domingo, 4 de septiembre de 2011

Historia Corta 5: Aparcado en el mismo lugar

Habíamos decido que esta vez yo iría en mi auto y que yo te pasaría a traer a vos, durante el transcurso del día, todo cambia y decidís regresar solo, me dirijo al auto (Antes me detengo a pensar en dónde está aparcado), busco las llaves, no las encuentro, supongo que las he perdido.

Me dirijo hacia algún lugar, voy caminando, solo tengo una moneda en el bolsillo y realmente no sé si me servirá para llegar a mi destino, mientras camino a la estación de tren más cercana me encuentro con él y su pequeño grupo de amigos, saludo de lejos como lo hago usualmente, sin embargo él se aleja de ellos y se acerca a saludar, seguimos caminando. Me pregunta hacia dónde voy, lo único que respondo es que solo estoy caminando, sabe que miento. Dice que me acompañará realmente me gusta su compañía pero en ese momento no la deseo, no me agrada mucho la idea de llegar a la estación, que me pregunte que hago en la estación o hacia donde voy, me avergüenza tener que decir que he olvidado las llaves del auto. Supongo que solo sonreiría y no diría nada, pero eso es exactamente lo que hoy no deseo que haga.

Intento una vez alejarme de él, lo he intentado, pero no lo he logrado, decido regresar con la excusa de haber olvidado algo, dice que me acompañará. Mientras caminamos de regreso, me detengo por un momento, él también se detiene, me ve, lo veo, esta frente a mí, toma mi mano izquierda, luego la derecha, bajo la mirada, buscas mi mirada, veo hacia otro lado, te acercas, me acerco, me besas, te beso, seguimos caminando como si nada hubiera pasado, así como lo hacemos siempre, ignorando lo que pasa entre nosotros, quizá yo ignoro el mundo que gira a mi alrededor, en este preciso momento me veo a mi misma junto a ti, pero la que esta contigo parece no querer estar cerca, quisiera explicarte la razón, pero solo ella y yo lo sabemos no sé si realmente si intentará explicarlo lo entenderías. Toda la escena esta pintada de un solo color, al menos no es el gris que caracteriza a cada historia o como se le quiera llamar, hoy es un tono naranja suave.

Mientras intento recordar cada uno de los pasos que dí, hacia que lugares fui, mientras trato de borrar esa expresión de frustración o quizá de miedo - quizá de miedo - escribo algo más, quizá es porque no quiero escribir el final o no quiero pensar en el final, porque cada mañana que despierto lo recuerdo y realmente no quiero recordarlo, porque una vez más dudo de mis sentimientos, de tus sentimientos y aún sigo dudando que esos sentimientos realmente existan, es por eso que los ignoro, los deshago por las noches, los construyo por el día, los fortaleces cuando hablamos, pero se debilitan con cada día de ausencia, con cada día que las situaciones me acechan, con cada día que sus palabras me invaden y me envenenan y hacen que los odie, con cada día que odio sentir algo por ti, con cada día que odio que no estés, con cada día que te vas sin dar una explicación, uno a uno, simplemente desaparecen, espero que a ti te pase lo mismo, espero que ambos matemos los sentimientos, los encerremos, quizá sea lo mejor, para ti o para mí o para ambos.

El auto aún sigue aparcado en el mismo lugar, las llaves siguen perdidas, solo yo sé donde están, pero no quiero ir por ellas. Realmente, he de confesar que varias veces intente abrir el auto sin tener las llaves, una vez recuerdo haberme acercado, ver por la ventana, verificar que todo lo que había dejado estuviese aún allí, me quede un momento frente al auto, simplemente observándolo, con la mirada recorrí cada una de las partes del auto, observe detenidamente cada uno de los rayones, lo toque suavemente y una vez más, me aleje.

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