martes, 24 de abril de 2012

Acariciaría al tiempo si existiera, buscaría recuerdos si los tuviera y es que sigo sin saber algo acerca de esta absurda realidad en la que pasan mis días y mis ilusiones apagadas o soñadas. Hablando de sueños, ¿podría alguien decirme si la vida es solo un sueño? ¿Existo realmente? ¿Existis vos? ¿Existió algo? ¿Existieron los días de verano, de otoño, las primaveras? ¿Es real este cuarto creciente junto a una pequeña estrella brillante que veo desde mi ventana colocadas divinamente en algún lugar del cielo? Es el cielo el infinito, mi más allá, son los segundos y los minutos, estas letras las que me dicen que estoy acá, es el sonido del reloj que marca la hora, el sonido de tu guitarra por las madrugadas, las rosas marchitas que he tirado a la basura las que me cuentan la historia de este día en el que intento tocarte pero tus manos se alejan, me tocan, pero estas ausente, aunque quizá sea yo la ausente de esta patética escena. Pero ni interesa, para que decir que es vida, que es presente, que es futuro, que son días y son noches, si lo único que rodea al mundo, a mi mundo, es el silencio ensordecedor que atrapa mi alma, mi ser. Vana existencia.

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