sábado, 4 de junio de 2011

Encuentros

Aixa, salió como todas las tardes de su casa. Vestía una falda que llegaba a sus rodillas, una blusa azul, no acostumbraba a usar zapatos de tacón, aunque siempre le habían gustado, esa tarde vestía los únicos que tenía, aquellos que solo usaba en ocasiones especiales. Esa tarde, decidió ir a visitarlo, Ian vivía en las afueras de la ciudad. Su casa era de ensueño, una casa no muy grande pero con un gran jardín a su alrededor que pasaba todo el año cubierto de rosas de todos los colores posibles. Aixa realmente amaba aquel lugar. Aixa e Ian eran amigos desde hacía casi seis años y desde entonces habían sido inseparables.

Los últimos 19 meses habían sido los más extraños de la vida de Aixa, sus sentimientos hacia Ian habían cambiado, se había enamorado de él. La tarde había sido planeada, iba a decirle todo lo que sentía por él, ese día se cumplían exactamente seis años desde que lo vio por primera vez. Había pasado toda la noche anterior imaginando distintos escenarios, que le diría y que haría dependiendo de su reacción, memorizo unas cuantas formas de decirlo, se arreglo, hizo una llamada importante, tomo su bolso y se dirigio hacia su casa. Ian la esperaba, sabía que ella llegaría, sus sentimiento no eran muy distintos a los de Aixa, corto 19 rosas del jardín, las coloco en un florero transparente con agua, las situó en la pequeña mesa que estaba en la sala, vio el reloj una vez más (14:49), ella llegaría en cualquier momento.

Aixa solía ser una persona muy puntal en todas sus citas, subió al tren de las 14:00, calculo que llegaría a las 14:50. Mientras el tren se movía, recorrió con su vista todo a su alrededor, vio a los pasajeros, se percato que el tren iba algo vacío, sonrió al ver a una pareja y volteo su vista hacia la ventana, se perdió entre todo lo que pasaba tras su ventana. El tren paro en la estación San Sebastian, un grupo de personas subieron abordo y el tren continuo su recorrido, alguien se sentó a su lado, no presto atención a quién era aquel sujeto, él sonrió al verla, evidentemente no lo había reconocido. Esteban era uno de los chicos más misteriosos que había conocido Aixa, tenía pocos amigos, casi no hablaba, sin embargo se había enamorado de sus hermosos ojos azules y de su sonrisa. Él también se había enamorado de ella, empezaron a salir después de 10 meses de haberse conocido, pasaron tardes maravillosas juntos, hasta que Esteban se fue de la ciudad. Habían pasado 6 años desde la última vez que lo había visto, ese día que lo dejo en la estación, Ian la vio en ese lugar por primera vez, sin embargo ella solo pensaba en Esteban. Seis años más tarde se vuelven a encontrar, nuevamente en una estación, sus vidas se vuelven a unir, después de haber sido separadas. Ella lo ve, él la ve, sigue sonriendo, ella se pierde en sus hermosos ojos azules.

Ian vuelve a ver el reloj (17:00), Aixa se ha retrasado dos horas. Telefonea a casa de Aixa, dicen que ha salido, vuelve a ver el reloj (19:19). El día se ha ido, Aixa jamas llego a la cita, Ian simplemente espera su llamada, pasan los días y la llamada no llega, pasan los meses, Aixa se ha ido de su vida.

Son las cinco de la tarde, Ian se dirige a la floristeria, esta decidido a comprar 19 tulipanes, la tarde es fresca, el sol se esta ocultando, puede observar el hermoso atardecer, su imagen se refleja en los vidrios de las vitrinas de las tiendas, esta a unos cuantos metros de la floristería, nada puede arruinar aquel perfecto día. Un taxi para frente a la floristería, una hermosa mujer baja del taxi, lleva lentes oscuros y un sombrero, no puede ver su cara. Se para frente a la floristería, vé las bellas flores expuestas en la vitrina, empieza a caminar hacia donde esta Ian, ella le sonríe, se quita los lentes, Ian se queda perplejo. Aixa esta frente a él, 19 meses han pasado desde la última vez que la vio.

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