domingo, 14 de febrero de 2010

Jugábamos con espejos,
en medio de los árboles
sin percatarnos de los problemas,
problemas que día a día iban acabando con todo
hasta llegar al final.

Reíamos, llorábamos,
peleábamos pero aún así
fueron buenos años,
es difícil explicar cómo después
de todo ahora somos tan unidos
y cómo con los años hemos madurado
y nos hemos convertido en personas
muy distintas pero con muchas cosas en común.

Es increíble cómo hoy
pasamos tardes juntos
quizá viendo una película
o simplemente sentados el uno al lado del otro
sin entablar conversación,
pero sin embargo es agradable
que todas nuestras diferencias
hayan quedado atrás.

Aún recuerdo cuándo solíamos jugar,
cuándo solíamos pelear,
y aún más cuándo solíamos reír,
gracias por estar conmigo siempre
gracias por hacerme compañía por las noches
gracias por ser mi amigo
y por todos los momentos maravillosos que vivimos
y por aquellos por venir,
aunque estemos lejos
siempre te llevaré en mi corazón
porque dejaste huellas en mí.

No se donde esté en unos años
pero espero que dónde esté
siempre me recuerdes
porque yo siempre te recordaré
y te llevaré conmigo.

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