miércoles, 23 de enero de 2013

El hada y la bruja: Vieja historia de "Amor"

Hoy mientras caminaba, una vez más perdida en el bosque, un recuerdo vino a mi mente, fue algo así como una sucesión de imágenes que aparecen como traídas de un sueño o un cuento. Creo que jamás le he contado a alguien y los que me conocen (conocieron, porque ya no soy aquella de antes) saben que me encantan los sueños, que me emocionan, al mismo tiempo me causan temor o miedo al ver en ellos alguna escena repetida vista en algún otro sueño sabiendo que las consecuencias que trae consigo no son del todo buenas, aunque, ¿qué se puede decir de un simple sueño?

He regresado a mis días de escuela, después de mucho tiempo, en el salón puedo ver a algunos conocidos y otros desconocidos (aunque creo que todos son conocidos, la verdad es que mi memoria no me ayuda mucho). Yo estoy sentada en la primera fila (algo muy extraño en mí), sentada al lado de la ventada (les he contado que me fascinan las ventanas y puertas), a mi lado esta sentada Natalia, ella ha sido mi amiga desde el primer día de clases, creo que nos llevamos bastante bien.

En la tercera fila, sentado al lado de la ventana (que casualidad), recostado sobre la pared esta él, lo observo y sonrió mientras pienso en las veces que hablamos de encontrarnos en el mismo lugar, algo imposible, aunque según dicen, lo único imposible es lo imposible, creo que esta vez, aplica. Parece que fue ayer, parece fue en otra vida, ¿Cuánto tiempo paso realmente? Le miro mientras él me ve, con esa misma mirada con la que a veces me veía, tristeza mezclada con irá, sonrió y discretamente lo veo, aunque no sé si se ha dado cuenta, es más, creo que lo único que quiero es saber que esconde hoy su mirada. Qué absurda me siento.

El salón empieza a quedarse vacío, todos han empezado a salir, como de costumbre yo no me muevo, detesto esas aglomeraciones que se hacen en las puertas cuando todos quieren salir, algunos pasan despidiéndose de nosotras y cruzan una que otra palabra que no entiendo, él tampoco sale (que estúpida soy), pienso que quizá quiere que hablemos (que ingenua), mientras tanto me distraigo recogiendo del escritorio los pedazos de papel de una hoja que deshice una vez más después de llenarla de tontas historias de chica romántica y melancólica, muy tarde me he percatado de la situación, es esa mirada en él, aquella de indiferencia mezclada con deseo, ira y destrucción, aquella mirada que tan bien conocía, él empieza a caminar hacia nosotras, Natalia esta inmóvil a mi lado, con esa mirada perdida de placer y remordimiento que vi aquella vez, me levanto e intento alejarme, pero ya es demasiado tarde, él esta frente a Natalia, sujetándole levemente el rostro y dándole un beso. Me mira y sonríe  es esa sonrisa de burla y desprecio.

Que ingenua, lo sabía y caí una vez más en la trampa de él y la supuesta ignorancia de lo sucedido hace poco, ella con su supuesta ignorancia de aquello. Ella se va, ignora mi pasado, él no le ha dicho nada, esa es su jugada, me ha destrozado y lo sabe. Lo ha encontrado.

Me quedo por un momento más en el salón completamente ausente de vida, camino ahora hacia la sala de vestuario donde tengo que probarme algunos vestidos para el festival de esta noche, son hermosos, me distraigo.

¿Qué hace él acá? ¿Se burla de mí? Recostado en la pared me espera.
- ¿Pensaste que te había olvidado? -Pregunta- ¿Pensaste que era para mí fácil ignorarte, besarle a ella, mientras eran tus labios los que imaginaba, los que buscaba, estando tan cerca?
Me quedo en silencio, para mí aquello era solo un juego de chiquillos, unas miradas y ya, aunque me dolía verlo con ella o quizá era verla a ella con él, no le quería más, hacía algún tiempo que había aprendido a vivir con su ausencia, a aceptar el hecho de que ya no estaba, olvide su olor, su contacto, su mirada, me aleje y le deje, eso decidimos, sin embargo quería saber, solo quería saber si aún pensaba en mí.

Se acerca y  me besa, yo le dejo, quizá por venganza, quizá para sentir que he ganado.

Mientras tanto, mis padres, amigos y hermanos intentan levantar las piedras de ladrillo de tierra que nos separan de aquellos que se han ido. Yo he visto a mi vieja abuela sonreír mientras deshace sus blancas trenzas para rehacerlas una vez más, aquella niña se acerca a ella, para decirle que su mamá quiere hacerle trenzas como las que usualmente llevaba su abuela, pero la niña sabe que solo su abuela puede hacerlas, yo las observo, pero ellas no me pueden ver, dicen que son recuerdos, otros que son sueños, nosotros sabemos que es el mundo de aquellos que se han ido. Me toca a mí ayudar.

Le he dejado una vez más, solo quería ganar una vez. Hemos empezado a quitar ladrillos, la luz ahora nos rodea.

Hablar de engaños, amores, temores, de aquellos que se van y nos dejan, de aquellos que dejamos, me hace pensar en la vida que he dejado por perseguir un sueño, mi sueño.

- Las viejas solemos ser más sabias, la vida nos ha preparado para emprender un nuevo camino en el que conocemos un poco más de lo que pasa a nuestro alrededor, algunos tenemos más días que otros, otros aprendemos más que otros, en fin, de amores y desamores aprendí. ¿Qué si les puedo contar algo? Claro que sí. Creo que empezamos con mi historia de amor.

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