras palabras llenas de ira, juega con su grisáceo cabello y gritan sin pensar. Al día siguiente no sabe como despedirse de él, se ha encariñado tanto con el señor oso, que ahora no sabe como debe hablarle o como debe actuar, tampoco sabe si debe abrazarlo o si puede llorar con él por última vez. El sol ha empezado a salir. Es hora de irse. La joven hada ve al cielo, ve su camino hacia delante y no da vuelta atrás, no sabe si el señor oso ha salido a despedirla, no sabe si el señor oso la extrañará, pero ha aprendido que no importa la circunstancia, ni las excusas ni las disculpas, nada importa, porque lo dicho dicho esta, solo que ahora aprende que debe callar, debe tranquilizarle y luego hablar. Adiós señor oso. Ahora la acompaña por la negra noche su amiga la luciérnaga, que con su luz ilumina sus pasos aunque sus ojos siguen encerrando soledad y tristeza eterna y su cuerpo muere lentamente día a día. Adiós una vez más querido señor oso.

El hada y la vieja bruja


Allí estaba la vieja bruja, esperándolo. Se había disfrazdo la joven bruja del hada de las sonrisas y ahora bailaba por la pista junto a las demás hadas, era realmente hermosa, había hecho correr el rumor que había nacido de la lágrima de una princesa de un reino lejano. Sin embargo intranquila lo buscaba, decían que él era el sueño de toda hada viviente y era el invitado especial. Vestida toda de seda naranja, la vieja bruja recorría cada uno de los rincones de la habitación, una a una las hadas iban llegando con hermosos vestidos de diversos colores, iba siendo la media noche todas las hadas estaban presentes, excepto el hada de la tristeza, pasaron diez minutos más para que por fin apareciera de la mano de él, ella iba vestida de seda verde, sus grandes ojos verdes contrastaban con el color moreno de su piel y sus largos cabellos sueltos se agitaban con la suave brisa de abril. La vieja bruja enfurecida se oculto entre las demás hadas que observaban alegremente a la feliz pareja, ella fue a saludar a sus amigas, el hada de los sueños, el hada de la luna, el hada de los viajes y el hada del silencio, una a una dieron su opinión acerca de lo bien que ambos lucían juntos y de lo bien que ella lucía con la seda verde, el hada de la tristeza vio sonriente a todas, sin embargo nadie se pudo dar cuenta de las lágrimas que se tragaba ni de la tristeza encerrada en sus ojos, sin embargo la vieja bruja que de lejos aún la observaba pudo ver lo que las demás no pudieron y su rostro se ilumino. La vieja bruja había sido un hada desterrada del reino después de negarse a seguir los mandatos de la reina que le indicaba que las hadas no pueden salir del bosque encantado. La vieja bruja de acerco al hada de la tristeza y le pregunto que le ocurría, el hada de la tristeza dijo que no deseaba nada de lo que hasta ahora tenía, que solo deseaba salir del bosque y recorrer todos los lugares que existían fuera del bosque, quería tocar las nubes, las estrellas, caminar por la arena y respirar el aire del mar durante el atardecer, la vieja bruja le dijo que como hada de las sonrisas dibuja sonrisas en todo aquel que lo deseará, el hada de las hadas dijo que no había forma de dibujar una sonrisa en ella, la única forma de verla sonreír sería dándole una nueva vida otra existencia, la vieja bruja contó a la joven hada la historia de su destierro, la joven hada escuchaba atentamente cada una de las palabras que la vieja decía, nadie pudo notar que no era un hada, pero la joven hada lo noto desde el primer momento que hablo con ella, la vieja bruja olvido disfrazar su fea sonrisa, sus viejos, feos, manchados y desalineados dientes la delataban al igual que su figura. La vieja bruja lo amaba a él, la joven hada amaba el secreto escondido detrás del bosque, la vieja bruja le propuso a la joven hada intercambiar su vida con la de ella. La joven hada sin pensarlo acepto, pasaron dos primaveras, la vieja bruja se caso con él y viven muy felices, el cuerpo de la vieja bruja es el cuerpo de la joven hada y envejece lentamente, sigue siendo hermosa después de cincuenta años, sin embargo la joven hada, atrapada en el cuerpo de la vieja bruja se debilito rápidamente paso una primavera viendo todo lo que quiso ver, cuando quiso regresar fue sacada del bosque, aunque dijo que era el hada de la tristeza, nadie le creyó, tuvo que verse a si misma desde los límites del bosque, su cuerpo estaba viejo y cansado y su tristeza la invadió, la hizo un fantasma de la noche y  luego después de unos pocos meses murió. ¿Valió la pena salir del bosque? ¿Valió la pena haber dejado su felicidad en manos de alguien más? ¿Estuvo bien decir un hasta aquí? Murió con una sonrisa. ¿Fue una sonrisa de felicidad o un sonrisa de tristeza?

domingo, 3 de junio de 2012

Pero tocaba decir adiós porque empezamos donde he terminado, podrías dejar de pensar y dejar atrás el pasado que hoy nos une y nos envuelve en olas de palabras que nos hunden en el océano. Hay una diferencia entre ver hacia atrás y quedarme atrás y sin decir más he visto hacia atrás y no había nada, todo se borra pero quedan algunos rastros que aún me atan a una u otra, pero poco a poco el aire, el viento se lleva los restos, ya casi ha pasado un año marcado por un ciclo que fue siendo agradable, que inicio con vos y empezó su fin también con vos, hoy me despido del ayer y de lo último que me une a vos, aquello que empezó un treinta de junio y termina en un ¿primero? ¿segundo? ¿tercero? de junio y aunque no lo parezca es el ciclo completo de toda una vida. Ayer mientras veía las horas pasar, pensaba en los minutos, me perdí entre el manto rojo que me cubría y que iluminaba paulatinamente mi alrededor dejando traspasar haces de luz diminutos.

Pero mientras se pasaban los minutos observando y pensando mis ojos se fueron cerrando y caí en un sueño profundo que me trajo tranquilidad porque las lágrimas empezaban a invadir mi rostro, me di cuenta que allí estabas vos intentando alcanzarme, pero como es costumbre solo me aleje porque sos de los que dicen "te quiero" sin saber que puedo ser yo aquella que hunda tu vida y con una mirada o palabra simplemente te fusile.

Pero allí estaba yo, rodeada de esos extraños de sábados y jueves, pero no estaba allí, estaba sumergida entre las letras y trazos que mancharon la hoja blanca con grises aterciopelados, pero ahora no queda nada, solo iniciar una búsqueda.

Pero no quiero iniciar, no quiero.

sábado, 2 de junio de 2012

Cuentos: Primera despedida

Lloro por las noches, te llamo a cada instante con el pensamiento, te busco y no estas, es como que jamás hubieses existido y es que ese es el problema, jamás exististe, solo fuiste un invento, otro invento más de mis pensamientos. Ahora, lo que falta es empezar las notas, dejar los sentimientos plasmados en las letras que hoy escribo, porque se acabaron las historias por contar. Empecemos querido amigo con el cuento que invente, ¿te lo he contado? Creo que no:

Más que una mirada

Últimamente he empezado a describir al mundo y al alrededor en forma de cuentos de hadas, es más fácil crear cuentos que escribir novelas, así que quizá notes por momentos que esto que parece ser algo serio se vuelve mágico, los seres no son humanos, son más que eso, son hermosos, como lo sos vos, como esa mirada.

Corrían los días, habían pasado los meses desde el primer día de nuestro encuentro en el bosque mágico, la noche era estrellada, el cielo era completamente azul. Durante los últimos días he regresado al lugar en el que nos vimos, yo sigo regresando y sigo estando allí, pero vos ya no estas, has desaparecido. Aunque las cosas han cambiado, aún puedo imaginarme en aquel mundo, yo solía estar sentada con la mirada fija hacia la nada, leyendo, acariciando a las letras, a las páginas, vos acariciabas las notas de un sinfonía. Una mirada basto, quizá fui yo la que la imagine, vos al otro lado de la habitación, sentado, intercambiando palabras con alguien más, allí estabas y  no te había visto, te vi hasta que tu mirada se cruzó con la mía. Creerás que estoy loca o que imagino cosas, pero sé que esa no fue solo una mirada, fue más que una mirada, fue un te quiero lejano, un te quiero que las hadas llevaron hasta mí. Tu mirada fija, tu rosto serio, el reflejo de tus pensamientos y sentimientos en una mirada. Ese sos vos, para mí siempre seras aquel de la noche, aquel de las estrellas, aquel de esa mirada, esa mirada de la que tuve celos, envuelto en haces de luz, todo brillando, sin embargo tuve celos de tu mirada y la ame, te ame, es más que un te quiero, pero mis cuentos de hadas no tienen finales felices, solo quedan las cenizas de las miradas fulminantes. Fue más que una mirada aunque ahora lo negues. Ellas me dijeron que debía irme para llegar a vos otra vez, pero no las quise escuchar, quería quedarme con vos, no sabía que me castigarían y que de nada serviría que me quedara, ellas me hablaron, me dijeron alejate, no quise hacerlo, me acerque, me seguí acercando pero la noche del viernes me dijeron que ellas mismas se encargarían de todo, que no me preocupara, no estoy preocupada, ellas saben lo que hacen, ahora estoy tranquila aunque por instantes me invade la nostalgia porque las cenizas el viento ha empezado a robar, no me queda nada mi querido amigo, sé que pronto ya no estarás, ya no estaré, pero ellas me han dicho que allí estas, pero que tengo prohibido tocarte, así que me voy, me despido, ellas me llevan a un hogar que me han construido en el bosque, sabes, es una casa muy linda, es pequeñita, pero ellas me hacen compañía, dicen que quizá regreses pero sino sos vos como te he conocido hasta ayer, serás vos pero como alguien más y les creo, porque por las noches de frío con su luz me han dado calor, me han enseñado a volar, sus alas son hermosas, salimos por las noches y tocamos el cielo, a las estrellas y nos sentamos en la luna de cuarto creciente, creo que no sé han dado cuenta, pero siempre regreso a nuestro lugar, solo para recordar tu mirada de aquel día.

Hasta pronto mi querido amigo. Ellas están por venir, no pueden saber que te he escrito una historia, no deben saber que te conté nuestra historia.

Ondide.

(... Fue fascinante el tiempo que paso ante mis ojos, porque tu mirada reflejaba tus pensamientos y tuve celos de mi misma ...)

sábado, 5 de mayo de 2012

Vine por la tarde, se sentía el vacío en el alrededor me pregunte si estabas allí, la mayoría de veces que nos encontramos apareciste cubierto con un manto de invisibilidad, te escuchaba, te sentía cerca, pero jamás estuviste del todo.
Por las noches te encuentro en sueños, siento que vago a través de otros mundos y universos, aún siento tus labios besando los míos, sin embargo son solo sueños que se disipan con la luz del día. No duermo, estoy en vela durante las noches, en especial las largas noches de luna llena. Llegan las madrugadas y no me queda nada más que hacer que esconderme bajo la almohada.
Por las mañanas me escondo entre el jardín de letras, en un laberinto que parece no tener salida, el tiempo pasa y no me doy cuenta, las agujas del reloj siguen su marcha y una vez más se acaba el día.
Por las tardes suelo intentar dormir, pero las voces de mi alrededor me susurran, algunas veces me gritan que estas cerca, pero te busco y simplemente no estas, solo existe el silencio, entonces vuelvo de nuevo al vacío de las tardes en las que últimamente he acostumbrado retomar los viajes por los jardines olvidados y caminar, caminar y seguir caminando, mientras el sol se oculta y llega la noche y la oscuridad invade el ambiente, la luz se apaga y las letras, mis letras se pierden en el horizonte.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Ni importa

Pues te digo que ni importa lo que hagas o digas, ni importa si lloro estando acá, ni me importa lo que pase en tu vida si ni la mía me importa. Tantos días, tantos años ni me importa si me muero o te morís y si hoy muero no importa que ni a mi entierro queras ir. Me has visto llorar y yo aún te sigo viendo gritar pero las únicas lágrimas que te importan y te han importado son las de esa que hoy yace en tu cama. Solo te importan las malditas perras que me atacan, de esas perras te reís, por esas perras haces lo que sea, te desvelas, madrugas pero que me importa tu felicidad si la mía no te interesa, me usas como joya para mostrar solo cuando te conviene, quédate con esas que te rodean.

Ni me importa si hoy lloro, porque realmente no sé cuál es la razón, puede ser una o puede ser otra, la tranquilidad de aquella tarde parece tan lejana. Con las luces de este día me dijiste que una bala me atravesarías, pues hacelo, si queres dispara a mi corazón que es tan frío como el hielo, pero es frágil, demasiado frágil aunque parece ser una piedra, también podes disparar a mi rostro, míralo antes de matarme, míralo, solo míralo, mira mis ojos, porque es el único lugar en el que quizá encontres una respuesta. Pero deja de decir estupideces, si tenes la pistola, dispara de una vez, porque este juego ya empezó a desesperarme. Matame si queres con palabras, porque esas duelen más que una bala. En silencio viví, en silencio vivo, lo único que harías sería agregar más silencio a esta existencia.

Ni me importa que hoy muera.

martes, 24 de abril de 2012

Acariciaría al tiempo si existiera, buscaría recuerdos si los tuviera y es que sigo sin saber algo acerca de esta absurda realidad en la que pasan mis días y mis ilusiones apagadas o soñadas. Hablando de sueños, ¿podría alguien decirme si la vida es solo un sueño? ¿Existo realmente? ¿Existis vos? ¿Existió algo? ¿Existieron los días de verano, de otoño, las primaveras? ¿Es real este cuarto creciente junto a una pequeña estrella brillante que veo desde mi ventana colocadas divinamente en algún lugar del cielo? Es el cielo el infinito, mi más allá, son los segundos y los minutos, estas letras las que me dicen que estoy acá, es el sonido del reloj que marca la hora, el sonido de tu guitarra por las madrugadas, las rosas marchitas que he tirado a la basura las que me cuentan la historia de este día en el que intento tocarte pero tus manos se alejan, me tocan, pero estas ausente, aunque quizá sea yo la ausente de esta patética escena. Pero ni interesa, para que decir que es vida, que es presente, que es futuro, que son días y son noches, si lo único que rodea al mundo, a mi mundo, es el silencio ensordecedor que atrapa mi alma, mi ser. Vana existencia.

lunes, 23 de abril de 2012

Como en otras ocasiones, desisto de los pensamientos y sentimientos, tras unas cuantas letras que me hagan olvidar unas cuartas palabras dichas. Me refiero al día que se consume entre confusión pero inicia con la obsesión de días lejanos y si se cuenta el tiempo serán años. He estado ausente de los días viendo como pasan y pasan. Mientras el mundo gira con calma yo estoy al borde del acantilado, caminando hacia el abismo o quizá sea el abismo el que me persigue. He sentido la alegría, felicidad al leer tras sus palabras ese sentimiento que nace que va unido a un conjunto de hojas, quizá viejas, quizá nuevas, letras y más letras que forman el puente hacia lo ridículo, lo inexplicable, inexistente. Me he visto o me he encontrado sentada en la sala de la plaza Mancilla, enfrente estas vos parado, sin darte cuenta (eso es lo que supongo) te he visto, observo cada una de las facciones de tu rostro, intento recordar tu sonrisa y grabarla en el libro de mi vida para siempre. Quisiera poder tocarte, pero aunque lo haga no sabrás que he acariciado suavemente tu piel porque mi existencia es falsa tan falsa como el tiempo que nos separa y la distancia entre tu mirada perdida y la mía olvidada, pero allí estas y acá estoy, tan cerca, tan lejos de los días, de los minutos de un tiempo etéreo, acá estoy mi vida. ¿Infinito? ¿Absurdo? Así de estúpido e ilógico, pero sabes, el espacio me atrapo, me quede en el limbo de la vida pasando los momentos junto a vos aunque no sepas que existo. Fugaz fue la existencia tras la muerte escrita con tinta blanca en la hoja de tu vida que solo la leerás si cambia de color. Pero no digas nada, es el silencio el  testigo del amor que te tengo y de las letras que hoy escribo entre las lineas de la camisa que hoy llevas puesta por primera vez.

miércoles, 18 de abril de 2012

Entonces por la tarde mientras espero la hora de partir pienso en las palabras que tendría que haber dicho, pero al mismo tiempo me asalta su sonrisa dibujada. Si me voy o me quedo, la inmensidad me rodea, entre tanto espero a que la noche caiga. Me encuentro con tu ciudad, sin pintura, sin colores, ¿qué he hecho hoy? Pues te cuento si te interesa saber, que he estado tejiendo los bordes de las casas que forman tu ciudad, no sin antes dibujarla y cubrirla toda de gris. Allí he estado por las calles que jamás he caminado, he andado y he explorado, he visto las puertas, mientras ella comentaba que son solo puertas. ¿A quién le interesa una puerta dibujada? Mi maleta es hecha.
¿Entonces? Es el primer momento después de meses en el que encuentro una palabra escrita que no entiendo, tantas no he entendido y sigo sin entender, pero aún así la tristeza de una nota existe sin embargo no hay lágrimas. Decadencia de día y el hermoso sonar de la lluvia sobre las laminas de la habitación en la que una vez el sonido de tu voz se perdió. Silencio es lo único que se escucha en esta habitación vacía. Buscando en el baúl la secuencia de fotografías, encontré la fotografía que la soledad me tomo años atrás, rodeada de la nada, perdida entre un volcán de ¿recuerdos? ¿pensamientos? ¿imágenes ficticias? ¿ilusiones? que aún no puedo descifrar. Intente abrazar a la oscuridad, al silencio, a la distancia, pero la soledad termino por abrazarme y sumergirme entre la inevitable mezcla de lo que intente sostener, cuando finalmente me solto, la tristeza se adueño de mis brazos y mis ojos cerrados se quedaron, ya no hubo más luz. He visto las alboradas, las auroras boreales, he visto un atardecer naranja, uno rosa, uno gris, otro púrpura, todas las veces de distintos colores, ahora me niego a verlos una vez más. ¿Recordas la melodía de aquella vieja sinfonía? Algunas veces pienso en los días, otras pienso en sueños, otras en sentimientos y pensamientos, en pasajes presentes, futuros y pasados, sin hoy, sin después, sin antes, sueños de verano, tardes de verano, mañanas escondidas tras la bruma, ¿tiempo? Tiempo y más tiempo ...

martes, 17 de abril de 2012

Una noche de abril

Temprano, la niebla rodea el ambiente después de despertar de un sueño interminable durante una noche de lluvia de abril, ¿has decido? Finalmente entendiste que debías irte lejos, pero regresaste una vez más. A pesar de los años aún guardabas la esperanza de encontrar una sonrisa dibujada en su rostro. ¿Recordas que fui yo quien le puso sus zapatos en sus diminutos pies? Sus calcetas rosadas y sus zapatos blancos con dibujitos, esos los ate yo mientras vos te despedías en la puerta, intentando no llorar.

Mientras mi madre me preguntaba si mi padre había regresado, me contaba que cuando manejaba hacia San José, habían robado su auto y decidio ir a buscarlo después de recoger a Javier, a ella le parecía imprudente y estúpida la idea de ir tras unos bandalos y llevar consigo a Javier. La primera vez que vos decidiste dejarlo, abandonaste la casa por la mañana, te llevaste a tu hija y saliste decidida. Por el camino de tierra pude ver a Javier acercándose a la casa vieja que si no mal recuerdo ahora tendrá unos setenta años de haber sido construida, es de aquellas casas de cuento en medio de un bosque, con un pasillos largos y jardines extensos, una puerta de malla entre abierta, yo me encuentro sentada viendo como Javier camina hacia dónde estoy. Una vez más vos estas en la puerta de la casa de dos niveles mientras yo te observo y tu hija corre a sentarse junto a mí descalza, mi madre me ha dicho que no sabe que pasa por la mente de mi padre que a decidido mandar a Javier caminando desde el pueblo. Con atención te vuelvo a ver, vas saliendo de la casa con tu bolsa negra colgada en el brazo izquierdo y tu maleta en la otra. Las calcetas de tu hija son cortas, ha crecido y le quedan ajustadas. Él sale tras de vos al darse cuenta que te vas, acaba de salir de la ducha, solo lleva puesta una toalla azul. Parece que Javier no llega, no se acerca, solo camina pero no avanza. La primera vez que dijiste que te ibas, me dijiste que tomara el tranvía que pasa por el redondel, yo llevaba a tu hija en brazos pero olvidaste mencionar que tenía que portar mi tarjeta para poder abordar. Mi madre se ha ido. Él se acerca a hablarte, no dices nada, te das la vuelta y lo dejas, su mirada es triste. Le he puesto sus zapatos a tu hija, ella los ve, yo los veo, la tomo de la mano y caminamos por la terracería. Todo esto en una noche lejana de abril.

domingo, 15 de abril de 2012

Quién formara parte de una legión que ansia la libertad más que la vida entendería, pero no sé si realmente se hable de entender o querer ser entendido se habla de no querer algo porque parece ser otra prisión más, en prisiones vivimos, de días y noches, el tiempo en si mismo es una prisión, la vida, porque no se puede decidir que vida vivir, es de esas preguntas que surgen durante el día, quizá a mitad de noche, cuando despiertas o cuando duermes, en sueños y realidades, simple ansia de libertad, cuándo preguntas por ella, todos dicen estar bien con lo que tienen y lo que hacen, esas son las diferencias, quitar algo o seguir cargando con lo mismo, ahora, tenemos el problema de querer algo que es imposible creo que lo has notado, los años han pasado, aunque vos no pareces notarlo, ¿cuándo fue la última vez que me viste vagando acá, por las calles de Madrid? Hoy te he visto a través de la ventana en el reflejo de otra, sentado, tranquilo, con tu cigarrillo en la mano leyendo un drama de Shakespeare.

lunes, 16 de enero de 2012

Te muestras como algo ajeno a este mundo, ¿de dónde procedes?, un umbral de luz se extiende por toda la habitación adormecida enlazada para siempre en la dispersión del pensamiento y se escucha la alucinación de la misma melodía que sonó durante tu partida. Se desvía el pensamiento de la vida que no me corresponde y dramatiza la idea de querer tocarte, contemplado tu imagen fija desvaneciéndose, se suprime tu ser y también el mío, vana mi credulidad, vanos mis temores y pensamientos, vana esta insignificante vida en la que estoy caminando todo producto de una fantasía que como si de realidades se tratara me muestra imágenes verídicas además de un espacio proyectado. Desprecias la noche y el día, desprecias mis pensamientos y los tuyos, desprecias el estado aparente de mi alma, demostras nada. El tiempo puede probarte, seducirte, enredarte, atarte a una alegría, a una lágrima, no existe el despertar porque te desconecta, te aísla de todo el alrededor, de toda esta falsa existencia y sin embargo, aún así, te abrazo, te beso y entre tus brazos duermo y descanso tras largas noches de insomnio que me hundieron en la ansiedad de luces de media noche y gotas de lluvia a las dos de la mañana. Hoy por fin descanso.

Contando tu historia de una tarde a solas

Pero mientas avanza la tarde y en general el día lo que fue delirio y obsesión se vuelve algo simple que se adhiere al día y se vuelve algo similar a una rutina sin sentido. Hablaban de sentimientos todos escritos en la pared con un dibujo que se supone representa con una palabra eso que dice ser un sentimiento. Si te fijas en el sonido escucharas el sonar del aire del ventilador y al mismo tiempo escuchas ascender o quizá descender a un avión, al fondo entre cristales y techo falso una imagen de una estatua que realmente es la estatua tuya, de tu cuerpo desnudo, una maceta con plantas secas y una cubeta azul que debería tener agua para alimentar el suelo de una naturaleza muerta, un farol apagado, sin luz, aunque por el momento no se necesita. Además, no olvides los animales bajo un fondo verde, quizá rosa o azul, una mariposa, más insectos, ¿una morsa o una foca?. Aún se escucha el sonido del ventilador y el reloj que había dejado de marcar la hora hoy la vuelve a marcar y se escucha una vez más su lejano sonido cuando avanza, interrupción momentánea. Por un instante dejas el lápiz e intentas recordar unas cuantas letras, ahora es más difícil construir una historia, pero hablabas del reloj y la minutera avanzando, espero que no olvides mencionar la pintura tras de vos, ¡no es una pintura, es solo una foto de San Francisco!. Se te olvidan las historias de las noches y estas tardes que hoy olvido en compañía de cinco extraños, ¿cinco extraños? los he contado mal, son seis. Hablan de vanas esperanzas de días por venir, de un futuro no muy lejano, quizá no cercano, mientras escuchas las voces de esos extraños, el lápiz y vos se vuelven uno y en la hoja totalmente blanca al inicio se empiezan a ver los trazos de una planta con pocas flores y sus hojas vistiendo las ramas desnudas y secas, las hojas te observan, me observan, porque vos a mí no me ves ni me escuchas, pero tus trazos siguen tras de mí.
Algunas veces el pensamiento te lleva de un lugar a otro, quizá te detienes a ver al que esta enfrente o tu vista se clava en la ventana en un punto especifico, en medio de la nada, las palabras se acaban, no dices nada, una vez más el silencio te acoge en sus brazos, te mece y te sumerge en un sueño profundo, se evapora la tranquilidad de la tarde, así como la espuma en algún momento se disipa y deja ver tras de ella solamente el agua que quizá este limpia o quizá este sucia, más allá de una pared u otra, los sonidos se hacen uno mientras yo sigo contemplando tu mirada perdida en el tiempo y el espacio y mis labios intentando decir una palabra para traerte una vez más a esta realidad que en espacio físico compartimos, sin embargo siento que no regresaras, que tus lágrimas y sonrisas se han marchado una vez más y esta vez para siempre.

viernes, 13 de enero de 2012

Cerrando las más importantes puertas al mundo exterior, de nuevo esperando el tren que me llevará a un lugar lejano y desconocido en el que mis alas podre extender, conciliando el reposo de anocheceres y suprimiendo en absoluto el despertar, fuentes de sueños, series de estados de tempestad en un día soleado, solo se necesita una puerta para poder escapar y quizá existir. Caer desde lo alto de un muro elevado, tijeras y tejados, noches de luz, días de sol y de lluvia y en la alcoba suena el reloj despertador robando tiempo al tiempo, oscuridad a la noche y un rayito de luz al día.