jueves, 13 de noviembre de 2008


La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste.


La confianza... Prospera en la honestidad, el honor, en el carácter sagrado de las obligaciones, sobre la protección y la fidelidad desinteresada en el rendimiento. Sin ellos no puede vivir.


"Tengo confianza en el abismo de la gente". ¡Y esas palabras me apuñalaron en el corazón y me dilataron con horror las pupilas de mis ojos, porque me pareció de repente, en un instante, que él entendía lo que estaba diciendo!.

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