lunes, 4 de febrero de 2013

La bruja: Heroína de cuarto creciente

Hace tiempo que estoy en silencio, no es que no quiera hablar, es de saber que a las viejas como yo nos gusta recordar, hablar de tiempos lejanos, de días que se han ido, suspiramos al encontrar entre el vacío de las horas a un viejo amor perdido, en fin, hay tanto que decir y tanto que compartir. Empezaré por contar una antigua historia de una heroína, cuando era joven (hoy vuelvo a serlo en parte), solíamos reunirnos con los ancianos de la villa bajo el árbol de la luz cada primer día de cuarto creciente. Nos hablaban de los antepasados, de leyendas, de historias, de cuentos. Recuerdo esa vez cuando la anciana señalaba la constelación de Gwendolyne, aquella que no moría. Ella se convirtió en mi heroína y muchas noches soñé que era ella.

Era un día común y corriente, soleado - empezó a decir la anciana - de aquellos que Gwendolyne amaba y esperaba ver cada día al amanecer. Como de costumbre se vistió y peino su cabello negro. Después de unos segundos de estar contemplándose en el espejo, se escucharon unos fuertes golpes en la puerta. Sophie se encuentra al otro lado de la calle con su pequeño hijo en brazos, entre sollozos trata de articular unas palabras, no las entiende, después de tranquilizarla un poco, logra decir que Mía está cautiva, la han capturado por negarse a quedarse en aquel horrible lugar un día más. Algo que me parece muy extraño, es que Lorraine esté con ella, observa la conversación, pero como siempre, parece estar perdida en el vacío de sus pensamientos, aunque en este caso podría decirse que es una reacción común, ya que ella ama a mía como si fuera su propia hija.

Mía se encuentra en el castillo Laberinto, un hermoso y siniestro lugar es como un laberinto oscuro de gradas en movimiento, - No sé si ya lo mencioné, interrumpe la anciana, pero Gwendolyne forma parte del grupo rebelde. - He decido ir a buscar a Zoé, ella conoce más sobre el Laberinto, el mundo no es aquel de antes, del que todos hablan con tristeza y añoran, aquel en el que mis padres crecieron e intentaron salvar, aquel al que mis abuelos viajan por instantes y sonríen, aquel que dibujaron. Lorriane a insistido en acompañarnos al Laberinto (es un lugar hermoso), claro que a mí eso no me agrada del todo, pero su insistencia a sido tanta, que ha venido con nosotros. Logramos entrar fácilmente a Laberinto (eso realmente me parece extraño porque puede que sea una trampa, las cosas se van dando de forma demasiado fácil), hemos encontrado a Mía en la planta principal, salimos con ella, hemos decidido que el mejor camino a tomar es cruzando la frontera yendo por el camino del sendero de la colina alta, es un camino algo cansado, pero es el mejor para escapar. Logramos llegar al final, un grupo de personas que se ha enterado de lo sucedido nos espera, Lorriane lleva a Mía como que fuera su hija (es una oportunista), nos detenemos por un instante, aún siento temor de que nos descubran, somos un blanco fácil en donde estamos ahora, observo hacia todos lados mientras ruego a Lorriane que nos apresuremos, que sigamos. Zoé y los demás están tranquilos, celebran que lo hemos logrado, sonríen, platican, esperan por Lorriane, no estoy segura de que tan buena sea esta demora. Por la colina se asoma alguien, son ellos, armados con largas espadas y pequeños cuchillos, tomo a Lorriane por el brazo para que salgamos de allí, ellos se empiezan a entre mezclar con el grupo de personas y nosotras nos alejamos, con Mía es difícil ir demasiado rápido, avanzamos poco y ellos se acercan, volteo la vista atrás, falta poco, solo tenemos que cruzar la calle, pero nos van alcanzando, no puedo correr más rápido, no puedo avanzar más, siento algunas punzadas en mi cuerpo. Estoy inmóvil  no sé que ha pasado. ¿En dónde estoy? He regresado a mi casa, no sé que ha sucedido, estoy en mi cama, acabo de despertar, ¿fue acaso todo esto un sueño?.

Intranquila voy a tomar un baño, me arreglo, me peino, sin notarlo me he puesto la misma ropa que me visto llevar en el sueño del que acabo de despertar, mejor dicho, de la pesadilla de la que acabo de despertar, estoy frente al espejo viendo mi imagen, hoy me parece diferente a la de otros días, a mí mente viene el fugaz recuerdo de alguien que está apunto de tocar la puerta. Tal como en el sueño es Sophie quién toca la puerta, sé que pasa, y qué tengo que hacer, está vez me dirijo sola hacia Laberinto, sé donde esta Mía, no quiero que mi sueño se repita, mientras voy entrando a Laberinto soy emboscada en uno de los segmentos de gradas, un grupo algo grande se acerca a mí. - La anciana interrumpe, ve al cielo y tras un largo silencio dice, Gwendolyne no sabe que ha pasado ésta vez, ella intentó cambiar el rumbo de las coas tomando decisiones distintas, se arriesgo a ir sola, pero una vez más, todo salió mal, no sabía que hacer y mientras divagaba entre un sueño y la muerte y el despertar del día una vez más escucho una voz a lo lejos que le susurraba algo que no podía entender: "Debes buscar al tiempo" dijo la voz, ¿al tiempo se pregunto ella?, "Emelie", susurro la voz una vez más, "La encontraras al final, dónde se encuentran los mundos enfundada en un traje viejo color vino.". De vuelta a casa.

Una vez más me dirijo hacia Laberinto, está vez sé que tengo que buscar al tiempo y preguntar que hacer y que es lo que esta pasando, será difícil encontrarla sin ser vista, pero tengo que encontrarla y poner fin a todo esto. Subo todos los segmentos de gradas en movimiento que están a mi paso, llego al último piso, allí dónde se supone estará el tiempo esperándome, hay dos tiempos dijo la voz, el de color vino es al que yo busco, ellos también buscan al tiempo, intentaran impedir que yo llegue a mi destino, el último nivel es una serie de cuadros, paredes en movimiento en el cual las personas aparecen y desaparecen, tras uno de esos esta el tiempo, esta Emelie, me han visto, ahora veo a los dos tiempos. Emelie esta cerca, ellos van tras el otro, Emelie es una dama de avanzada edad, luce tranquila, observa el alrededor y sonríe tranquila, esquivo varios cuadros intentado llegar a ella, ellos están cerca y tratan de alcanzarme, durante el último movimiento de los cuadros ellos han alcanzado a rozarme las piernas mientras, me dirijo hacia Emile, ella me mira y me sonríe, los cuadros en los que estamos sumergidas empiezan a cerrarse. Su voz es hermosa cuando habla, -El tiempo en este caso, jamás terminará, dice ella, esto terminará cuando salgas con Mía de acá con vida, ambas deben sobrevivir, no deben morir para poder despertar del sueño, de esta pesadilla.- Mía esta en la sala principal, corro hacia ella pero algo esta mal, no sé que ha salido mal esta vez, Laberinto empieza a desvanecerse mientras recorro cada segmento de escaleras intento escapar, me desvanezco, ¿qué ha sucedido esta vez?

El silencio que siguió a todo esto fue eterno, la anciana no dijo nada más, el fuego ha empezado a apagarse, sonríe, se levanta y empieza a caminar, desaparece. Yo me he preguntado por muchos años que paso con Gwendolyne y Mía, ¿qué cosas nos oculto sobre el tiempo, sobre Emelie? ¿qué pasa con Laberinto? pero sin embargo, esté fue mi sueño por largos años, imaginando a Gwendolyne, queriendo ser ella, rescatando a Mía una y otra vez, intentando no morir, pero el tiempo empezó a borrar este hermoso sueño, pero hoy sin razón alguna lo recuerdo y pienso: ¿Qué sucedió Gwendolyne?

Ahora me pregunto, ¿Somos acaso todos héroes y no nos damos cuenta? ¿Estamos rodeados de héroes que sin tener super poderes o sin viajar en el tiempo, seres inmortales nos salvan de esta vida? Quizá así sea, mi heroína esta vez ha sido ella y quizá yo he sido la suya, nos hemos salvado mutuamente de la vida a la que estábamos destinadas, pero aún así, creo que cada uno puede ser su propio héroe. Sé que soy vieja, pero aún puedo ser una heroína, ¿no lo creen?

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