sábado, 9 de abril de 2011

Amaba los días grises,
aquellos que parecían haber sido creados
y estar listos para poder ser pintados,
amaba los días de verano lluviosos
en los que los amaneceres
contrastan con el verde de los árboles,
me gustaba pensar,
que solo unas cuantas horas nos separaban,
y que quizá,
pronto podría verte.

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