martes, 26 de junio de 2012

El hada: Lecciones aprendidas I

Joven hada, algunas veces tienes que pensar en lo que paso ayer y aprender, no esta bien que una vez más estés en un agujero de tristeza, sumergida en noches de insomnio en las que te pasas las horas observando las letras pintadas en el cielo y en las que has guardado no solo lo agradable sino que más que todo has atesorado el dolor y la decepción para poder recordar porqué estas hoy en dónde estas parada.

Comprendí que los pasajes de aquellos días no son más míos y que no debo regresar, por un momento pensé que sería sencillo volver a los días lejanos de abril, pero no fue así, me invadió la desesperación y el deseo de estar cerca y estaba tan cerca pero espacios abismales me separaban, no era una simple separación física, sino que eran los pensamientos sumergidos en otro mundo en el lejano bosque gris. La ausencia de estos días se ha sentido más que los días anteriores, hace dos tardes pude comprender a qué me refería exactamente con la palabra "daño", es ahora cuando tengo las palabras adecuadas para dar una explicación.

Hay cosas que son de dos, no de uno, el dolor no se puede compartir, se puede utilizar la empatía para intentar comprender, pero jamás se sabe o se puede medir del todo ese dolor, me he sentido culpable todas las veces que sin pensarlo he causado daño a alguien más con simples palabras y no importa la causa o si alguien más ha tenido la culpa, yo no tengo derecho, ningún derecho de hacer sentir mal a esa persona, ahora comprendo que me siento culpable de todo, ahora entiendo que detrás de esta apariencia, sigo siendo una joven pérdida en busca de un camino para seguir, en busca de alas para volar, soy aquella a la que un día le dijiste que tenía que armar el rompecabezas, pero que tenía que encontrar antes las piezas, las piezas van apareciendo con lo pasos que doy, pero no sé como tengo que unirlas.

Piensa joven hada, que a pesar de ser una vieja, tu ser sigue siendo el mismo, estas vieja y arrugada, tu cuerpo no aguanta como antes y tus ojos aún siguen mostrando esa tristeza que antes ocultabas, ahora no es necesario joven hada, puedes venir a mí cuando lo desees, podemos hablar, yo estoy acá con los brazos abiertos esperando por ti.

Ayer aprendí que algunas veces me toca ser el anda que sostiene a alguien más, sé que se siente tomar a alguien del brazo y guiarlo por un corto camino que para ese alguien más es largo, muy largo, es ir contando uno a uno los pasos que da aunque dure una eternidad.

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