sábado, 30 de junio de 2012

Ausencia

Ayer tome el camino largo de regreso a casa, no creerás en dónde me encontraba por la noche bajo la media luz que iluminaba todo mi alrededor. Hace mucho tiempo que no conducía con tranquilidad por las calles de la avenida Martínez, transitaba sobre el carril derecho a una velocidad de cuarenta kilómetros por hora mientras mi mente divagaba por los colores naranja y las palabras del alrededor de una mesa pequeña con unas cuantas copas de vino servidas a la mitad, sin tener palabras para conversar ni saber sobre que hablar si en aquel instante lo único que nos separaba era la distancia que entre uno y otro habíamos marcado meses atrás o que quizá solo vos habías marcado porque aunque quiero que no sea verdad, aún te seguís metiendo en mi mente, invadiendo mis pensamientos porque no hay nada que me guste más que una simple palabra o un pensamiento o la forma en la te expresas o sonreís. Mi copa de vino sigue a medias, mientras tanto bebo un sorbo pequeño y te observo aunque lejos, cerca y nos separa un pensamiento sombrío de lejanos días. Y no te pido más que una simple palabra mientras la música sigue sonando y las luces lentamente se van apagando dejando todo el lugar en oscuridad mientras una vez más estamos frente a frente caminando por las calles que un día recorrimos tomados de la mano y yo sigo recordando nuestro primer encuentro en la avenida Amaneceres.
El cielo ilumando de variados colores y el alrededor iluminado solamente por tu mirada.
El cielo acompañado de la luna y yo acompañada una vez más de tu ausencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario