lunes, 11 de julio de 2011

Madrugada

Una vez más, la madrugada ha llegado, esta madrugada parece que no será muy fría, las luces aún están encendidas como lo han estado durante las últimas dos semanas, el miedo a quedar en total oscuridad, a desvanecerse en la inmensidad y no regresar, el pánico por no decir la cobardía, que ha traído con los días el encierro. Cada madrugada entro, levanto la mirada y le busco alrededor, ¿Dónde estará esta madrugada? ¿En dónde estará mañana? Un fuerte escalofrío recorre todo mi cuerpo. Su pelo esta alborotado, sus rasgos han cambiado, no es aquella hermosa mujer que solía ser, ahora es solo una niña atrapada en un cuerpo arrugado y viejo, un cuerpo desgastado por los años. La penumbra de la noche invade todo, el faro que ilumina la calle no hace más que generar formas tenebrosas con los árboles, sombras sin forma definida, el aire mueve sus hojas y resopla enfurecido entre las ramas. Otra madrugada más, en medio de la nada, viéndola dormir, descansar, así como ella lo hizo conmigo años atrás.

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