sábado, 11 de agosto de 2012

No es más que la nada y el infinito a la vez, de un minuto a otro, rodeada de la inmensidad y la soledad (una vez más me acompañas, ni eterna soledad), el viento una vez más susurrándome algo que no puedo entender. Mientras tomo un baño de sol, pasan uno a uno por mi mente los pequeños detalles, distante del día, se pasa la mañana, mientras las letras del libro que compre el día anterior me atrapan y a la vez me devuelven a mis pensamientos. En algún momento se unen los pensamientos con escenas de letras, lo cierto es que no puedo sacarte de mi mente. El sol ha empezado a quemar mi piel, puedo sentirlo, decido cambiar de lugar, tomo mi libro, camino sin un rumbo fijo.

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