miércoles, 7 de septiembre de 2011

Dando tiempo al tiempo, me detengo, el día esta diferente, es frío, pero yo lo siento caluroso. Desde ayer su imagen se quedo adherida a mi mente, sus ojos, su mirada, su color de piel, su forma de caminar, ese gesto que hace al sonreír, exactamente la imagen fija de él. 
Me pregunto que pasa con los días, hoy me han pintado de colores, bueno, me pintaron de un solo color porque aún no decidían de que color pintarme. Mientras caminaba, huía y desaparecía silenciosamente de su mundo, (es cierto, en este momento lo veo a él frente a mi) las horas del día se iban apagando, abriendo el paso a la densa noche, las horas se acabaron y no pude dar una explicación, al menos sé que quizá exista el mañana para intentar explicarle una vez más. Mientras tanto, guardo su imagen en mi mente, sobre todo guardo ese gesto que hace al sonreír.

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