sábado, 2 de junio de 2012

Cuentos: Primera despedida

Lloro por las noches, te llamo a cada instante con el pensamiento, te busco y no estas, es como que jamás hubieses existido y es que ese es el problema, jamás exististe, solo fuiste un invento, otro invento más de mis pensamientos. Ahora, lo que falta es empezar las notas, dejar los sentimientos plasmados en las letras que hoy escribo, porque se acabaron las historias por contar. Empecemos querido amigo con el cuento que invente, ¿te lo he contado? Creo que no:

Más que una mirada

Últimamente he empezado a describir al mundo y al alrededor en forma de cuentos de hadas, es más fácil crear cuentos que escribir novelas, así que quizá notes por momentos que esto que parece ser algo serio se vuelve mágico, los seres no son humanos, son más que eso, son hermosos, como lo sos vos, como esa mirada.

Corrían los días, habían pasado los meses desde el primer día de nuestro encuentro en el bosque mágico, la noche era estrellada, el cielo era completamente azul. Durante los últimos días he regresado al lugar en el que nos vimos, yo sigo regresando y sigo estando allí, pero vos ya no estas, has desaparecido. Aunque las cosas han cambiado, aún puedo imaginarme en aquel mundo, yo solía estar sentada con la mirada fija hacia la nada, leyendo, acariciando a las letras, a las páginas, vos acariciabas las notas de un sinfonía. Una mirada basto, quizá fui yo la que la imagine, vos al otro lado de la habitación, sentado, intercambiando palabras con alguien más, allí estabas y  no te había visto, te vi hasta que tu mirada se cruzó con la mía. Creerás que estoy loca o que imagino cosas, pero sé que esa no fue solo una mirada, fue más que una mirada, fue un te quiero lejano, un te quiero que las hadas llevaron hasta mí. Tu mirada fija, tu rosto serio, el reflejo de tus pensamientos y sentimientos en una mirada. Ese sos vos, para mí siempre seras aquel de la noche, aquel de las estrellas, aquel de esa mirada, esa mirada de la que tuve celos, envuelto en haces de luz, todo brillando, sin embargo tuve celos de tu mirada y la ame, te ame, es más que un te quiero, pero mis cuentos de hadas no tienen finales felices, solo quedan las cenizas de las miradas fulminantes. Fue más que una mirada aunque ahora lo negues. Ellas me dijeron que debía irme para llegar a vos otra vez, pero no las quise escuchar, quería quedarme con vos, no sabía que me castigarían y que de nada serviría que me quedara, ellas me hablaron, me dijeron alejate, no quise hacerlo, me acerque, me seguí acercando pero la noche del viernes me dijeron que ellas mismas se encargarían de todo, que no me preocupara, no estoy preocupada, ellas saben lo que hacen, ahora estoy tranquila aunque por instantes me invade la nostalgia porque las cenizas el viento ha empezado a robar, no me queda nada mi querido amigo, sé que pronto ya no estarás, ya no estaré, pero ellas me han dicho que allí estas, pero que tengo prohibido tocarte, así que me voy, me despido, ellas me llevan a un hogar que me han construido en el bosque, sabes, es una casa muy linda, es pequeñita, pero ellas me hacen compañía, dicen que quizá regreses pero sino sos vos como te he conocido hasta ayer, serás vos pero como alguien más y les creo, porque por las noches de frío con su luz me han dado calor, me han enseñado a volar, sus alas son hermosas, salimos por las noches y tocamos el cielo, a las estrellas y nos sentamos en la luna de cuarto creciente, creo que no sé han dado cuenta, pero siempre regreso a nuestro lugar, solo para recordar tu mirada de aquel día.

Hasta pronto mi querido amigo. Ellas están por venir, no pueden saber que te he escrito una historia, no deben saber que te conté nuestra historia.

Ondide.

(... Fue fascinante el tiempo que paso ante mis ojos, porque tu mirada reflejaba tus pensamientos y tuve celos de mi misma ...)

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