lunes, 13 de junio de 2011

Letras Perdidas

Charlotte se encaminaba una vez más hacia el museo, iba a explorar el nuevo arte, decían que un famoso escritor había pintado cuadros a base de letras, la exposición se llamaba letras perdidas. Los bosquejos de dibujos no terminados elaborados en papel blanco a lápiz y crayones era la más reciente creación de Jacob Madinabeitia. Su arte había sido una casualidad, mientras no estaba en su biblioteca, donde regularmente escribía, utilizaba hojas en blanco para escribir sus pensamientos, pasajes y párrafos, era amante de las artes y le agradaba la idea de ser dibujante, pensó que en alguna otra época lo había sido. Hacía bosquejos de personas, lugares, objetos sin sentido, era muy parecido al surrealismo. Entre esos bosquejos escribía, después de haber pasado casi un año, decidió transcribir todos sus pensamientos, escribir su próxima novela, una novela muy esperada por todos sus lectores. Había terminado de escribir toda su novela, era hermosa, él mismo decía que era su obra maestra, sin embargo los accidentes ocurren y por azares del destino aquella novela desapareció, se perdieron sus palabras, sus letras, sus pasajes, se perdió toda su vida.
-          Existen dos cosas que me ayudan a distraer mi mente de pensamientos quizá sin sentido, una es charlar con alguien y otra es leer, últimamente solo leer me ha servido de algo aunque aún tengo pensamientos que deseo borrar. Hoy intento borrar este choque de sentimientos que he tenido al perder lo más importante para mí. Ninguna de las dos cosas me han funcionado. Creo que más que distraer mis pensamientos y borrar mis sentimientos lo que necesito es sacarlos de mí, eliminarlos para siempre. Son una serie de sentimientos que chocan unos con otros, siento una gran frustración porque no se que decir o que hacer. Lo guardo para mi mismo, la única persona que pensé que me entendería no lo ha hecho, pensé que podría charlar aunque sea unos cinco minutos pero creo que no se puede. No tengo amigos escritores solo algunos conocidos, no sé si podrán comprender mi frustración, mi desesperación por recuperar mis letras, intento escribir de nuevo cada palabra, pero cuando vuelvo a releer entre las líneas sé que algo falta, no es lo mismo. Cómo alguna vez lo dije, “Una palabra hace que todo cambie, un punto, incluso una coma, no puede ser todo igual una vez más no puedo escribir una historia igual que la anterior, aunque lo intente, la mayoría de las veces la posición de las palabras cambian  mi historia será diferente, porque hace falta la palabra más importante”, Me faltan las palabras para expresar mi perdida y quizá jamás lo lleguen a comprender. –
La obra tan esperada de Madinabeita jamás saldría a la venta, letras perdidas en el universo, en el mundo. Mientras veía cada uno de los bosquejos que había realizado durante aquel año tuvo de pronto la idea de colocarlos en exposición, quizá nadie podría leer aquella magnífica obra que había escrito, sin embargo si podían ver los bosquejos, los fragmentos de aquello. Decidió ponerlos en exposición en una poco conocida galería de arte de las afueras de Roma.
Mientras Charlotte se encaminaba hacia aquella galería sus pensamientos divagaban entre las hojas de caían de los árboles, las hojas de otoño eran sus favoritas. Caminaba esperando encontrarse con aquel escritor, charlar con él y expresar sus sentimientos, confesarle que ella también había perdido sus letras y con estas diez años de su vida.

                

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