martes, 1 de noviembre de 2011

Historias repetidas

Fue más fácil hablarte, hablarle, fue tan fácil decir que pensaba, fue tan fácil decirle con palabras cada uno de mis pensamientos.

Si me dieran a elegir una vez más, definitivamente lo volvería a hacer, que importan los inconvenientes, los sucesos, que importan los días, las pocas lágrimas que deje caer porque quise que así fuera, ellas no querían caer, pero yo las obligue aquella mañana mientras en medio del tránsito rutinario de la mañana los autos me rodeaban, girando en un sentido y en otro sin comprender lo que había pasado.

Hace algunos años que no pasaba por las gradas de ese lugar, el aire agitando las ramas de los árboles, algunas hojas cayendo, algunas otras flotando, danzando la melodía del viento que agita los bambúes, el viento agitando los tallos amarillos, sino fuera por el día, jamás hubiese notado esos bambúes.

¿Cómo explico lo que veo a mi alrededor? Gente pasando de un lado a otro, mientras yo sigo esperando, esperando que termine el día, esperando llegar a casa, hace tiempo que las letras desaparecieron, pero sé que hoy regresarán, ese algo que faltaba ha vuelto.

Fue tan fácil decirle, porque sus palabras fueron las mismas, fue como repetir la conversación, ella tenía razón, ahora entiendo a qué se refería, sin embargo, la ausencia se intensifica con los días, los sentimientos se opacan, los colores son absorbidos y tal y como sucedió hace algunos años, la historia se repite y sé que te irás ese fue el primero de muchos pasos que darás hasta alejarte, lo sabía. Cuándo tenga que escribir la despedida, no lo haré. Solo me iré. No te preocupes, porque será sencillo. Es fácil matar sentimientos, lo he hecho antes y lo volveré a hacer, no pasa nada.

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