lunes, 18 de febrero de 2008

LA TRISTEZA Y LA FURIA


A un estanque mágico llegaron una vez a bañarse haciéndose mutua
compañía la tristeza y la furia.

Llegaron junto al agua, se sacaron las ropas, y desnudas entraron a bañarse.

La furia, apurada, como siempre, inquieta sin saber por qué, se bañó y rápidamente salió del estanque. Pero como la furia es casi ciega se puso la primera ropa que manoteó, que no era la suya, sino la de la triteza. Vestida de tristeza, la furia se fue como si nada pasara.

La tristeza, tranquila y serena, tomándose el tiempo del tiempo, como si no tuviera ningún apuro, porque nunca lo tiene, mansamente se quedó en el agua bañándose mucho rato y cuando terminó, quizás aburrida del agua, salió y se dio cuenta que no estaba su ropa.

Si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, asi que para no estar asi, al descubierto, se puso la única ropa que había, la ropa de la furia. Y asi vestida de furia siguió su camino.

Cuentan que a veces cuando uno ve al otro furioso, cruel, despiadado y ciego de ira, parece que estuviera enojado, pero si uno se fija con cuidado se da cuenta de que la furia es un disfraz y que detrás de esa furia salvaje se esconde en realidad la tristeza.

1 comentario:

  1. Muy interesante post...
    y es cierto, usualmente las personas que se ven enojadas; no es enojo lo que sienten en realidad... es tristeza....

    Bastante bonita la historia me parece!

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