Repentinamente alguien se acerca y con ese alguien sus pensamientos: ¿En dónde puedes ver el amor? le preguntaba...
Escrito en el cielo por las nubes, las estrellas y la luna. En el atardecer cuando el sol se esconde, en el amanecer cuando las estrellas una a una se apagan. En los celajes. En unas cuántas letras escritas. En los secretos ocultos tras la tapa de un libro. En el cantar de las aves en verano, quizá en el canto del guarda-barrancas. En las alas de los pájaros deslizándose a través del cielo. En un simple rayo de sol. En las ramas y las hojas de los árboles dibujadas con extrema exquisitez. En las flores. En un beso. Sin ir demasiado lejos, en una mirada y un silencio. Al cerrar los ojos y abrirlos. En todo el alrededor y las luces que te rodean. En la existencia misma. En aquellas luces que no ves y sin embargo brillan sin cesar. En la luz de nuestra vida. Todo lo que existe es luz. Luz clara y pura. Somos luz.Y entonces te das cuenta de lo hermoso de los pensamientos y regresas. Solo para divagar una vez más entre el mar de pensamientos que te llegan porque quizá en alguno de esos pensamientos lo volveras a encontrar porque te conocía y decidió entonces convertirse en el pensamiento.
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