domingo, 26 de junio de 2011

Me hieres

Hubo un lugar en el tiempo en el que nos encontramos,
Hubo un lugar en el tiempo en el que quizá te interese,
Hubo un lugar en el tiempo en el que quizá me interesaste,
Hubo un lugar en el tiempo en el que tus palabras me destrozaron,
otro en el que aún me siguen destrozando,
otro en el que aún sigues en mi mente,
otro en el que aún suspiro por ti,
otro en el que aún te busco,
en el que aún te sueño,
en el que aún eres parte de mi vida,
en el que me hieres,
me hieres y no te das cuenta,
me hieres quizá porque eso es lo que quieres.
Solo te digo,
realmente me hieres y me duele.

jueves, 16 de junio de 2011

Otra noche

Enciendo un cigarrillo, una ligera lluvia de media noche a empezado a caer, subo el volumen al radio, disfruto de la soledad, pero sobre  todo de tu compañía lejana pero cercana -Aunque no lo sepas me agrada-. Parece ser una noche perfecta. Entre todas las palabras busco la respuesta correcta, aquella que oculte lo que aún sigo sintiendo.

Un minuto de silencio, todo a mi alrededor parece estar girando, no sé que espero aún divago en mis pensamientos, más preguntas, una respuesta como pregunta, solo para salir del contexto. Solo siento el humo del cigarrillo al apagarse, la noche se queda una vez más oscura.

Otro cigarrillo, más preguntas sin respuesta. No tengo respuestas para todo, pero hago lo posible para encontrarlas. Una sonrisa, mis pensamientos se pierden en mi mente, sin querer, entre el humo se divisa una vez más una sonrisa, sin tiempo y sin momento....

Aún esta mañana sonreí, solo quedan las cenizas de la noche anterior, la noche desapareció y con ella se fueron las ilusiones y fantasías, estoy de vuelta en la realidad pura, en la que nada es como se supone que es.

lunes, 13 de junio de 2011

Letras Perdidas

Charlotte se encaminaba una vez más hacia el museo, iba a explorar el nuevo arte, decían que un famoso escritor había pintado cuadros a base de letras, la exposición se llamaba letras perdidas. Los bosquejos de dibujos no terminados elaborados en papel blanco a lápiz y crayones era la más reciente creación de Jacob Madinabeitia. Su arte había sido una casualidad, mientras no estaba en su biblioteca, donde regularmente escribía, utilizaba hojas en blanco para escribir sus pensamientos, pasajes y párrafos, era amante de las artes y le agradaba la idea de ser dibujante, pensó que en alguna otra época lo había sido. Hacía bosquejos de personas, lugares, objetos sin sentido, era muy parecido al surrealismo. Entre esos bosquejos escribía, después de haber pasado casi un año, decidió transcribir todos sus pensamientos, escribir su próxima novela, una novela muy esperada por todos sus lectores. Había terminado de escribir toda su novela, era hermosa, él mismo decía que era su obra maestra, sin embargo los accidentes ocurren y por azares del destino aquella novela desapareció, se perdieron sus palabras, sus letras, sus pasajes, se perdió toda su vida.
-          Existen dos cosas que me ayudan a distraer mi mente de pensamientos quizá sin sentido, una es charlar con alguien y otra es leer, últimamente solo leer me ha servido de algo aunque aún tengo pensamientos que deseo borrar. Hoy intento borrar este choque de sentimientos que he tenido al perder lo más importante para mí. Ninguna de las dos cosas me han funcionado. Creo que más que distraer mis pensamientos y borrar mis sentimientos lo que necesito es sacarlos de mí, eliminarlos para siempre. Son una serie de sentimientos que chocan unos con otros, siento una gran frustración porque no se que decir o que hacer. Lo guardo para mi mismo, la única persona que pensé que me entendería no lo ha hecho, pensé que podría charlar aunque sea unos cinco minutos pero creo que no se puede. No tengo amigos escritores solo algunos conocidos, no sé si podrán comprender mi frustración, mi desesperación por recuperar mis letras, intento escribir de nuevo cada palabra, pero cuando vuelvo a releer entre las líneas sé que algo falta, no es lo mismo. Cómo alguna vez lo dije, “Una palabra hace que todo cambie, un punto, incluso una coma, no puede ser todo igual una vez más no puedo escribir una historia igual que la anterior, aunque lo intente, la mayoría de las veces la posición de las palabras cambian  mi historia será diferente, porque hace falta la palabra más importante”, Me faltan las palabras para expresar mi perdida y quizá jamás lo lleguen a comprender. –
La obra tan esperada de Madinabeita jamás saldría a la venta, letras perdidas en el universo, en el mundo. Mientras veía cada uno de los bosquejos que había realizado durante aquel año tuvo de pronto la idea de colocarlos en exposición, quizá nadie podría leer aquella magnífica obra que había escrito, sin embargo si podían ver los bosquejos, los fragmentos de aquello. Decidió ponerlos en exposición en una poco conocida galería de arte de las afueras de Roma.
Mientras Charlotte se encaminaba hacia aquella galería sus pensamientos divagaban entre las hojas de caían de los árboles, las hojas de otoño eran sus favoritas. Caminaba esperando encontrarse con aquel escritor, charlar con él y expresar sus sentimientos, confesarle que ella también había perdido sus letras y con estas diez años de su vida.

                

domingo, 12 de junio de 2011

10 de Octubre

Mi vida, aún es la misma con las mismas rutinas quizá con algunos conocidos más, pero relativamente es la misma. Pareciera ser que en cada vida muero, quizá así sea en algunas ocasiones y en otras solamente sea la observadora de cada escena, es difícil dividir los sueños, las pesadillas, los recuerdos y las fotografías, como conocer realmente cuál es mi vida y si cada recuerdo no es solo un sueño que había tenido, la noche del 10 de octubre morí entre risas y llantos. Los recuerdos de años atrás pasaron por mi mente antes de morir en mi sueño, por alguna extraña razón, antes de caer en un profundo sueño me había puesto a pensar que había sido de mi vida, recordé lo ocurrido la noche anterior y el día anterior al anterior.

Asesinato

Cuántas muertes he podido presenciar en mis sueños, cuántos suicidios, cuánta tristeza y sobre todo cuánto he vivido y cuánto he aprendido, quién sería mi victima esta noche, no lo sabía. La vieja casa en la que había vivido toda mi infancia, en la que vivían mis dos tías y mis abuelos hoy lucía distinta, la colonia en la que nuestra casa estaba ahora ya no era la misma, cada una de las calles había sido cerrada, la calle que descendía hacia el barranco y que estaba frente a mi casa ahora era solo una línea de barandas que formaban una reja verde y aislaban aquel pedazo de la colonia del resto.

Por la noche de aquel día, las calles parecían más solas que de costumbre, un carro aparecía de la nada y se postraba frente a las rejas de aquella puerta, cuatro hombres armados bajaban las ventanillas del auto y descargaban las pistolas sobre aquella reja señalando hacia nuestra casa. Como he visto todo esto, sencillamente el silencio de aquella calle me llamo la atención y entreabrí la puerta que daba a la calle y observe tras una hendidura lo que ocurría, después de los disparos pude verle caer. Parecía haber muerto, no me atreví a volver la vista nuevamente hasta después de unos instantes cuando todos los vecinos del alrededor se habían acercado a ver lo que pasaba aquella noche oscura. Solo yo sabía lo que había pasado, pero instantáneamente lo había olvidado, quizá no lo olvide solo lo deje sepultado en algún lugar de mi mente, no sabía que había pasado, pero las imágenes de aquel día se repetían en mi mente a cada minuto. Sabía la razón de todo aquel escándalo, sin embargo no quise decir ni una sola palabra. Aquella noche, alguien más había sido victima de mis pesadillas o quizá, de mis sueños.

Noche y Pasajes

La imaginación me había llevado a vivir nuevamente una historia de terror y misterio, un escalofrío corría por todo mi cuerpo y las lágrimas salían por mis ojos, debo decir que el leer abría una conexión hacia otros mundos, nuevos pasajes e incluso me daba una nueva vida. Pensaba que la mía no era nada, que estaba llena de odio y tristeza, pero había olvidado los buenos momentos, mis recuerdos que se confundían entre los sueños y pesadillas que se convertían en una nueva vida con el caer de la noche.

Recuerdo que al empezar mi lectura aquella noche, la historia me había atrapado completamente, mientras tenía una charla cotidiana con Denis, mi mente volaba e imaginaba cada escena, deseé tener una máquina que fotografiará mi mente y tener una instantánea de cada una de las ideas, las sombras y semblantes que venían a mí mente con el pasar de las horas y que se iba dibujando tras cada letra, cada palabra y cada párrafo que leía. Entrada la media noche, decidí dormir y descansar un poco, cambiar de vida y vivir otro momento de sueños, lo que no sabía era que esa noche no habría sueños, solo pesadillas.

jueves, 9 de junio de 2011

Una Tarde.

Palabras, no son más que palabras usurpando el lugar de algo más. Sueños, no son más que sueños que me quieren acercar a la realidad ideal. Fantasías, no son más que fantasías que quieren ser mi mundo. Tú, no eres más que tú intentando robar mis días. Tus intereses valen más que mis sentimientos, mucho más que mis pensamientos. Perdóname por no ser la realidad esperada (Ni de niña lo fui). Te perdono por confundir mi realidad, por invadir mis sueños, por contar tu historia con mis días.

La tarde no ha sido del todo normal, una charla, actividades sabatinas recordando un poco el pasado. Entre risas olvide este día, una actividad diferente. Te agradezco por sacarme de mi rutina, por hacer que me enamore de este día imperfecto pero perfecto, ahora entiendo que no todo es lo que parece. Eres como todos, ocultándote tras un manto de "perfección".

Hablamos de pintura, dibujos, del barroco, mencionamos unos cuantos libros, pasajes sobre viajes, historias de suburbios y años pasados. Entre risas se sigue pasando la tarde.

Adiós

No me dejo pintarlo, ni siquiera pude dibujarlo, quise escribirlo y no sabía que tenía que hacer. Corto mi inspiración, aún sigo odiando aquel momento. No pensé que la cortina de humo se fuera a disipar tan rápido, no me dio tiempo de pensar y tampoco de dar una explicación (Es materialismo sin sentido). Una vez más se ha equivocado, pero ya no me extraña que lo haga (después de tantos años se vuelve costumbre) pero me duelen y me hieren sus palabras. Solo puedo subir el volumen de la radio al máximo, para no escuchar mis pensamientos así quizá, tan solo quizá pueda olvidarme de su existencia, una vez más. Adiós.

sábado, 4 de junio de 2011

Encuentros

Aixa, salió como todas las tardes de su casa. Vestía una falda que llegaba a sus rodillas, una blusa azul, no acostumbraba a usar zapatos de tacón, aunque siempre le habían gustado, esa tarde vestía los únicos que tenía, aquellos que solo usaba en ocasiones especiales. Esa tarde, decidió ir a visitarlo, Ian vivía en las afueras de la ciudad. Su casa era de ensueño, una casa no muy grande pero con un gran jardín a su alrededor que pasaba todo el año cubierto de rosas de todos los colores posibles. Aixa realmente amaba aquel lugar. Aixa e Ian eran amigos desde hacía casi seis años y desde entonces habían sido inseparables.

Los últimos 19 meses habían sido los más extraños de la vida de Aixa, sus sentimientos hacia Ian habían cambiado, se había enamorado de él. La tarde había sido planeada, iba a decirle todo lo que sentía por él, ese día se cumplían exactamente seis años desde que lo vio por primera vez. Había pasado toda la noche anterior imaginando distintos escenarios, que le diría y que haría dependiendo de su reacción, memorizo unas cuantas formas de decirlo, se arreglo, hizo una llamada importante, tomo su bolso y se dirigio hacia su casa. Ian la esperaba, sabía que ella llegaría, sus sentimiento no eran muy distintos a los de Aixa, corto 19 rosas del jardín, las coloco en un florero transparente con agua, las situó en la pequeña mesa que estaba en la sala, vio el reloj una vez más (14:49), ella llegaría en cualquier momento.

Aixa solía ser una persona muy puntal en todas sus citas, subió al tren de las 14:00, calculo que llegaría a las 14:50. Mientras el tren se movía, recorrió con su vista todo a su alrededor, vio a los pasajeros, se percato que el tren iba algo vacío, sonrió al ver a una pareja y volteo su vista hacia la ventana, se perdió entre todo lo que pasaba tras su ventana. El tren paro en la estación San Sebastian, un grupo de personas subieron abordo y el tren continuo su recorrido, alguien se sentó a su lado, no presto atención a quién era aquel sujeto, él sonrió al verla, evidentemente no lo había reconocido. Esteban era uno de los chicos más misteriosos que había conocido Aixa, tenía pocos amigos, casi no hablaba, sin embargo se había enamorado de sus hermosos ojos azules y de su sonrisa. Él también se había enamorado de ella, empezaron a salir después de 10 meses de haberse conocido, pasaron tardes maravillosas juntos, hasta que Esteban se fue de la ciudad. Habían pasado 6 años desde la última vez que lo había visto, ese día que lo dejo en la estación, Ian la vio en ese lugar por primera vez, sin embargo ella solo pensaba en Esteban. Seis años más tarde se vuelven a encontrar, nuevamente en una estación, sus vidas se vuelven a unir, después de haber sido separadas. Ella lo ve, él la ve, sigue sonriendo, ella se pierde en sus hermosos ojos azules.

Ian vuelve a ver el reloj (17:00), Aixa se ha retrasado dos horas. Telefonea a casa de Aixa, dicen que ha salido, vuelve a ver el reloj (19:19). El día se ha ido, Aixa jamas llego a la cita, Ian simplemente espera su llamada, pasan los días y la llamada no llega, pasan los meses, Aixa se ha ido de su vida.

Son las cinco de la tarde, Ian se dirige a la floristeria, esta decidido a comprar 19 tulipanes, la tarde es fresca, el sol se esta ocultando, puede observar el hermoso atardecer, su imagen se refleja en los vidrios de las vitrinas de las tiendas, esta a unos cuantos metros de la floristería, nada puede arruinar aquel perfecto día. Un taxi para frente a la floristería, una hermosa mujer baja del taxi, lleva lentes oscuros y un sombrero, no puede ver su cara. Se para frente a la floristería, vé las bellas flores expuestas en la vitrina, empieza a caminar hacia donde esta Ian, ella le sonríe, se quita los lentes, Ian se queda perplejo. Aixa esta frente a él, 19 meses han pasado desde la última vez que la vio.

miércoles, 1 de junio de 2011

Un viaje

La calma había vueto a los días de Georgiana, varios años habían pasado, ahora era una mujer de 25 años. Tres años han trascurrido desde que dejo la casa de sus padres con el afán de viajar a través del mundo, de los días, en si, del tiempo. Eligió el viejo continente para perderse entre la belleza de las ciudades y las grandes multitudes. Aquel viaje con el que por años había soñado por fin se hacia realidad, era tan solo una niña cuando decidió estudiar idiomas, sabía que al llegar cierta edad podría irse y tendría que comunicarse con personas de otras culturas, de otras costumbres. Se perdió de cumpleaños, cenas, invitaciones, rechazó todo tipo de citas, mientras los años se iban, pasaba las tardes, sus días, encerrada tras las cuatro paredes que formaban su cuarto. Estudió en colegios caros, en los más prestigiosos de la ciudad, práctico ballet,
su pasión. Algún día soñó con ser una gran bailarina y enseñar su arte a todo el mundo.

Dividió su tiempo entre universidad y trabajo, solía trabajar por las tardes en una pequeña editorial, no era muy famosa, pero de vez en cuando llegaba algún manuscrito interesante, había leído todos los libros que habían sido publicados por aquella editorial, leer su otra pasión. Podía pasar horas, incluso días con un libro en sus manos. Su sueldo no era muy elevado y aún vivía con sus padres, sus gastos eran pocos por lo tanto la mayor parte de su sueldo lo ahorraba. Llego el día en que termino sus estudios universitarios, fue al acto de graduación, a este asistieron sus padres, su prima y unos cuantos amigos que había hecho (realmente jamás se intereso por entablar amistad con nadie, su idea era firme, solo quería viajar). La noche anterior había sido lluviosa, el sol salió muy temprano y con su calor iba secando cada gota de lluvia, se podía sentir aún el aroma a tierra mojada, era el día perfecto, el día anterior había renunciado a su trabajo, había planeado
salir el día lunes de viaje, ir al aeropuerto, tomar el primer avión que la llevará lejos.

Todo salió como lo planeaba, subió al primer avión rumbo al viejo continente, el avión se dirigía a su cuidad soñada, pensó que era una señal, un buen presagio, por fin llegaría a aquella ciudad que por tanto tiempo la había estado esperando. Camino por las calles de la ciudad, busco el hotel más barato de los alrededores.

Sin darse cuenta, se pasaron los años, no fue lo que imagino, consiguió un trabajo no muy bien pagado en una galería de arte (Se exponían todo tipo de pinturas, amaba la pintura, su otra pasión). Sin embargo era feliz porque sabía que había llegado a aquella ciudad de noches de ensueño y días brillantes. Conoció un par de amigos, camino bajo la lluvia, fue a lugares inimaginables, paso días de miseria en los que quizá ni comida podía comprar, sin embargo tras tres años, la calma había vuelto, su trabajo en la galería de arte le enorgullecía, quizá no fue lo que imagino, pero por fin había dejado atrás aquellos lejanos días de septiembre.